Henry lanza al Baskonia y frustra al Madrid
Los 23 puntos del base estadounidense deciden un duelo errático en el Buesa Arena ante 400 espectadores (76-63)
El Baskonia superó al Real Madrid en la primera jornada de la Euroliga gracias a la inspiración anárquica de Pierria Henry. El base estadounidense se sintió cómodo en un partido espeso y desordenado y resolvió el pulso con 23 puntos y seis asistencias (32 de valoración). Apenas Campazzo apareció en un Madrid desatinado primero e hipotenso después, que se desplomó en el tramo final y concedió un parcial del 24-14 en el último cuarto. Las faltas lastraron a Tavares, con la baja de Taylor por lesión faltaron grilletes en defensa p...
El Baskonia superó al Real Madrid en la primera jornada de la Euroliga gracias a la inspiración anárquica de Pierria Henry. El base estadounidense se sintió cómodo en un partido espeso y desordenado y resolvió el pulso con 23 puntos y seis asistencias (32 de valoración). Apenas Campazzo apareció en un Madrid desatinado primero e hipotenso después, que se desplomó en el tramo final y concedió un parcial del 24-14 en el último cuarto. Las faltas lastraron a Tavares, con la baja de Taylor por lesión faltaron grilletes en defensa para atajar a Henry, y la mezcla de bajos porcentajes de tiro (9 de 28 en triples) y pérdidas de balón (15) acabaron con las opciones madridistas en el Buesa. Peters (18 puntos), Vildoza y, a última hora, Giedraitis completaron el triunfo del conjunto de Dusko Ivanovic.
El transcurso errático del partido devino en una resolución que requería pausa y orden o vértigo y percusión. Sin término medio. Nadie como Henry para gobernar un correcalles. Nadie como el base de Virginia para representar las virtudes del ‘método Dusko’. El técnico montenegrino manejó la psicología de Henry alternando el palo y la zanahoria y recurriendo a la ‘silla de pensar’ para mantenerlo siempre en guardia. Su tensión superó a un Madrid errante. Para el estadounidense fue la ovación de la simbólica representación de la hinchada baskonista. Como aliciente en la búsqueda de la normalidad, 400 abonados del club vitoriano agraciados en un sorteo del club pudieron presenciar el partido en las gradas del Buesa Arena (con aforo para 15.540 espectadores). “Me parece injusto. Deberíamos jugar todos en las mismas condiciones. La pandemia no se puede controlar, pero lo justo sería o todos con público o todos sin público”, protestó Laso en la víspera. De momento, ocho de los 18 equipos han anunciado que abrirán sus pabellones con el permiso de las respectivas autoridades locales y con pequeños aforos para cumplir con la normativa sanitaria.
En cualquier caso, no se llenó el vacío y el choque nació destemplado. Acumuló malas sensaciones el Baskonia en los primeros minutos de juego. Con un 2 de 8 en tiros de campo de salida y el susto de Henry, al que un mal apoyo en la rodilla izquierda envió momentáneamente al banquillo, los de Ivanovic perdieron el paso ante un Madrid entregado a la conexión Campazzo-Tavares (5-11, m. 4). Dusko redecoró su juego interior en busca de soluciones y reclutó a Diop y Polonara. La pareja baskonista, bien complementada por la espuela de Vildoza, ajustó las cuentas con más carácter que brillantez. El Madrid perdió efervescencia en ese tramo, pero mantuvo la iniciativa con siete puntos de Carroll en el primer acto (15-16, m. 10). Sin embargo, el desatino ganó terreno y los ataques comenzaron a desafinar.
Campazzo jugó los 11 primeros minutos seguidos y su primer relevo fue Alocén, debutante en la competición con 19 años. El canterano del Zaragoza pagó los nervios del estreno, pero la defensa de Rudy y el buen trabajo de Randolph y Garuba sirvieron a los blancos para contener a un Baskonia creciente. Impulsados por los rebotes de Polonara y los puntos de Peters, los locales se afianzaron en el partido aprovechando las rotaciones madridistas. Al tiempo que abrillantaba su estadística, Peters dejó involuntariamente fuera de combate a su compañero Fall con un golpe en el rostro. El episodio remató una primera mitad pastosa por ambos bandos. La estadística retrató el desacierto: 8 de 22 en tiros de dos para el Baskonia, 6 de 16 en triples para el Madrid, siete pérdidas por equipos y una sensación de desorden generalizado (33-29, m. 20).
El propósito de enmienda madridista quedó lastrado por las faltas. A las tres que sumaba Tavares se unieron las cuatro de Thompkins que duró un santiamén en pista en la reanudación. Recuperó Laso su quinteto inicial y con esa mezcla (Campazzo, Carroll, Abalde, Randolph y Tavares) retomó una exigua ventaja. Para contrarrestar a los blancos, el Baskonia se encomendó al doble motor Henry-Vildoza. Pero ni unos ni otros encontraron en ese tramo la fluidez necesaria para salir del atolladero. La intensidad desembocaba casi siempre en prisas y el marcador sumaba a cuentagotas. El 42-47 no cuajó en estirón del Madrid y los de Ivanovic entraron por delante en la recta de meta tras armar un parcial de 10-2 en los últimos tres minutos del tercer cuarto (52-49, m. 30). La marabunta de Henry comenzó a sentirse a gusto en el correcalles y el Baskonia creyó definitivamente en la victoria (61-54, m. 34). Asumió el reto Campazzo, que se remangó para atajar a su homólogo baskonista, pero se quedó muy solo. Causeur y Laprovittola no sumaron ni un punto. La aportación de Abalde y Deck resultó estéril. Henry anotó su segundo triple, alcanzó los 21 puntos y colocó la renta de su equipo en un +10 a menos de cinco minutos para el final (66-56). No paró hasta agarrar el triunfo. Los 400 espectadores del Buesa ovacionaron a su ídolo y celebraron el triunfo del Baskonia en el inicio de la Euroliga. El Madrid perdió su primer partido del curso.