El mejor Sainz, el peor Ferrari
La consistencia y el hambre del español, segundo hace una semana, contrasta con la caída libre de su próximo destino, que viene de una de las carreras más negras. Hamilton, ‘pole’ en Mugello
Sobre el papel, este debía ser un gran año para Ferrari, que, sin embargo, difícilmente puede caer más bajo. Il Cavallino Rampante, el símbolo más universal que existe en el mundo de las carreras, está más enfangado que Artax, el inseparable compañero de Atreyu en La historia interminable, que se queda atrapado en el lodazal como consecuencia de su melancolía. Aunque desde los despachos de Ferrari se nieguen a calificar como crisis el mal momento que atraviesa el equipo, las estadísticas reflejan una caída libre que la semana pasada quedó perfectamente escenificada en Monz...
Sobre el papel, este debía ser un gran año para Ferrari, que, sin embargo, difícilmente puede caer más bajo. Il Cavallino Rampante, el símbolo más universal que existe en el mundo de las carreras, está más enfangado que Artax, el inseparable compañero de Atreyu en La historia interminable, que se queda atrapado en el lodazal como consecuencia de su melancolía. Aunque desde los despachos de Ferrari se nieguen a calificar como crisis el mal momento que atraviesa el equipo, las estadísticas reflejan una caída libre que la semana pasada quedó perfectamente escenificada en Monza. Allí, ni Charles Leclerc (13º) ni Sebastian Vettel (17º) lograron cruzar la meta entre los diez primeros, cerrando uno de los fines de semana más negros de las ultimas décadas para los bólidos rojos.
Completadas las ocho primeras paradas del calendario, la Scuderia circula a la deriva sin que nadie sea capaz de enderezar su rumbo. Leclerc pulula por la zona media de la tabla (séptimo) con solo cuatro puntos de ventaja sobre el décimo (Ricciardo). Vettel es el 13º con 16 míseros puntos en su casillero y con la cabeza más puesta ya en 2021, cuando se enfundará en el mono de Aston Martin. Ante ese panorama, uno podría pensar que Carlos Sainz, el elegido para coger el relevo del alemán en el constructor italiano la temporada que viene, estará tragando saliva ante el reto que se le presenta delante. Sobre todo, si tenemos en cuenta la espectacular progresión exhibida en los últimos años, agudizada desde que recaló en McLaren (2019).
Pero eso no va con el granítico carácter de este piloto de 26 años que lleva bajo la lupa desde la primera vez que Juanjo Lacalle, el representante de su padre, Carlos, bicampeón del mundo de rallies y una leyenda para el automovilismo español, le metió por primera vez en un kart cuando apenas levantaba dos palmos del suelo. “Para nada le tengo miedo al 2021. Será gran oportunidad para dar un paso en mi carrera que me llevará a competir con uno de los grandes equipos de la F1. Tengo por delante dos años de contrato y será un reto muy importante”, comenta el madrileño, que este domingo arrancará noveno en Mugello (15.10, Movistar Fórmula 1), donde Lewis Hamilton se adjudicó su séptima pole y donde Ferrari celebrará su gran premio número 1.000 en el campeonato.
Serenidad y consistencia
El aniversario de Ferrari no podría llegar en peor momento. En un trazado propiedad de la compañía, Leclerc saldrá el quinto, beneficiado por una bandera amarilla provocada por el trompo de Esteban Ocon (Renault). Vettel lo hará el 14º después de verse incapaz de pasar a la tercera criba de la cronometrada. “Estoy muy contento con esa quinta plaza, no me lo esperaba”, comentó el monegasco. El gatillazo de la estructura de Maranello en Monza contrastó con la que, probablemente, sea la mejor carrera de Sainz en los seis años que lleva en la F1. Una exhibición de velocidad, serenidad y consistencia que refleja de forma inmejorable el momento que atraviesa el español, que cruzó la meta el segundo y a quien le faltó una vuelta para meterle el morro a Pierre Gasly, el ganador. “Quién iba a decir que una segunda plaza me iba a dejar insatisfecho, ¿eh?”, resumió al bajarse del coche en el conocido como “el templo de la velocidad”.
Sainz desembarcará en Ferrari en su punto. En su camino hasta el fabricante de Módena ha tenido que remar más que nadie. Ha pasado de ser el hijo de Sainz al protegido de Alonso y al compañero de Verstappen (2015), antes de que su solvencia, traducida en resultados, le permitiera hacerse con una identidad propia a ojos de los demás. 2019 fue el curso de su consagración: finalizó el sexto, saboreó su primer podio (Brasil) y su aportación fue capital para que McLaren terminara el cuarto en la estadística de constructores, escalando dos posiciones respecto a 2018. Esa es, precisamente, la receta que necesita Ferrari para tratar de recuperar el paso perdido.