Osasuna le da la 'bienvenida’ al Cádiz en Primera
Dos buenos goles de Adrián y Rubén García condenan a los andaluces en su vuelta a LaLiga tras 15 años
Osasuna le dio la bienvenida al Cádiz a Primera obteniendo un justo y claro triunfo ante el conjunto andaluz, que deberá mejorar mucho para competir con garantías en el selecto club que constituye LaLiga. Osasuna, décimo clasificado en la pasada edición, fue superior técnica y tácticamente al Cádiz, tocado también por una pretemporada muy convulsa por el impacto del coronavirus, que ha afectado a jugadores clave como Álex Fernández e incluso a su entrenador, Álvaro Cervera.
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Osasuna le dio la bienvenida al Cádiz a Primera obteniendo un justo y claro triunfo ante el conjunto andaluz, que deberá mejorar mucho para competir con garantías en el selecto club que constituye LaLiga. Osasuna, décimo clasificado en la pasada edición, fue superior técnica y tácticamente al Cádiz, tocado también por una pretemporada muy convulsa por el impacto del coronavirus, que ha afectado a jugadores clave como Álex Fernández e incluso a su entrenador, Álvaro Cervera.
Osasuna también llegó con problemas, como las ausencias del Chimy Ávila o Brasanac, pero es un equipo hecho, que compite muy bien y que en estos momentos está varios escalones por encima de este Cádiz que se encuentra todavía en pleno proceso de construcción. No obstante, si los andaluces quieren permanecer en Primera, además de refuerzos deben adquirir el mínimo nivel competitivo para evitar encajar goles como los recibidos ante Osasuna. Si bien es cierto que las definiciones de Adrián y Rubén García fueron impecables, en el origen de ambas jugadas se produjeron dos claros errores defensivos del Cádiz.
Han tenido que pasar 15 años para que el Ramón de Carranza vuelva a ser de Primera. Aquella vez, el césped del estadio gaditano fue el escenario de las primeras bicicletas de Robinho como jugador del Madrid, que ganó por 1-2 con tantos de Ronaldo y Raúl en un campeonato que ansiaba un duelo entre el propio Robinho y un joven Messi. Ahora, al Cádiz le tocó recibir a Osasuna en un duelo con reminiscencias de las Ligas de los años ochenta, la época dorada en la élite del conjunto andaluz. Después de un bonito homenaje al futbolista y comunicador Michael Robinson, exjugador de Osasuna y ferviente cadista, el encanto lo rompió un perro viejo como Oier. Su anticipación ante el joven Sergio y su pase a Adrián, que definió a la perfección, acabó con el encanto de la noche andaluza. Osasuna jugó con inteligencia y se mostró superior al Cádiz, que empezó a comprobar la dificultad que supone jugar en Primera. Con Oier como señor del partido, Osasuna mantuvo el mando del partido sin excesivos agobios. Un dominio solo alterado por un par de disparos de Pombo. El Cádiz, con Negredo muy solo y fuera de forma en la delantera, era manifiestamente inferior técnica y tácticamente a Osasuna.
Mejoró en la segunda mitad. Con más fe quizás que fútbol y ayudado por el desplome físico de Osasuna, mucho más pesado y con menos ideas que en el primer acto. Salvi Sánchez lo intentó una y otra vez por la banda y fue el meta Herrera el que salvó a su equipo en dos buenas intervenciones, en especial ante un ajustado disparo de Pombo.
El 0-1 seguía siendo un marcador demasiado corto hasta que Osasuna le dio el golpe de gracia al choque. Un saque de banda prolongado por Torró desbarató a la débil zaga del Cádiz. Rubén García metió el cuerpo a Iza y se giró en un gran movimiento para hacer el 0-2. Osasuna logró su primer triunfo del curso manteniendo el buen nivel que mostró en el pasado. El Cádiz tiene tiempo para mejorar su rendimiento, aunque sin dormirse.