Los rockeros del Athletic
Seis futbolistas del equipo vasco forman un grupo musical, Orsai, y sorprenden con su primer sencillo, ‘One Club Men’
Los seis futbolistas del Athletic jugaron la final de la Supercopa de España contra el Barcelona, la ganaron, lo celebraron en el césped y después se fueron al hotel a presentar el estreno mundial de su primer sencillo: One Club Men. Así, como si tal cosa, vestidos con la ropa del partido. Asier Villalibre conservaba la ikurriña que se anudó al cuello en el estadio sevillano de La Cartuja; Mikel Balenziaga todavía vestía el ...
Los seis futbolistas del Athletic jugaron la final de la Supercopa de España contra el Barcelona, la ganaron, lo celebraron en el césped y después se fueron al hotel a presentar el estreno mundial de su primer sencillo: One Club Men. Así, como si tal cosa, vestidos con la ropa del partido. Asier Villalibre conservaba la ikurriña que se anudó al cuello en el estadio sevillano de La Cartuja; Mikel Balenziaga todavía vestía el pantalón con el que jugó 82 minutos hasta que le sustituyó Iñigo Lekue, que lucía, como el resto del grupo musical —Óscar De Marcos, Dani García y Mikel Vesga—, la camiseta con la que celebraron el triunfo, del que estaban tan convencidos que cargaron en el autobús del equipo que viajó desde Bilbao hasta Sevilla los instrumentos de su banda de rock Orsai: una batería (Dani García), tres guitarras —De Marcos, Balenziaga y Vesga—, un bajo a cargo de Lekue, y la trompeta del Búfalo Villalibre.
Dicen los que estuvieron presentes en el concierto de estos futbolistas-músicos que Marcelino García, el técnico del Athletic, alucinaba con lo que estaba viendo. “Fue una sorpresa ver a Villalibre, pero a la vez una alegría y una emoción porque es un chico supereducado y supercorrecto que habla muy poco, por eso me llamó la atención verle tocar la trompeta. Le he oído tocarla más que hablar”, expresó el entrenador.
El grupo Orsai nació hace dos pretemporadas. “Se hacen muy largas”, comentaba Dani García. “Estábamos en el gimnasio, escuchando al grupo Piperrak, y nos calentamos con la idea de montar un grupo entre nosotros”. Fue decirlo y hacerlo. Ese mismo día, el pivote rojiblanco se compró una batería; al siguiente, el resto del grupo se presentó en una tienda de música en Bilbao y adquirió las guitarras. “En la tienda flipaban al ver a los jugadores del Athletic entrar a saco a comprarlas”, relata Iñigo Lekue.
Comenzaron a tocar con un tutorial de YouTube. El único que tenía conocimientos musicales era Óscar De Marcos, así que se pusieron en contacto con el productor Juan Escribano, que tenía un amigo común con el jugador alavés. “Me dijeron que querían aprender a tocar para formar un grupo. Me sentí muy ilusionado, porque soy seguidor del Athletic”, confiesa Escribano. “Sentía cierto respeto, pero desde el primer minuto vi que eran unos vacilones”. El último en llegar al grupo fue Asier Villalibre. Necesitaban un cantante, y no estaba muy seguro de aceptar. Se apuntó con la condición de poder tocar la trompeta.
Al principio en secreto, después desvelando la idea a sus compañeros de equipo, su primera aparición pública fue en un videoclip para el Maratón solidario de ETB, con una versión del Lau Teilatu (cuatro tejados) del grupo Itoiz, una de las canciones más populares en euskera. Todavía se les veía algo verdes.
Pero mejoraron, como el fútbol del Athletic en la Supercopa. Con los ensayos se sintieron fuertes, comenzaron a difundir el One Club Men, cantado en euskera, entre sus compañeros, que se mostraron sorprendidos con sus avances musicales, al tiempo que recibían los reproches de los jugadores músicos por su escaso oído: “Muniain es de los que no entonan todavía”, acusa Dani García. “Fue para ver la cara que puso Aritz Aduriz cuando oyó cantar al Búfalo”. Ahora, el ya exdelantero les pone la canción a sus hijas.
A Dani García, que cambió su batería electrónica por una tradicional, le acusan de romper muchas baquetas: “En el campo soy agresivo, y tenía que serlo también en el grupo”, bromea. Los seis sueñan con que su canción “se pueda escuchar en San Mamés, antes del himno”. Podría ser. De momento lleva 150.000 pinchazos en YouTube. Es una canción con mucho ritmo, estribillo pegadizo y una letra en la que se habla del sentido de pertenencia.