Querejeta busca soluciones en el Alavés
El despido de Asier Garitano y la contratación de López Muñiz trata de evitar la debacle tras el confinamiento
A Josean Querejeta nunca le tiembla el pulso. Antes de la pandemia, cuando el Baskonia de Perasovic deambulaba por la Liga Endesa y por Europa, cortó de cuajo. Destituyó al técnico y contrató a Dusko Ivanovic, viejo conocido de la casa. Nada había cambiado desde que se fue, salvo la coleta que luce ahora, pero todo cambió en unos meses. Después de diez años, ...
A Josean Querejeta nunca le tiembla el pulso. Antes de la pandemia, cuando el Baskonia de Perasovic deambulaba por la Liga Endesa y por Europa, cortó de cuajo. Destituyó al técnico y contrató a Dusko Ivanovic, viejo conocido de la casa. Nada había cambiado desde que se fue, salvo la coleta que luce ahora, pero todo cambió en unos meses. Después de diez años, el equipo vitoriano alcanzó la suficiente competitividad como para ganar el campeonato.
En el fútbol Querejeta utiliza los mismos parámetros. El Alavés ha sido una bendición para el dirigente del ahora denominado Grupo Baskonia-Alavés, un complemento magnífico para reforzar la estructura empresarial con los ingresos que genera la entidad albiazul por derechos de televisión. Un descenso a Segunda sería catastrófico, así que ante la tesitura también ha cortado por lo sano. Con el Real Madrid en el horizonte, cuando estaba a seis puntos de la zona de descenso –ahora solo a tres tras la victoria este jueves del Mallorca, aunque tiene el golaverage particular ganado a los bermellones–, no tuvo ningún reparo en anunciar el despido de Asier Garitano y de todo su equipo de trabajo para dar entrada en el club al entrenador asturiano José Ramón López Muñiz, contratado para los últimos cuatro partidos de LaLiga. En este caso, la reacción tiene que ser inmediata, porque no hay demasiado margen para los ensayos.
Antes de la última derrota del Alavés en Valladolid (1-0), Querejeta ya había avisado: “Estamos en una clara situación de descenso. Si los jugadores no dan un paso al frente, el año que viene estaremos en Segunda”. También advirtió a Garitano: “Todo el mundo puede peligrar”, aunque “no es una cuestión del entrenador. Es una cuestión de los jugadores. Lo que hemos visto hasta ahora es deprimente”.
Antes del parón, la situación del Alavés estaba controlada, con 32 puntos a falta de once partidos. Según los cálculos, bastaban tres victorias para salvar la categoría, pero el regreso ha resultado catastrófico. El conjunto vitoriano solo ha sumado tres puntos, tras vencer a la Real en Mendizorroza, pero perdió el resto de los partidos, ante el Espanyol (2-0), el Celta (6-0), Osasuna (0-1), Atlético de Madrid (2-1), Granada (0-2) y Real Valladolid. En ese instante, Asier Garitano supo que estaba sentenciado. Nunca encajó demasiado bien en Vitoria. Estaba cuestionado casi desde el comienzo de la temporada, pero el Alavés se estabilizó, y entonces llegó el parón y la debacle competitiva. El relevo del técnico, López Muñiz, llega, como sucede en estos casos, con las pilas puestas, dispuesto a inyector optimismo a los jugadores: “Nos jugamos 12 puntos y hay que conseguir los máximos posibles. Partimos con ventaja en la tabla con respecto a otros equipos. El rendimiento debe ser máximo”. Sobre su primer reto, el Real Madrid, asegura: “Espero que el equipo dé la cara. Es un partido importante con tres puntos en juego. Hay la máxima motivación. No nos podemos permitir el lujo de renunciar a ningún partido”.