Juan Carlos Unzué: “Estoy fuerte para convivir con la ELA”
El exportero y entrenador anuncia que sufre esclerosis lateral amiotrófica y se compromete a pelear por visibilizar la enfermedad
Juan Carlos Unzué, exportero y ex segundo entrenador del Barcelona, sufre esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular. Así lo anunció él mismo este jueves en el Auditori 1899, uno de los espacios junto al Camp Nou, donde sonaba Jarabe de Palo mientras se aguardaba su entrada en la sala. El añorado Pau Donés recordaba a los presentes por...
Juan Carlos Unzué, exportero y ex segundo entrenador del Barcelona, sufre esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular. Así lo anunció él mismo este jueves en el Auditori 1899, uno de los espacios junto al Camp Nou, donde sonaba Jarabe de Palo mientras se aguardaba su entrada en la sala. El añorado Pau Donés recordaba a los presentes por qué todo le parecía Bonito, como su canción, como la vida que tanto y tantas veces celebró. Es el mismo espíritu el que envuelve la conferencia de prensa de Unzué, que entró en la sala acompañado del presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu. Caminaba despacio. Y con dificultad. Pero no le costaba nada sonreír. Dio cuatro pasos y se abrazó con Luis Enrique. Su ya reducida movilidad le permitió levantar lo suficiente los brazos como para recibir el calor de su amigo.
Instantes más tarde, el entrenador se arrancó sin reparos. Explicó Unzué, de 53 años, que sufre ELA desde hace casi un año, cuando era todavía entrenador del Girona y recibió un primer diagnóstico que confirmó hace pocos meses. “Entonces, el doctor Ricard Rojas me animó a seguir adelante. Desde el pasado verano voy cojeando, mi pie derecho ha perdido fuerza y el dedo gordo del pie se me cae un poco. He tenido que cambiar la técnica para andar”, explicaba con gracia. Aquello, dijo, no le impidió seguir dando órdenes desde el banquillo. “Estaba limitado en el sentido físico. Pero podía seguir adelante. Hasta que salí del equipo y me centré en la enfermedad”. Era el mes de octubre; en febrero, la doctora Mónica Povedano confirmó el diagnóstico: “En mi caso la ELA está afectando a mis extremidades: brazos, manos y piernas de forma asimétrica”, señaló. Y añadía: “Es una enfermedad que no tiene tratamiento, ni tiene cura, excepto unas pastillas que estoy tomando desde el primer diagnóstico y que a la mayoría de pacientes nos ayuda a suavizar los efectos de la enfermedad. Os puedo asegurar a todos que lo llevo bien. Estoy fuerte mentalmente para convivir con esta difícil enfermedad”.
Resuelto y reivindicativo, el exportero quiso hacer pedagogía, y también dar un tirón de orejas a quienes miran para otro lado. “La pandemia nos ha dejado sentir que somos más vulnerables de lo que creíamos, pero también la fuerza que tenemos como sociedad si vamos juntos. Es imprescindible que los referentes políticos den buen ejemplo, y creo que no lo están haciendo. Estos meses he podido percibir la poca visibilidad que tiene la ELA en nuestro país, las grandes dificultades que los pacientes tienen para vivir dignamente y la falta de recursos que hay en este país, tanto privados como públicos”.
4.000 enfermos en España
Unzué quiso hacer pública su enfermedad en lugar de recluirse, tranquilo, con su familia en Pamplona, su ciudad, para utilizar su popularidad y luchar por mejorar la situación de los pacientes de ELA. “Me siento un auténtico privilegiado por lo que la vida me ha dado; también por lo que puedo hacer con enfermedades como la ELA, que desgraciadamente son invisibles pero están ahí”, indicaba. “A partir de ahora mi objetivo ya no va a ser entrenar a equipos de fútbol, voy a firmar por un equipo modesto y muy comprometido”, dijo en referencia al trabajo que hará con la Fundación Luzón. Y añadió: “Voy a tener muchos compañeros y compañeras: somos unos 4.000 en este país y el mercado de fichajes tiene mucho movimiento: cada día sumamos tres caras nuevas al equipo, pero también perdemos a otros tres a causa de la ELA”.
Juan Carlos Unzué, que está dispuesto a entrar en ensayos clínicos que puedan impulsar la investigación de la enfermedad —”hay un par que empiezan en poco tiempo”, indicó—, entrenó al Girona (2019) y al Celta de Vigo (2017-1018). También fue segundo entrenador en el Barça, de 2014 a 2017, cuando Luis Enrique lideraba al equipo. También con él fue segundo técnico en el Celta, en la campaña 2013-2014; antes había sido entrenador de porteros, primero con Frank Rijkaard, también en el club azulgrana, y luego con Pep Guardiola.
Como jugador, Unzué estuvo 18 años en el fútbol de élite. Empezó en Osasuna en la temporada 1986-1987; un año después fichó por el Barcelona, donde estuvo dos años y ganó una Copa del Rey y una Recopa de Europa. En Sevilla pasó la mayor parte de su carrera como portero. Tras siete años en el equipo hispalense, jugó en Tenerife y en Oviedo. Y volvió a casa, Osasuna, donde jugó hasta 2003. Aunque fue convocado en más de una treintena de ocasiones por las categorías inferiores de la selección, nunca llegó a debutar en la absoluta.
Terminada la conferencia de prensa volvió a sonar la música. Y mientras Unzué charlaba con sus amigos, entre los que se contaban Guillermo Amor, Carles Puyol o Quique Setién, además de Luis Enrique, o los jugadores del Barça Piqué, Busquets, Alba y Sergi Roberto —especialmente sensibilizado con la enfermedad que también sufrió su madre, fallecida el pasado enero—, siguió cantando a la vida Donés: “Eso que tú me das, es mucho más de lo que pido. Todo lo que me das, es lo que ahora necesito”.