Carrera contra el Comunismo
El libro construye una historia de deporte, amor, totalitarismo y memoria de una época en la que un entrenador o un compañero de equipo podían incorporar un nombre a la lista de enemigos del estado
Dieter Wiedemann tenía una doble vida. Pero él, protagonista de ambas, no lo sabía. En su primera existencia, era un alemán nacido en 1946 en Flöha, un pueblo de la RDA de algo más de 10.000 habitantes. Creció en un edificio sin agua caliente y con cuartos de baños compartidos, pero tuvo una “buena infancia”. A los 12 años consiguió una bicicleta. Por aquel entonces, La Carrera de la Paz —una especie de réplica del Tour de Francia al otro lado del Telón de acero— era uno de los acontecimientos del año en los países comunistas. Atraía —o hacía atraer— a centenares de miles de personas. Los gana...
Dieter Wiedemann tenía una doble vida. Pero él, protagonista de ambas, no lo sabía. En su primera existencia, era un alemán nacido en 1946 en Flöha, un pueblo de la RDA de algo más de 10.000 habitantes. Creció en un edificio sin agua caliente y con cuartos de baños compartidos, pero tuvo una “buena infancia”. A los 12 años consiguió una bicicleta. Por aquel entonces, La Carrera de la Paz —una especie de réplica del Tour de Francia al otro lado del Telón de acero— era uno de los acontecimientos del año en los países comunistas. Atraía —o hacía atraer— a centenares de miles de personas. Los ganadores pasaban a ser estrellas. Estrellas vigiladas por el régimen. Se enamoró de Silvya Hermann, una chica que vivía en la RFA. Y Sylvia se enamoró de él.
Sus aptitudes deportivas y el tercer puesto logrado en la edición de 1964 crearon su segunda vida. La carrera contra la Stasi (Libros de ruta) es un apasionante encuentro entre ambas vidas. El autor —el periodista británico Herbie Sykes— le propuso a Dieter escribir su historia. Habían pasado más de 50 años desde aquel éxito, y más de 25 desde la caída del Muro de Berlín, pero el ex ciclista no se había asomado aún a la otra versión de su existencia: la que había redactado la Stasi.
A partir de los documentos del Ministerio para la Seguridad del Estado, de decenas de testimonios de testigos y de los recuerdos de Dieter y Sylvia, se construye una historia de deporte, amor, totalitarismo y memoria de una época en la que un entrenador, un compañero de equipo o incluso un mejor amigo podían incorporar un nombre a la lista de enemigos del estado. Una historia que no terminó con la fuga de Dieter: las represalias contra la familia que dejó en su tierra ilustran el nivel de paranoia que alcanzó la RDA.