El Real Madrid encuentra premio a su abnegación ante el Asvel Villeurbanne
Los de Laso, liderados por Llull y Tavares, remontan al conjunto francés con una exhibición defensiva en el último cuarto tras vivir toda la noche a contracorriente (91-84)
El Real Madrid tiró de abnegación y paciencia para sobrevivir al impulso del Asvel. Los de Laso perdían por 12 puntos a 11 minutos del final, pero escaparon del laberinto francés con un contundente parcial de 33-14 en la recta de meta. Tavares (19 puntos, seis rebotes, cuatro tapones y 29 de valoración en 30 minutos en pista) y Llull (19 puntos y 25 de valoración en 22 minutos) lideraron una reacción cimentada desde la defensa. Tardó en entender el partido el Madrid pero tuvo el mérito de agarrarse a él con experie...
El Real Madrid tiró de abnegación y paciencia para sobrevivir al impulso del Asvel. Los de Laso perdían por 12 puntos a 11 minutos del final, pero escaparon del laberinto francés con un contundente parcial de 33-14 en la recta de meta. Tavares (19 puntos, seis rebotes, cuatro tapones y 29 de valoración en 30 minutos en pista) y Llull (19 puntos y 25 de valoración en 22 minutos) lideraron una reacción cimentada desde la defensa. Tardó en entender el partido el Madrid pero tuvo el mérito de agarrarse a él con experiencia y carácter. A fuerza de apretar la mandíbula lograron sonreír los blancos tras secar a Yabusele y Cole, artífices de la emboscada física y cargada de triples del Villeurbanne. Tras vivir toda la noche a contracorriente llegó la séptima victoria madridista en 12 jornadas de la Euroliga.
Fue el premio a saber estirar el sufrimiento tras media hora de tortura. Yabusele (11 puntos, con un 3 de 3 en triples, en los primeros seis minutos) y Freeman protagonizaron la aplicada puesta en escena del Asvel ante un Madrid destemplado. Ni los ajustes de urgencia en defensa ni la influencia creciente de Laprovittola en el juego resultaron argumento suficiente para que los blancos se asentaran en el partido (17-26, m. 9). El conjunto de TJ Parker, colista de la clasificación hasta hace unos días, llegó al WiZink Center con un expediente revitalizado tras las victorias ante Barça y al Panathinaikos, en las que afinaron desde el perímetro con un global de 30 de 45 en triples. Con la misma fórmula comenzaron percutir con éxito sobre el dique madridista. Al comienzo del segundo cuarto, la estadística francesa desde el 6,75 ya lucía un 7 de 8 en triples frente al 1 de 6 rival. Hasta que llegaron tres bingos consecutivos de Llull que espolearon ligeramente a los suyos. El marcador pasó del 21-31 al 32-35 en un santiamén. Resultó un arreón episódico.
Garuba se remangó para equilibrar la pelea en la pintura y aportó cuatro puntos, dos rebotes y un robo nada más saltar a la pista. Pero la pareja Fall-Cole tomó el relevo en la intendencia francesa y el Asvel continuó haciendo camino sin inmutarse. Laso fue tocando teclas. Reclutó a Rudy y Abalde para tensar la defensa, buscó la buena mano de Thompkins y la condición de revulsivo de Causeur tras su notable partido entresemana ante el Baskonia. Sin embargo, no aflojó el acierto visitante desde el perímetro (9 de 14 al descanso; 11 de 22 al final) y la pendiente del encuentro se puso cuesta arriba para el Madrid (40-50, m. 20). “Hay que mejorar en defensa, está claro”, resumió Llull en el entreacto. “Nuestros porcentajes no son malos, pero no hemos sabido pararles. Ganar pasa por la defensa”, refrendó Laso.
El propósito de enmienda madridista tardó en cuajar y la terna formada por Yabusele, Freeman y Cole elevó la renta visitante hasta un +12 (43-55, m. 23). Tavares, mustio de inicio sin el suministro hiperactivo de Campazzo, se activó en la segunda mitad y fue ganando terreno, influencia y puntos a pasos agigantados para contener la escapada francesa. El caboverdiano lideró un parcial de 8-0 que permitió al Madrid tantear el reenganche. Las tres faltas de Fall le abrieron espacio bajo los aros. Pero, como dando por descontada la reacción blanca, el Asvel no titubeó. Los locales rebajaron la producción anotadora de su rival sin terminar de dar fluidez a la propia. Y la espesura se convirtió en un atolladero de compleja escapatoria (58-70, m. 29). Solo un triple de la factoría Llull, sobre la bocina del tercer cuarto, puso algo de luz en el túnel madridista.
El toque de corneta para la carga final lo dio Rudy, con dos triples y otro alarde defensivo que sirvió para enderezar al Madrid y, esta vez sí, para acorralar al Asvel (67-70, m. 33). Causeur y Thompkins se sumaron a la causa, pero a ambos les tembló el pulso a cada envite para intentar la igualada que no tardaría en llegar. “¡Calma!, ¡calma!”, pedía Laso desde la banda, en una reedición del vísteme despacio que tengo prisa. Su equipo puso paladas de entrega para anestesiar el sufrimiento y tuvo premio a su abnegada defensa. Un triple de Llull volteó el marcador y Tavares firmó la resurrección (84-79, m. 37). El parcial madridista llegó a un 23-9 y el Asvel descubrió que 40 minutos en el WiZink Center son très long. El cuadro francés no tuvo fuerzas para volver a nadar y se quedó en la orilla. El Madrid agarró un sufrido triunfo, el séptimo en 12 jornadas de la Euroliga.