Las luchas de poder azotan al Athletic
El presidente Elizegui ve truncados sus proyectos al no haber sido el candidato ‘oficial’
Para Aitor Elizegi, el día más triste de su mandato como presidente del Athletic no fue el 27 de diciembre, cuando los socios compromisarios le tumbaron todas sus propuestas por mayoría aplastante, sino el 11 de noviembre. Ese día, tres mariachis se plantaron delante de la sede del club, en el palacio de Ibaigane, contratados por un grupo de socios descontentos, para cantar Cielito lindo. “No estaban poniendo en duda mi gestión, sino al club”, recordaba el presidente, ...
Para Aitor Elizegi, el día más triste de su mandato como presidente del Athletic no fue el 27 de diciembre, cuando los socios compromisarios le tumbaron todas sus propuestas por mayoría aplastante, sino el 11 de noviembre. Ese día, tres mariachis se plantaron delante de la sede del club, en el palacio de Ibaigane, contratados por un grupo de socios descontentos, para cantar Cielito lindo. “No estaban poniendo en duda mi gestión, sino al club”, recordaba el presidente, criticado por su gestión desde el primer día.
La anécdota de los mariachis fue un paso más en el deterioro de la relación de parte de la masa social con la directiva, que ganó las elecciones por sorpresa y un margen estrecho de 85 votos de 19.060 emitidos. Desde entonces, hace dos años, los sectores que no aceptaron el resultado, se refieren a Elizegi, de forma despectiva, como el cocinero, por su profesión. El restaurador bilbaíno, aunque de ideología nacionalista, no era el candidato oficial, que suele recibir el visto bueno de los poderes políticos que tratan de influir en el Athletic. Las mismas penurias de presidentes que tampoco lo eran, como José Julián Lertxundi y Fernando García Macua.
Las votaciones de la asamblea, que la temporada anterior se salvaron por un estrecho margen, son un síntoma más de la división que existe en la masa social. Las asambleas las acaparan los compromisarios. Cada candidato a serlo debe aportar diez firmas de otros tantos socios para obtener el puesto, y es más sencillo si se encuentran facilidades desde el aparato logístico del Athletic. Los actuales miembros de la asamblea fueron elegidos durante el mandato de Josu Urrutia y proporcionaron al anterior presidente mayorías abrumadoras en sus propuestas. Salvo en un caso: cuando presentó el proyecto de modificación de estatutos, que, precisamente, alteraba la elección de los compromisarios y les arrebataba parte de su poder.
La próxima elección de compromisarios se realizará en marzo de 2021, Esa convocatoria puede ser clave para que el mandato de Elizegi se desarrolle en paz, si como sus antecesores, trata de mover los hilos para ampliar su número de partidarios. De momento, tiene la asamblea en contra, y deberá presentar otra vez las cuentas de la temporada pasada para su aprobación, y los presupuestos de la campaña en curso.
Influyentes en redes
Después de hacer autocrítica y asegurar que las intervenciones de los socios durante la asamblea fueron impecables, no quiso dar una fecha concreta para la repetición del cónclave. Deberá moverse para saber si lo del domingo fue un voto de castigo puntual o una enmienda a la totalidad de su gestión. Y si tiene posibilidades de sacar adelante sus números frente a una oposición de varias plataformas de socios, de tal vez escaso peso popular, pero muy influyentes en redes sociales.
La cuestión es que durante la reunión nadie pudo sacar los colores a la directiva por los datos económicos o la formulación de las cuentas, como ha sucedido en otras ocasiones, sino que se mezclaron parámetros que exponían el descontento por la marcha del equipo, el entrenador, las presuntas filtraciones a medios de comunicación o incluso el fichaje de Bibiane Schulze, una futbolista tataranieta de Pacho Belauste, jugador en los años veinte del siglo pasado, hija de una bilbaína pero nacida en Alemania. Las críticas a Elizegi fueron furibundas, cuando no se habían producido en dos casos idénticos, el de Imanol Schiavella, italiano y Maite Zabala, estadounidense.
El ambiente alrededor del Athletic está degradado por las luchas de poder en las que la política influye lo suyo. Se asegura en algunos conciliábulos que los opositores tienen aliados en las entrañas del club. Se lo achacan a Elizegi, “por no haber hecho limpieza”. El presidente insiste: “Tenemos la obligación de llegar a un acuerdo deportivo e institucional”.