De Lucas al ‘guerrero’ Hernández

Las lesiones y la competencia con Davies y Alaba dificultan la titularidad del fichaje más caro del Bayern

Lucas Hernández trata de marcharse de Doan, jugador del Arminia Bielefeld. / (REUTERS)Martin Meissner (AP)

Las siluetas de Aquiles y Julio César adornan el brazo derecho de Lucas Hernández (Marsella, 24 años). “Soy un guerrero en el campo”, suele explicar el internacional francés, que un año y medio después de abandonar el Atlético de Madrid comienza a sentirse titular en el Bayern. Las lesiones y la dura competencia que se encontró con la impactante irrupción de Alphonso Davies y el asentamiento de David Alaba como central ...

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Las siluetas de Aquiles y Julio César adornan el brazo derecho de Lucas Hernández (Marsella, 24 años). “Soy un guerrero en el campo”, suele explicar el internacional francés, que un año y medio después de abandonar el Atlético de Madrid comienza a sentirse titular en el Bayern. Las lesiones y la dura competencia que se encontró con la impactante irrupción de Alphonso Davies y el asentamiento de David Alaba como central zurdo le han dificultado su asalto a la titularidad en el año y medio que lleva en Múnich.

“Es cierto que ha sido un año muy complicado por las lesiones, por llegar a un sitio con idioma y compañeros nuevos”, admitió ayer Lucas en la rueda de prensa previa al partido de esta noche. Hace un mes, durante la concentración con la selección francesa, a la que regresaba después de un año, su situación le llevó a declarar en Teléfoot que si seguía sin jugar podría cambiar de aires. “Ha sido un año para pensar. Se me han pasado muchas cosas por la cabeza. Siempre he querido demostrar que aquí estoy muy bien y que estando al cien por cien puedo dar mucho”, dijo Hernández, como le nombran en Alemania. Casualidad o no, desde que lanzó esa advertencia, Lucas solo ha conocido la suplencia en un encuentro. Ese día el Bayern fue vapuleado por el Hoffenheim (4-1). Desde entonces, Hansi Flick no ha vuelto a sentarle. Hasta ahora, el preparador alemán le ha preferido como lateral izquierdo antes que como central. “En las dos posiciones me desenvuelvo bien. He crecido jugando como central en el Atlético, pero con Francia, en las categorías inferiores, lo hice de lateral. Me da igual, tengo las dos facetas bien aprendidas”, explicó.

Lucas es consciente de que la figura de Davis es un activo sobre el que el Bayern ha empezado a construir el futuro. Además de sus condiciones, su imagen es un reclamo con mucho gancho en el mercado norteamericano que el club trata de explotar. “Los dos estamos bien, la decisión es del míster, ahora juego yo, pero puede cambiar en cualquier momento”, reflexionó sobre su competencia con el rapidísimo lateral canadiense de 19 años. Flick probó con ambos desde el inicio. Ante el Hertha de Berlín (4-3), Lucas jugó de lateral y Davies de extremo. Los tres goles encajados propiciaron que la fórmula no se haya repetido. “Estoy muy satisfecho con Lucas. Creo que se siente más cómodo como central, pero aquí lo está haciendo muy bien en el lateral. Nos da mucho en defensa. Davies ha tenido un bajón, pero tiene nuestro respaldo”, afirmó ayer Flick. Lucas se perfila más para partidos en los que Flick considere que necesitará más defensa que ataque en el flanco izquierdo. Flick aprecia en Lucas lo mismo que detectó Simeone. Un futbolista que une a sus exuberantes condiciones físicas para jugar de lateral o central una naturalidad pasmosa para competir al máximo nivel sin que nada le afecte.

Salida traumática

Los ejemplos en su periplo en el Atlético se narran desde su época de infantil. Capaz de ser el mejor en un derbi en pleno desahucio del domicilio familiar por la separación de sus padres; o ya en el primer equipo, con 20 años, disputar, imperturbable, sus dos primeros encuentros de Champions como titular en los cuartos de final de 2016 en los que el Atlético eliminó al Barcelona. “Simeone fue el que me dio la confianza para asentarme, por ello siempre le estaré agradecido”, apuntó antes de referirse a su salida del Atlético, muy influenciada por su creencia en que su salario estaba muy por debajo de su caché de campeón del mundo con Francia. “Salí en busca de otros objetivos, otra cultura, quería cambiar mi vida en Madrid. No me arrepiento de haberme marchado”, dice.

Lucas abandonó el club en marzo de 2019 para convertirse en el fichaje más caro (80 millones de euros) de la historia del Bayern y en la segunda tasación más alta pagada por un defensa tras los 84 millones que el Liverpool desembolsó por Van Dijk. El Bayern precipitó el traspaso con tres meses de antelación para ocuparse de su rotura del ligamento interno de la rodilla derecha. El club alemán anunció a la vez el fichaje y que pasaría por el quirófano. El Atlético accedió porque ya había sido eliminado de la Champions por la Juventus y la pelea por la Liga estaba descartada. La marcha de Lucas fue muy sentida por Simeone. “Ha sido la que más daño nos ha hecho”, ha repetido tras perder a un jugador que pulió y con el que contaba para vertebrar el futuro.

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