“Pedri piensa más rápido que los demás”
Lenglet y Koeman piropean al joven centrocampista, el mejor aliado de Messi en Pucela
Intervencionista como es, Ronald Koeman planteó el duelo ante el Valladolid con un 3-5-2 de partida. Resultó chocante que ante un rival con problemas para no embarrarse los pies en LaLiga, el Barça mudara su piel y no fuera al contrario. “Se trabajó un poco, pero no tuvimos mucho tiempo para hacerlo. Hacemos lo que se puede, intentando sacar lo mejor”, reveló Lenglet. Pero es la filosofía de Koeman, siempre predispuesto a golpear desde la pizarra, por ...
Intervencionista como es, Ronald Koeman planteó el duelo ante el Valladolid con un 3-5-2 de partida. Resultó chocante que ante un rival con problemas para no embarrarse los pies en LaLiga, el Barça mudara su piel y no fuera al contrario. “Se trabajó un poco, pero no tuvimos mucho tiempo para hacerlo. Hacemos lo que se puede, intentando sacar lo mejor”, reveló Lenglet. Pero es la filosofía de Koeman, siempre predispuesto a golpear desde la pizarra, por más que con el micrófono delante reste capitalidad al sistema. “Lo importante era ganar fuera de casa porque nos estaba costando últimamente. Pero hemos estado bien, concentrados, y marcar tres goles fuera de casa está muy bien”, señaló el preparador azulgrana con felicidad porque los planes le habían salido bien. “Queríamos irnos contentos de aquí y así es por lo hemos hecho realmente bien”, añadió Braithwaite.
No es la primera vez, en cualquier caso, que el Barça juega con una línea defensiva de tres, sobre todo desde que llegara Cruyff. Pero ese era un equipo para atacar. También lo hizo Guardiola en una idea muy similar para poblar al equipo de medios. Incluso le salió bien a Luis Enrique porque la remontada histórica ante el PSG en la Champions llegó a partir del 3-4-3. Setién, que también probó de todo para tratar de dar con la tecla, lo intentó ante el Valencia sin demasiada fortuna. Y a Koeman le salió cara. “El sistema depende del míster”, intervino Lenglet; “esta noche ha salido bien. Jordi Alba y Sergiño Dest han podido jugar arriba sin tener que carreras tan largas… Y a veces las contras rivales tras nuestro ataque nos hace daño. Nos ha ido bien”. Koeman profundizó: “A veces es arriesgado jugar en un espacio muy grande uno contra uno atrás. Por eso, para tener más seguridad en defensa y tapara a sus delanteros… Pero también para tener más posesión… y crear oportunidades. Estuvimos bien”.
Más que nada porque Messi jugó al fin libre, por dentro y con jugadores a sus espaldas que corrían por él al tiempo que le buscaban para las paredes en espacios reducidos. Lo que traducido futbolísticamente significa que cogió el balón en zonas peligrosas. Y bien que se notó, por lo que era cuestión de tiempo que se saliera con la suya. Bien con el chut -probó uno que lamió el poste y otro que Masip evitó con un palomita sensacional-; bien con el pase, como ese centro para Lenglet. “¿Cómo puede rematar solo?”, gritó a modo de lamento Masip tras el tanto de central francés, que para festejar su séptimo gol de azulgrana (seis los ha hecho con la cabeza), corrió al banquillo y pidió una camiseta de Wagué para enseñarla al mundo, mensaje de cariño para el excompañero [jugaba en el Paok cedido por el Barça] porque se rompió de gravedad la rodilla derecha y estará al menos un año de baja. También se inventó el segundo con un pase imposible para Dest, que centró y Braithwaite completó casi bajo el larguero.
Messi, que se lo pasó pipa con De Jong y Pjanic a su alrededor, pero sobre todo con Pedri, que interpreta su fútbol y el del Barcelona como si se lo supiera al dedillo, capaz de sacar ventajas en las situaciones más comprometidas. “Pedri juega con la cabeza porque no tiene un físico de atleta de nivel. Pero piensa más rápido que los otros y por eso se entiende tan bien con Messi”, resolvió Lenglet. “Pedri es muy bueno por dentro, entre las líneas, y sabe asociarse muy bien con Leo. Está trabajando mucho y también lo hace sin balón. Parece que está muy cómodo”, le elogió Koeman. Entre el sistema, la entrega colectiva y la asociación Pedri-Messi SL bastó para desfigurar al Valladolid.