Celta y Deportivo, en el alambre
Los vigueses desaprovechan su fuerte inversión y el conjunto coruñés, campeón en 2000, está a un paso de hundirse en 2ªB
Una intensa borrasca deportiva afecta a los grandes clubes del fútbol gallego, que llevan meses entre malos vientos. Celta y Deportivo creyeron estar próximos a la orilla, pero la última brazada se les complica y afrontan la última jornada en peligro de perder la categoría. Un triunfo del Leganés ante el Madrid obligaría a los vigueses a vencer en casa del Espanyol para seguir en Primera. Más al cuello tiene el agua el Deportivo, uno de los nueve campeones de Liga, pendiente de resultados ajenos para seguir en el fútbol profesional. Debe superar el lunes en Riazor al Fuenlabrada, que pelea por...
Una intensa borrasca deportiva afecta a los grandes clubes del fútbol gallego, que llevan meses entre malos vientos. Celta y Deportivo creyeron estar próximos a la orilla, pero la última brazada se les complica y afrontan la última jornada en peligro de perder la categoría. Un triunfo del Leganés ante el Madrid obligaría a los vigueses a vencer en casa del Espanyol para seguir en Primera. Más al cuello tiene el agua el Deportivo, uno de los nueve campeones de Liga, pendiente de resultados ajenos para seguir en el fútbol profesional. Debe superar el lunes en Riazor al Fuenlabrada, que pelea por la promoción, y aguardar el tropiezo de Albacete o Lugo. Un empate le dejaría a expensas de una triple carambola. Una derrota le ahogaría en Segunda B.
El potencial de ambas escuadras daba para atisbar otros objetivos. El Celta rascó puntos contra los mejores. Empató en el Bernabéu y hace tres semanas frustró al Barcelona. No cayó en sus dos duelos contra el Atlético y el Sevilla y venció en campo de Villarreal y Real Sociedad. “No veo un motivo que explique por qué contra los grandes estamos mejor”, señala el entrenador, Óscar García Junyent. Tras empatar contra los culés firmó su renovación. Desde entonces el equipo sumó dos puntos de 15. “¿Ansiedad? ¿Cómo no va a haberla? No queda otra que estar juntos”, resuelve Iago Aspas, tótem del equipo.
El Celta se reconstruyó el verano pasado con 39 millones en fichajes y un lema: “Esto va de corazón”. Iba de reclutar a futbolistas forjados en Vigo. Denis Suárez, Rafinha, Santi Mina y Pape volvieron para sumar junto a Iago Aspas, Hugo Mallo, los metas Rubén Blanco y Sergio Álvarez y los emergentes Brais Méndez y Kevin Vázquez. La apuesta por el talento autóctono se sustenta con músculo financiero porque el club, que en 2008 entró en proceso concursal con una deuda de 67,5 millones de euros, ingresó desde entonces el doble por ventas de jugadores y sin descapitalizarse deportivamente.
Pero la pelota le puso en su sitio porque el equipo palideció en las áreas. El charrúa Maxi Gómez había aportado 31 goles en las dos últimas campañas y una alquimia ideal con Aspas. Su marcha al Valencia se suplió en falso porque Santi Mina no tiene su colmillo y Toro Fernández resultó un fiasco. El déficit goleador se agregó a los problemas sin resolver en la retaguardia. Óscar arribó, tras 12 jornadas con Fran Escribá, dispuesto a blindarse. A caballo del confinamiento encadenó siete jornadas con tan sólo un gol en contra. Pero un nefasto mes de julio condena al Celta a más sufrimiento.
En el Deportivo la tortura semeja perpetua. Hace dos temporadas cayó de Primera justo cuando parecía revitalizarse tras ganar la Champions de la deuda, con 160 millones de euros de números rojos en enero de 2013. En cinco ejercicios pagó más de 80, pero siempre fue inestable en lo futbolístico. Alejarse de la máxima categoría, de la que se quedó a un gol hace un año, le abocó a reducir su capacidad salarial a una cuarta parte y con amortizaciones pendientes que lastraban su capacidad de maniobra. Se forjó una plantilla con jóvenes con la mili por hacer y expertos de liderazgo débil. Según la web Transfermarkt, tres de los cinco futbolistas con más valor de mercado de Segunda juegan en el Deportivo (Montero, Mollejo y Nolaskoain). El más veterano de ellos no tiene 22 años.
En la cuarta jornada un sector de la grada reclamó en el estadio la dimisión del consejo de administración presidido por Paco Zas. Era su quinto partido en el palco de Riazor. En diciembre se marcharon con el equipo colista, un ambiente irrespirable y un nuevo plan liderado por Fernando Vidal, el directivo responsable del área deportiva entre 2014 y 2017, que pactó con Abanca un préstamo de cinco millones para mudar el plantel con ocho nuevos futbolistas. El compromiso con el banco conllevaba también que de máximo acreedor pasase a dueño del club con la conversión de 35 millones de deuda en acciones.
La aportación de los refuerzos llegados gracias a esa maniobra ha sido tibia, pero el equipo emergió, activado por Fernando Vázquez. El técnico llegó en el ecuador con la permanencia a siete puntos. Sólo el Tenerife sumó más en las últimas 20 jornadas. Hace cuatro, el club se creyó a salvo. Pero hila tres derrotas, alguna tan sonrojante como la que sufrió ante un Extremadura (2-3) descendido y lleno de juveniles.
El campeón de la Liga del 2000 está en el alambre. Desde que en 1929 se juegan ligas nacionales solo estuvo dos campañas alejado de las dos primeras categorías. En 1974 cayó a la vieja Tercera; en 1980 se fue a Segunda B. Ese año le acompañó el Celta.