Una nueva Champions contra la Superliga europea
La UEFA planea otro formato de la competición a partir de 2024 que incluiría seis grupos de seis equipos para garantizar 10 partidos en la primera fase y más ingresos
Ante la amenaza de una Superliga europea organizada al margen de la UEFA, este organismo trabaja en una remodelación de la Liga de Campeones para 2024. El objetivo es saciar las ambiciones económicas de los grandes clubes que pretenden una ruptura con el sistema establecido en busca de mayores ingresos. La organización que rige el fútbol europeo pretende con el nuevo p...
Ante la amenaza de una Superliga europea organizada al margen de la UEFA, este organismo trabaja en una remodelación de la Liga de Campeones para 2024. El objetivo es saciar las ambiciones económicas de los grandes clubes que pretenden una ruptura con el sistema establecido en busca de mayores ingresos. La organización que rige el fútbol europeo pretende con el nuevo proyecto imponerse al modelo de competición independiente y casi cerrada por el que abogan clubes como el Real Madrid, el Barcelona, el Liverpool, el Manchester United, el Bayern Múnich y la Juventus. En este modelo rupturista con el sistema, como en la Euroliga de baloncesto, habría varios clubes que no descenderían en las primeras ediciones, para garantizar la estabilidad y la rentabilidad ante los potenciales inversores y los teleoperadores. Eso no supondría que los clubes integrantes de esta nueva competición dejaran de participar en sus respectivas ligas nacionales. En este modelo rupturista con el sistema, habría varios clubes que no descenderían en las primeras ediciones para, con ello, garantizar la estabilidad y la rentabilidad ante los potenciales inversores y los teleoperadores. Eso no supondría que los clubes integrantes de esta nueva competición dejaran de participar en sus respectivas ligas nacionales.
Frente a este proyecto revolucionario, el nuevo formato de la Champions con el que la UEFA contraprograma consistiría en ampliar el número de participantes de 32 a 36 y dividirlos en seis grupos de seis equipos, por los cuatro que los conforman ahora. Tras la liguilla a ida y vuelta, los dos primeros de cada grupo y los cuatro mejores terceros pasarían a los octavos de final. Este periódico se puso este viernes en contacto con la UEFA para confirmar si esta semana se había producido una reunión con representantes de la Asociación de Ligas Europeas para presentarles el que sería el nuevo modelo de competición con la variante de los seis equipos por grupo. La UEFA negó el encuentro, aunque afirmó que las conversaciones con los grupos de interés para remodelar sus competiciones a partir de 2024 se retomarían pronto y que aún no se han tomado decisiones. Según fuentes del fútbol español y del europeo, la citada reunión sí se produjo. Con el aumento a seis clubes por grupo, la UEFA pretendería garantizar 10 partidos a cada uno en la primera fase, cuatro más que ahora, con el consiguiente aumento que supondría en cuanto a ingresos por derechos de televisión y por taquillaje.
Crisis por la pandemia
La creación de la rupturista Superliga, que Josep Maria Bartomeu anunció públicamente el día que dimitió como presidente del Barcelona, se ha acelerado por los devastadores efectos económicos derivados de la pandemia. Sin embargo, ya antes las grandes potencias del fútbol europeo de clubes habían mostrado sus quejas al presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, por el reparto del dinero que reciben por participar en las competiciones europeas. Los clubes impulsores de la Superliga exigen más ingresos y en su día llegaron a plantear que se recortara el dinero que la UEFA da las federaciones para el desarrollo del fútbol, o bien que esas cantidades se transfirieran de los ingresos que la UEFA obtiene por la organización de la Eurocopa cada cuatro años y no por lo obtenidos con la Champions League.
Cuando Bartomeu anunció que tenía previsto someter a votación en una asamblea de socios compromisarios la incorporación del Barcelona a la Superliga europea, las reacciones de la UEFA y de sus federaciones afiliadas fueron tan inmediatas como contrarias. “La hipótesis de una especie de Superliga europea merece mi total desacuerdo y mi rechazo porque viola todos los principios del mérito deportivo. Hasta donde sabemos, sería una especie de club privilegiado autoproclamado. Lo último que necesita es la exacerbación del egoísmo”, dijo Fernando Gomes, vicepresidente del Comité Ejecutivo de la UEFA y presidente la federación portuguesa.
Su homólogo español en el organismo europeo, Luis Rubiales, también se manifestó en la misma dirección. “El retorno del fútbol no puede ir íntegramente a la élite, una parte del mismo tiene que repercutir necesariamente en la formación, en la base, y en definitiva en el fútbol más modesto, y esto es lo que ha conseguido UEFA con su modelo actual”, advirtió el presidente del fútbol español.
El mensaje de Rubiales también dejó caer que la UEFA trabaja en la remodelación de la Champions. “UEFA ha construido durante muchos años la mejor competición de clubes del mundo, la Champions League, y seguirá liderándola, impulsándola y generando una mayor riqueza cada año. UEFA trabaja a diario y ambiciona lo mejor para el fútbol europeo. Esta Champions seguirá evolucionando hasta alcanzar cotas jamás logradas”, abundó Rubiales.
Con la remodelación de la Champions en estudio, ahora falta saber cómo será acogida por los clubes que han lanzado el órdago de la Superliga europea. Según varios de ellos consultados, tienen la intención de anunciar al final de la presente temporada su creación.