La Premier descubre el abismo de los números rojos
El coronavirus desata el caos en el torneo más rico del mundo, sobrecargado por gastos insostenibles y ahora en conflicto con sus futbolistas y con los políticos
Cuando Javier Tebas decía en 2018 que la Premier se aproximaba al abismo de los números rojos, las advertencias del presidente de la patronal de los clubes del fútbol español resonaban a escrúpulos de policía de cuentas. Entonces el Brexit era un proceso nuevo, la libra cotizaba con fuerza, y la competición más popular del planeta facturaba 5.982 millones de euros con perspectivas de doblar a LaLiga gracias al incremento del 20% sus ingresos en la inminent...
Cuando Javier Tebas decía en 2018 que la Premier se aproximaba al abismo de los números rojos, las advertencias del presidente de la patronal de los clubes del fútbol español resonaban a escrúpulos de policía de cuentas. Entonces el Brexit era un proceso nuevo, la libra cotizaba con fuerza, y la competición más popular del planeta facturaba 5.982 millones de euros con perspectivas de doblar a LaLiga gracias al incremento del 20% sus ingresos en la inminente subasta de derechos televisivos del trienio 2019-2022.
Indiferente al esplendor, Tebas insistía en dividir la cifra del negocio por la remuneración total salarial. El umbral de la salud financiera —decía— se traspasa cuando la masa salarial supera el 60%, y la Premier, que en 2018 ya empleaba el 54% de sus ingresos en pagar a los futbolistas, iba camino de romper el molde.
Contra pronóstico, la puja desaforada de las grandes multinacionales de Internet nunca se materializó y la subasta de 2018 exhibió el estancamiento de la cotización de los derechos audiovisuales. La pasada campaña la Premier ingresó proporcionalmente menos que la anterior, pero muchos clubes se encontraron con que incrementaban sus gastos según unos presupuestos irrealizables. Cuando la pandemia de coronavirus golpeó Inglaterra, el caballo ya se había desbocado. Según datos del Registro Mercantil del Reino Unido revelados por The Athletic al cierre del curso 2019-20 el ingreso total de los 20 clubes de la primera división ascendió a 5.500 millones de euros y su gasto salarial fue de 3.430 millones, el 62% del negocio.
Las pérdidas ya eran cuantiosas al cierre del ejercicio pasado, con 12 clubes de 20 en números rojos. Everton (120 millones), Chelsea (115), Aston Villa (44), Norwich (40), Palace (36), Southampton (35), Bournemouth (32), West Ham (32), Arsenal (26), Sheffield (24), Leicester (22) y Brighton (21) acumularon más de 500 millones de euros en pérdidas solo en la temporada 2018-19. Ahora los clubes advierten de que si no pueden concluir la actual temporada, interrumpida en marzo, el déficit se profundizará porque dejarán de cobrar 870 millones de euros de derechos televisivos más 450 millones de taquilla.
Kieran Maguire, profesor de Industria del Fútbol en la Universidad de Liverpool, indicó a The Athletic que “el coste de personal más gastos de amortización” de la Premier “equivalen al 86% de los ingresos totales” en una industria muy expuesta. “Si fallan los derechos audiovisuales, la mayoría de los clubes carecen de planes de contingencia”. Con más dramatismo, un asesor de la Premier declaró la semana pasada al Financial Times que “muchos clubes no alcanzarán la otra orilla”.
Con más de 133.000 casos de Covid-19 y 18.000 muertes registradas hasta ayer, el Reino Unido se ha convertido en uno de los lugares más inhóspitos de Europa para organizar partidos de fútbol. Los equipos permanecen confinados y el regreso a la competición está menos planificado que en Alemania, Italia o España.
Desesperados por recortar gastos, hace dos semanas los clubes propusieron a los futbolistas una rebaja del 30% de los salarios. En socorro de la patronal acudió el inesperado secretario de Sanidad del Gobierno de Boris Johnson, el conservador Matt Hancock, instando a los jugadores a rebajase el sueldo: “Los futbolistas tienen que jugar su papel”. La maniobra encontró la oposición frontal de la Asociación de Futbolistas Profesionales, en la persona de su líder, Gordon Taylor: “Si los jugadores se rebajan los salarios sus patrones se ahorrarán el dinero pero la sanidad pública británica perderá los 200 millones de euros que dejarán de cotizar”.
“Vacío moral”
El conflicto se politizó hasta el bloqueo. Cuando clubes como el Tottenham o el Liverpool se acogieron a los expedientes de regulación temporal de empleo previstos por el Gobierno para ayudar a las empresas, dentro del propio gabinete estalló la disensión. “Estos expedientes no están pensados para la Premier”, protestó el secretario de Cultura, Oliver Dowden. “El fútbol vive en un vacío moral”, denunció el parlamentario tory Julian Knight, autor de un manual para evadir impuestos titulado Probate and Inheritance Tax for Dummies.
Ahora los expertos repiten el mantra de Tebas. Pronostican un futuro negro para los clubes que han traspasado la línea roja dedicando más del 60% de la recaudación a pagar salarios. Según el Registro Mercantil del Reino Unido, la mitad de los clubes gastan más del 70% en masa salarial. El Sheffield, que ha superado al Tottenham y al Arsenal en la tabla de clasificación, paga un precio leonino por la hazaña que le permite ir séptimo tras su ascenso el año pasado. Dedica el 195% de sus ingresos a pagar salarios. Es decir, gasta 1,95 libras por cada libra que ingresa.
El Sheffield juega con las perspectivas de un negocio futuro cuya realización ahora depende del desarrollo de la epidemia de coronavirus. Si esto es irracional, la locura es colectiva. El Aston Villa dedica el 175% de sus ingresos a pagar salarios, el Norwich el 161%, el Bournemouth el 85%, el Everton el 85%, el Leicester el 84%, el Crystal Palace un 78%, el Southampton un 77%, y el Brighton y el West Ham hasta el 71%. Solo seis clubes ingleses respetan el baremo de gasto salarial de la UEFA: Manchester City (59%), Liverpool (58%), Watford (57%), Manchester United (54%), Wolves (53%) y Newcastle (52%).
Dan Plumley, profesor de la Universidad de Hallam, en Sheffield, resume la coincidencia académica general: “La crisis del Covid-19 ha expuesto cuán estresada estaba la industria y cómo muchos clubes vivían de la mano a la boca”.