Zidane estalla: “No lo voy a dejar; dejadnos pelear”
El entrenador del Real Madrid explota y reivindica su trabajo y el de sus jugadores, últimos campeones de Liga: “Decidme a la cara: ‘te queremos cambiar”
Zinedine Zidane salió del coronavirus enrabietado. Mientras se encontraba en casa, convaleciente y aislado, el Real Madrid ganó al Alavés (1-4) y perdió contra el Levante (1-2), de modo que cayó un poco más lejos del líder: a 10 puntos ya y con un partido más que el Atlético. Esa derrota fue el tropezón final de 17 días en los que el equipo se quedó sin la Supercopa de España —contra el Athletic en la semifinal—, sin la Copa del Rey —contra el Alcoyano, de Segunda B, en octavos—, y muy lejos de la Liga, aunque Zidane señaló ayer que todavía no la descartaba: “Quedan 54 puntos”. Sin embargo, mi...
Zinedine Zidane salió del coronavirus enrabietado. Mientras se encontraba en casa, convaleciente y aislado, el Real Madrid ganó al Alavés (1-4) y perdió contra el Levante (1-2), de modo que cayó un poco más lejos del líder: a 10 puntos ya y con un partido más que el Atlético. Esa derrota fue el tropezón final de 17 días en los que el equipo se quedó sin la Supercopa de España —contra el Athletic en la semifinal—, sin la Copa del Rey —contra el Alcoyano, de Segunda B, en octavos—, y muy lejos de la Liga, aunque Zidane señaló ayer que todavía no la descartaba: “Quedan 54 puntos”. Sin embargo, mientras él se encontraba fuera de foco, las críticas al equipo y a su trabajo han arreciado, y lo que generalmente ha dejado correr con un “no puedo controlar lo de fuera”, este viernes lo encaró al choque: “No lo voy a dejar. Si la gente quiere que lo deje... No”, dijo.
La combustión llegó a tener incluso algún lance cuerpo a cuerpo con los periodistas: “Vosotros decís muchas cosas y hay que asumirlas. Decidme a la cara ‘te queremos cambiar’, no sólo por detrás”, retó en una de las réplicas de su comparecencia previa a la visita del Madrid este sábado al colista, el Huesca (16.15, Movistar LaLiga). La reconcentración del encierro había tenido también algún efecto en la intensidad de su reacción, según explicó al final: “No estoy contento de que me pregunten si estoy fuera cada vez que hacemos un mal partido. Creo que no merezco este tratamiento por parte de la prensa. Estoy un poco enfadado, porque además llevo dos semanas encerrado, en una jaula, y tengo ganas de salir y decir que voy a pelear hasta el final”.
Quiso decir eso y quiso decir que se le permitiera llegar hasta el final a su manera, que se lo había ganado. “Dejadnos pelear. El año pasado la Liga la hemos ganado nosotros. No hace 10 años. El año pasado. Solo un pequeño respeto a todo esto”, dijo. “Nos merecemos terminar con los jugadores que están”.
El trayecto hasta el final, los cuatro meses de larga travesía con la incierta oportunidad de la Champions, los va a recorrer con aquellos a los que se ha mostrado tan agradecido por lo que le han hecho ganar. Sin mucho más margen, ya que el mercado de invierno vio emigrar a otros dos futbolistas de la siguiente remesa. Para Odegaard tuvo también un pequeño mensaje: “Él quería salir, quería jugar. Lo hemos hablado dos o tres veces. Yo le decía de quedarse, que había que luchar, pelear, tener tranquilidad. Porque esto es largo y lo necesitábamos, y porque es una petición mía. No ha sido así y al final es una decisión de todos”.
Pocas variaciones en el rumbo, aunque subrayó la escasez actual de efectivos agudizada por las lesiones: “Somos 15 jugadores. Espero que vuelvan todos”. Entre los que faltarán, el recién lesionado Eden Hazard, a quien se detectó el miércoles su tercera lesión muscular de la temporada. “Un día lo vamos a ver jugar bien, sin lesionarse”, dijo Zidane, que insistió en atribuir su recurrente desdicha a la mala suerte, aunque también apuntó ya a la necesidad de encontrar soluciones nuevas. El técnico le ha dado pista y le cuidados mientras otros futbolistas languidecían a la sombra de la larga espera. “Lo tiene que aceptar y cambiar algo para intentar que la situación sea diferente”, comentó sobre la situación del belga.
Aunque este viernes, en su desahogo poscoronavirus, todo volvía siempre a su rebeldía frente al señalamiento, a la reivindicación de lo ganado a su manera y el margen que eso le da hasta final de curso. Entonces sí coincidió en anticipar cambios, que pueden empezar por él mismo. “Si hay cosas que no funcionan hay que verlas con el primer responsable. Está clarísimo. El año que viene seguro que hay que cambiar cosas. Pero este año dejadnos”, reclamó.