Koeman renueva las jerarquías en el Barça
El holandés, que se estrena este sábado en un amistoso, se rinde ante Messi, pero exige trabajo físico, disciplina y meritocracia
A los 33 años, Lionel Messi aceptó unir su marca a la de una cerveza. El capitán del Barcelona solía ser reticente a aceptar patrocinios de bebidas con alcohol. Sin embargo, no es un detalle menor el eslogan de la publicidad: Be a king, Sé un rey. Y así, como si formase parte de un protocolo de la casa real, cada uno de los entrenadores que han pasado por el banquillo del Camp Nou le rindieron reverencia al rosarino. “Estoy maravillado de tener al mejor jugador del mundo”, lo elogió Luis Enrique, en 2014. Palabras sim...
A los 33 años, Lionel Messi aceptó unir su marca a la de una cerveza. El capitán del Barcelona solía ser reticente a aceptar patrocinios de bebidas con alcohol. Sin embargo, no es un detalle menor el eslogan de la publicidad: Be a king, Sé un rey. Y así, como si formase parte de un protocolo de la casa real, cada uno de los entrenadores que han pasado por el banquillo del Camp Nou le rindieron reverencia al rosarino. “Estoy maravillado de tener al mejor jugador del mundo”, lo elogió Luis Enrique, en 2014. Palabras similares le dedicó Ernesto Valverde en 2017: “Es el mejor jugador que he visto nunca”. La pleitesía no la rompió Setién: “Será imposible que vuelva a aparecer un futbolista como él, lo hace todo bien”.
Ronald Koeman copió a sus antecesores, aunque le agregó un matiz. “Messi es el mejor y, en su forma física, es importantísimo. Lo ha demostrado hace muchos años y ojalá lo vuelva a demostrar este”, dijo el técnico holandés. Quiere a Messi, por supuesto, pero lo quiere al 100%. Y Messi ya lo sabe después de su primer encuentro con el holandés el 21 de agosto. “A Messi ahora hay que dejarlo tranquilo”, advirtió este viernes su amigo Éver Banega.
Pasado el desplante al Barcelona, el enfrentamiento público con el presidente Bartomeu y el desaire a la política de fichajes del club, Messi volvió a la rutina. No quería que quedara ninguna duda de la renovación de su compromiso con el Barça en el comienzo de su 17ª temporada en el primer equipo. Llegó al entrenamiento antes que nadie el lunes y el martes, mientras que el jueves se presentó a trabajar en solitario. Cambiaron las jerarquías en el vestuario, también las reglas. Koeman reconoce el pasado del grupo, se rinde frente al fútbol de Messi, pero las normas las pone él. “Se juega como se entrena y estoy contentísimo con el trabajo que se ha hecho en las primeras semanas”, sostiene Koeman.
Lo primero que hizo fue revolucionar el staff técnico. Solo se quedó con José Ramón de la Fuente. El entrenador de porteros es la sombra de Ter Stegen. Los otros cinco miembros de su cuerpo técnico son nuevos. El equipo lo encabezan Alfred Schreuder y Henrik Larsson, segundo y tercer entrenador respectivamente. La preparación física estará a cargo de Albert Roca, que ya trabajó en el club en la época de Rijkaard, complementado por Daniel Romero y Jaume Bartrés.
En la elección de su cuerpo técnico fue clave para Koeman confiar en personas discretas, celosas en cuidar la intimidad del grupo. El técnico quiere blindar el vestuario, receta holandesa: jugadores en el campo, entrenadores en la sala técnica y directivos en los despachos. “Me gusta la disciplina”, advirtió el defensa del Dream Team. En su primer encuentro con el grupo les dijo a los jugadores que había que estar en la Ciudad Deportiva una hora antes de cada entreno. “Si quedamos en el campo a las 9.30, será a esa hora, no a las 9.40. Si no se respeta, fuera de la convocatoria”, subrayó el preparador azulgrana que apuesta por la meritocracia, la cantera y la velocidad en el juego.
Este sábado se estrena en su primer amistoso ante el Nàstic (19:00), pero tiene todavía una cuenta pendiente: la renovación del vestuario. Solo se marchó Rakitic a la espera de que Arturo Vidal, Luis Suárez y Umtiti encuentren la puerta de salida. Messi se queda, pero con otras normas.