Álex Palou, el novato que brilla a la sombra de Fernando Alonso
A sus 23 años, el piloto catalán saldrá desde la séptima posición en su primera participación en las 500 Millas de Indianápolis, carrera en la que correrá sin un patrocinador principal
A la sombra de un Fernando Alonso que acapara gran parte de los focos en el que será su tercer intento de alcanzar la Triple Corona en las 500 Millas, hay otro piloto español que ha irrumpido con fuerza en los circuitos estadounidenses. A sus 23 años, Álex Palou (Sant Antoni de Vilamajor, Barcelona) se presentó en Indianápolis como novato tras debutar este mismo año en la Indycar, algo que no le pesó en exceso a la hora de demostrar su veloci...
A la sombra de un Fernando Alonso que acapara gran parte de los focos en el que será su tercer intento de alcanzar la Triple Corona en las 500 Millas, hay otro piloto español que ha irrumpido con fuerza en los circuitos estadounidenses. A sus 23 años, Álex Palou (Sant Antoni de Vilamajor, Barcelona) se presentó en Indianápolis como novato tras debutar este mismo año en la Indycar, algo que no le pesó en exceso a la hora de demostrar su velocidad en el óvalo, como demostró en la calificación. El piloto catalán saldrá este domingo (20.30, Movistar F1) desde la séptima posición de la parrilla con el objetivo de pelear por la victoria en en una de las pruebas más míticas del automovilismo, algo que solo han logrado diez debutantes en los más de 100 años.
Siendo un rookie, Palou se coló en el Fast 9, la sesión en la que los nueve pilotos más rápidos se jugaron la pole, y en la que acabó séptimo. Solo un problema mecánico le impidió luchar por cotas más altas. “Es doloroso”, se lamentaba tras finalizar la tanda de cuatro vueltas, en la que un fallo en la distribución de pesos de su coche le obligó a reducir el ritmo y le impidió colarse entre los cinco primeros. “Hemos tenido un par de problemas con el weight jacker que hay que revisar. No sé si ha sido un problema mío o del coche”, explicaba frustrado a pesar de haber logrado un gran resultado.
Porque Palou se presentó en Indianápolis con lo justo. Apenas unas horas en la semana anterior en un simulador virtual, y a correr en el óvalo más conocido del planeta. Un proceso similar al que vivió en julio en su debut en el campeonato americano, al que llegó prácticamente virgen después de que la preparación previa quedara anulada por la pandemia y solo pudiera completar un día de pretemporada en el Circuito de las Américas de Austin antes de empezar a competir. El piloto catalán corre además con uno de los coches más modestos de la categoría, el del equipo Dale Coyne Racing (motor Honda). De hecho, es el único de los 33 pilotos que tomarán la salida el domingo que no cuenta ni siquiera con un patrocinador principal en su monoplaza, que ha colocado entre los diez mejores de la parrilla.
“El coche es genial y me lo está haciendo todo mucho más fácil, es increíble. Nunca pensé que podía ser posible lo que estamos haciendo”, explicaba tras la calificación Palou, que se siente capacitado para pelear por todo. “Me siento muy fuerte. Aquí siempre es bueno salir entre los 10 ó 15 primeros, tenemos un gran ritmo de carrera y en tráfico hemos avanzado en estos días con respecto al pasado. Así que intentaré seguir a los mejores en carreras y espero poder ofrecer lo mejor”, decía de cara a la cita del domingo.
Como ocurrió con Alonso, Palou fue descubierto en sus inicios por Adrián Campos, que le hizo dar el salto del karting a los monoplazas. Tras unos años de peregrinaje por las categorías inferiores del automovilismo que le llevaron a la Super Fórmula japonesa, donde fue tercero en 2019 y peleó por el título hasta la última carrera, le llegó la oportunidad de emigrar a Estados Unidos. Esa temporada en el campeonato nipón, unida a un gran test con su actual equipo de Indycar, fue clave para que, gracias al apoyo de Honda, tuviera la oportunidad de disputar al campeonato de monoplazas americano, quitándole el puesto al expiloto de Fórmula 1 Sebástien Bourdais.
Tener que adaptarse sobre la marcha a un coche y un campeonato desconocidos, con un calendario comprimido y con circuitos en los que nunca había pilotado, no le ha impedido mostrarse como uno de los más veloces. Desde el primer momento se convirtió en un habitual entre los diez primeros en clasificación e incluso ha logrado ya subirse al podio en la Road America, una de las seis carreras disputadas hasta la fecha. El resto es una historia que acaba de empezar, pero que este domingo puede escribir una de sus páginas más brillantes en las 500 Millas de Indianápolis.