Balón para Riqui Puig
El canterano, que revolucionó junto a Ansu Fati el duelo ante el Athletic, espera su oportunidad ante el Celta por las bajas de Busquets y De Jong
El Barça jugaba con el Athletic hasta llegar a la zona caliente, donde se difuminaba y perdía la armonía que destilaba desde atrás. Los puntas se juntaban por dentro, los laterales no pisaban la línea de fondo, desgastados por los esforzados extremos contrarios, y el equipo se extraviaba sin decidir. Hasta que entró Ansu para abrir la banda y exprimir el uno contra uno; hasta que llegó Riqui Puig (Matadepera, Barcelona; 20 años), que guardaba el esférico para luego removerlo y empastar el fútbol colectivo. “El rival ha ...
El Barça jugaba con el Athletic hasta llegar a la zona caliente, donde se difuminaba y perdía la armonía que destilaba desde atrás. Los puntas se juntaban por dentro, los laterales no pisaban la línea de fondo, desgastados por los esforzados extremos contrarios, y el equipo se extraviaba sin decidir. Hasta que entró Ansu para abrir la banda y exprimir el uno contra uno; hasta que llegó Riqui Puig (Matadepera, Barcelona; 20 años), que guardaba el esférico para luego removerlo y empastar el fútbol colectivo. “El rival ha ido perdiendo ritmo y la clave era moverlo para encontrar los espacios por dentro”, apuntó Riqui al acabar el choque en un discurso tan futbolero como azulgrana, pues el ABC de La Masia siempre fue tener el balón hasta hallar la rendija y el gol. Palabras que bien pudieron utilizar en su día De la Peña, Iniesta o Xavi, que dieron sentido al juego con el balón en los pies y no al revés. Como Riqui Puig y su fútbol neuronal. Ante el Celta, este sábado (17.00, Movistar LaLiga) podría tener su ocasión. “Podría ser un buen momento para él, teniendo ausencias de jugadores tan importantes como De Jong y Busquets”, conviene Setién.
Tras escuchar las vehementes instrucciones de Sarabia, segundo de Setién, y recibir una palmadita en el brazo del míster, Riqui, el chico liviano (1,69 metros y unos 60 kilos), se peleó hasta con su sombra por recuperar el balón y dotarlo de sentido ante el Athletic. “Su entrada y la de Ansu nos ha dado más de dinamismo y nos ha facilitado tener alguna posesión más larga”, reconoció Setién. Riqui siguió el hilo argumental ante los medios con una camiseta blanca con letras bordadas en rojo y un mensaje: Why not? [¿Por qué no?].
La irrupción de Riqui puede recordar a las de otros futbolistas como De la Peña y su sociedad con Ronaldo, a la de Xavi y su gol al Valladolid que salvó la cabeza de Van Gaal o incluso a la de Iniesta, tan progresiva que hasta fue suplente en la final de la Champions de 2006 con Rijkaard. “Son casos contados los que pasaron al primer equipo sin previa escala en el filial como Messi”, apuntan desde la ciudad deportiva azulgrana. Aunque es una exigencia que el Barça no ve con malos ojos, ahora que se plantea traspasar a Arthur a la Juve (con Pjanic de por medio), del mismo modo que vendería al mejor postor a Rakitic y a Arturo Vidal de recibir una oferta golosa. La idea, en cualquier caso, es que haga la pretemporada con el primer equipo –como lleva haciendo desde 2018 con Valverde- y ya se verá. “Seguimos en un proceso normal. Estamos muy contentos con él, pero tiene que seguir y hacer muchos partidos como el del otro día”, exponen desde las oficinas del Camp Nou; “tiene personalidad, no se asusta, un ritmo diferente y otra energía. Aunque tiene que mejorar en la toma de decisiones, ser efectivo y no perder balones como logró el otro día”. Setién agrega: “Últimamente ha dado un nivel en los minutos que ha jugado, y en los entrenamientos le hemos visto el mismo. Ese es el camino. Ahora se trata de que mantenga esa versión permanentemente porque eso es lo que da más opciones de jugar, teniendo en cuenta que estamos en el Barcelona y son los mejores”.
No le importa pelear a Riqui, que ya se llevó su negativa hace unos cursos hasta que Valverde pidió que siguiera en el club, acostumbrado también a las tarascadas en Segunda B, incluso a pelearse con el palo de golf en el Real Club de Golf El Prat unas cuantas veces a la semana, ahora que su hándicap es 16. “Espero seguir ayudando al equipo con buenos minutos”, expuso Riqui, que ha participado en los últimos tres encuentros y ya suma 146. Pide el cambio generacional, ahora que hay tantos jugadores que pasan de la treintena (Neto, Alba, Busquets, Rakitic, Suárez, Vidal, Messi y Piqué, además de Braithwaite y Griezmann, que tienen 29). Una necesidad en el Barça, club que saca pecho con la cantera pero que desde la temporada 2013-14, cuando se atornilló Sergi Roberto, no ha consolidado a ningún jugador del filial.
El Camp Nou, ávido de jóvenes que sientan el escudo, de futbolistas que salvaguarden el estilo, lo reclama. Riqui se suma. Y el fútbol flemático del Barça, también. Frente al Celta, con Busquets sancionado, con De Jong y Sergi Roberto lesionados, y con Arthur con un pie fuera del equipo, podría salir de inicio junto a Rakitic y Vidal.