Llull: “Busco trucos para no depender tanto del físico”

El base del Real Madrid comienza su 15ª temporada en el club blanco estirando la ambición, asumiendo el destemple de jugar sin público y adaptando su juego a las necesidades y evolución de su cuerpo

Sergio Llull, en un entrenamiento con el Real Madrid. acbphoto

″Ser padre te enseña un tipo de amor muy diferente y también a tener paciencia, que es algo que a mí siempre me ha costado bastante", cuenta Sergio Llull (Mahón, Menorca, 32 años), que hace tres meses vio nacer a Gabriela, su segunda hija. Trabajando la pausa, dentro y fuera de la pista, acostumbrándose al destemple de jugar sin público y estirando la ambición, el base inicia este sábado en la Supercopa su 15ª temporada en el Real Madrid, dos menos que ...

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″Ser padre te enseña un tipo de amor muy diferente y también a tener paciencia, que es algo que a mí siempre me ha costado bastante", cuenta Sergio Llull (Mahón, Menorca, 32 años), que hace tres meses vio nacer a Gabriela, su segunda hija. Trabajando la pausa, dentro y fuera de la pista, acostumbrándose al destemple de jugar sin público y estirando la ambición, el base inicia este sábado en la Supercopa su 15ª temporada en el Real Madrid, dos menos que Felipe Reyes y a tres del récord absoluto de Rafa Rullán: “Son palabras mayores en un club tan exigente. El secreto es que siempre he sido consciente de la responsabilidad que conlleva esta camiseta”, señala antes de medirse al Iberostar Tenerife en semifinales.

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Pregunta. ¿Por dónde pasa la evolución del equipo?

Respuesta. Cuando vives un ciclo ganador como el que estamos teniendo nosotros en estos años, el hambre se retroalimenta. Eso no se debe perder nunca, el equipo lo sabe. Los rivales se refuerzan mucho y bien, pero nosotros estamos concentrados en lo nuestro, en aprovechar el momento y la experiencia. El depósito de ambición está siempre lleno.

P. ¿El ciclo está en periodo de consolidación o de resistencia ante el empuje de proyectos como el del Barça?

R. No solo se ha reforzado el Barça. Nosotros también nos hemos reforzado muy bien, y además con gente joven y nacional, que seguro que nos va a dar muchos años de buen baloncesto. Pasa como en la selección. Durante muchos años se hablaba del cambio generacional. De que cuando faltaran los júniors de oro no habría relevo… y resulta que esa transición se dio paulatinamente, casi sin darnos cuenta, y el año pasado fuimos campeones del mundo sin ningún miembro de la generación del 80. Cuando se vaya Felipe, cuando me vaya yo y cuando se vayan los siguientes, quedará el gran Madrid. Eso es lo que intentamos inculcar a los nuevos, queinterioricen esa exigencia y que sepan lo que tienen que hacer para seguir ganando. El que se refuercen los demás a nosotros nos refuerza la motivación.

P. ¿Qué les explican a los nuevos como Abalde y Alocén?

R. Se les intenta ayudar, con palabras y, sobre todo, con hechos. La ética de trabajo de Felipe y de los que llevamos más tiempo aquí tiene que servir de ejemplo. Después les intentamos aconsejar, explicarles cómo funciona el club, la exigencia… Carlos [Alocén] y Alberto [Abalde] se han adaptado rápido, son dos fenómenos.

P. ¿Cómo es jugar a puerta cerrada?

R. El deporte sin público pierde su gran valor. El baloncesto es un deporte de sensaciones y sentimientos y si le quitas una grada llena se pierden muchas emociones y mucha esencia. Pero es lo que nos toca ahora.

P. ¿Qué falló en la fase final de Valencia?

R. Fue una situación muy extraña. Después de estar tanto tiempo parados tuvimos algunos problemas de lesiones en la vuelta a los entrenamientos. En aquellos días también había compañeros que se tenían que quedar en casa esperando el resultado de los test. Y luego, en la burbuja, no nos supimos adaptar y todo eso nos pasó factura.

Llull, en un entrenamiento

P. Después de 10 años con Laso, ¿les consigue sorprender de alguna manera?

R. Cuando llevas tanto tiempo de relación somos más de conocernos con la mirada. Pero cada año hay que dar una vuelta de tuerca y Pablo [Laso] es el primero en hacerlo, incorporando algún recurso, alguna jugada nueva, alguna defensa distinta… Hay que trabajar para no ser previsibles para el rival.

P. ¿Cómo está Campazzo después de un verano complicado por la negociación de su salida a la NBA?

R. Bien, el Facu está bien. Es jugador nuestro y está con la misma ilusión y las mismas ganas que el resto. No sé cómo está el tema, sinceramente. Ahora se está jugando la NBA y no sé cómo funciona eso, de verdad. Lo que sí tengo claro es que el Facu se va a dejar la vida por este equipo cada minuto que esté aquí, como lo ha hecho todos estos años. Es un jugador excepcional y un tipo entrañable.

P. ¿Cómo valora el recorrido de Doncic en la NBA?

R. Es un auténtico espectáculo. Los que le conocíamos sabíamos que lo podía hacer muy bien, pero nos ha sorprendido incluso a nosotros. Es que está haciendo números al nivel de Jordan o LeBron en sus inicios en la liga. Va a dominar el baloncesto en los próximos años, ya lo está haciendo. Es joven, inteligente y sabe jugar muy bien a esto. Es una delicia verle madurar.

P. En 2015 usted se resistió a la tentación de la NBA y renovó hasta 2021. ¿Esta temporada le toca tratar la renovación?

R. Sí, pero no pienso demasiado en eso todavía. En aquel momento, tomé la decisión adecuada porque era lo que yo quería. Me sentí muy halagado por el interés de Houston y la oferta que me hicieron pero, como dije, mi sueño siempre ha sido el Madrid y aquí sigo. Intentando ayudar en todo lo que pueda.

P. ¿Y por dónde pasa su evolución? ¿Cuál es ahora la relación con su cuerpo, el juego, el tiro...?

R. Estoy en el punto de buscar trucos para no depender tanto del físico. La idea es entrenar mucho la técnica individual, encontrar recursos para escaparme por habilidad en las situaciones en las que antes me escapaba por físico. Te ves obligado a evolucionar tu juego, a leer mejor las situaciones del partido. Estoy haciendo también muchas repeticiones de tiro para intentar mejorar los porcentajes este año… La idea es mejorar y recuperar terreno.

P. ¿La batalla con la rodilla ya acabó?

R. Esa batalla también es una evolución constante. Lo peor ya ha pasado, pero cuando tienes una lesión tan grave como la que tuve en 2017, los años posteriores son complicados. Tienes que adaptarte a muchas circunstancias y a muchos dolores que antes no tenías. Te cambian hábitos y rutinas… Y cuando esa lesión coincide con el ir cumpliendo años se nota todavía más. Pero ahora creo que físicamente estoy en el mejor momento después de la lesión y voy a intentar mejorar más aún.

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