El futuro de Javi Gracia: ni despido ni dimisión, cuestión de dinero
El Valencia mantiene al técnico pese a la crisis deportiva para no indemnizarle. El entrenador se queda por el mismo motivo
Con números de descenso y el equipo emitiendo señales de alarma en su juego, Javi Gracia está más que cuestionado en el Valencia. El empate contra el Cádiz, remontando de forma agónica un 0-1 adverso contra un recién ascendido, ha desencadenado una crisis alrededor del banquillo del murciélago. El equipo está un puesto por encima del descenso pero igualado a 16 puntos con el Elche, antepenúltimo, que cuenta con dos partidos menos; y solo suma tres victorias en 17 jornadas.
La decisión d...
Con números de descenso y el equipo emitiendo señales de alarma en su juego, Javi Gracia está más que cuestionado en el Valencia. El empate contra el Cádiz, remontando de forma agónica un 0-1 adverso contra un recién ascendido, ha desencadenado una crisis alrededor del banquillo del murciélago. El equipo está un puesto por encima del descenso pero igualado a 16 puntos con el Elche, antepenúltimo, que cuenta con dos partidos menos; y solo suma tres victorias en 17 jornadas.
La decisión del dueño, Peter Lim, más económica que deportiva, es la de mantener al entrenador. El máximo accionista de la entidad le trasladó este martes al presidente, Anil Murthy, que filtrara a los medios que la confianza en el preparador navarro “es máxima”. La propaganda institucional va más lejos y garantiza que la secretaría técnica va a traerle al entrenador los refuerzos que no quiso fichar en verano. “Las necesidades que tiene el equipo ya os he dicho en más de una ocasión que las sabe el presidente. Se lo dije. Una lista de prioridades en función de las posibilidades económicas del club”, recordó Gracia tras el empate ante el Cádiz.
La realidad, bien diferente a lo que pregona el club, indica que ya se ha activado la búsqueda de un entrenador y que Gracia se sentará en el banquillo, como mínimo, hasta el duelo con Osasuna que el 20 de enero cerrará la primera vuelta de la competición. Yeclano en Copa, más Valladolid y Osasuna en Liga, determinarán el futuro del técnico, enfrentado desde octubre al presidente Murthy, con el que no tiene relación, por arrinconarlo en la política de fichajes.
El Valencia se encuentra en una encrucijada complicada desde que Javi Gracia, apenas dos meses después de ser contratado para sustituir a Celades, se ausentó del entrenamiento en Paterna y se personó en las oficinas de la entidad para presentar la dimisión. La respuesta de Anil Murthy fue indicarle la cláusula de penalización por romper el contrato que firmó en agostó por dos temporadas: tres millones de euros. El técnico se negó a pagar y se quedó a disgusto. Y Peter Lim decidió mantener a un entrenador díscolo. “No te marchas tú, te echaré yo cuando lo considere. Algo así debió de pensar Lim”, cuenta un empleado.
Si hubiera aceptado la petición de su entrenador, al Valencia echar a Gracia en octubre le hubiera costado un indemnización de 80 días trabajados. En este momento le supondría un desembolso de tres millones de euros, correspondientes al millón y medio por temporada que pactó como salario con el entrenador navarro. Comprometer esa cantidad, aunque sea a plazos, limitaría la escasa maniobrabilidad económica del club, que tiene que pagar este mes el primer plazo de las fichas de la plantilla y ha filtrado de nuevo que va a reforzarse en este mercado. Peter Lim es consciente de que echar a Gracia económicamente es gravoso para la entidad. Por esa razón le ha dado tiempo para ver si rearma al equipo y lo saca del fondo de la clasificación mientras sondea el mercado para buscar alternativas, por si, en caso contrario, se ve abocado a tomar la decisión de despedir al navarro.
El vestuario, joven y sin malicia, no le ha vuelto la espalda a su técnico, pese a que le ha escuchado en numerosas ruedas de prensa demandar refuerzos y aludir a la falta de calidad de la plantilla como impedimento para acceder a los objetivos del club. Los capitanes Gayà, Jaume, Carlos Soler y Gabriel Paulista, por compromiso, han sostenido al equipo y a la entidad, aunque el técnico les contó que se quería marchar mirándolos a los ojos en una charla privada en Paterna. Desde aquel encuentro, Gracia perdió autoridad y parte de su ascendencia sobre numerosos jugadores del vestuario, que interpretaron que quería echar a correr antes de empezar a competir. El técnico se desacreditó a sí mismo pero los capitanes, preguntados por Anil Murthy sobre el trabajo del entrenador, lo volvieron a defender este martes en una conversación con el presidente, según desveló Deportes Cope Valencia.
En un Valencia de otros tiempos, con números de colista, Gracia ya habría sido fulminado. Pese a contar con numerosas coartadas, la mayoría lícitas, facilitadas, todas, por la pésima gestión del máximo accionista Peter Lim y de su presidente Anil Murthy, que despoblaron de talento el vestuario y lo llenaron de jovencitos de Paterna, el técnico no ha evitado que el equipo se haya hundido. Si el dueño se equivocó en el despacho, el entrenador ha fallado en el campo al frente de una plantilla capada para acceder a Europa pero capacitada para no sufrir. Tres victorias, siete empates y siete derrotas en 17 jornadas de campeonato constan en su hoja de servicios. El actual es el segundo peor arranque histórico del Valencia tras la campaña 1982-83. En aquella ocasión se salvó del descenso en la última jornada con una victoria ante el Real Madrid.