Kilian Jornet: “Esto es una gran prueba para ver cómo funcionamos como sociedad”
El atleta de montaña, que vive en Noruega, reflexiona sobre las consecuencias sociales de la pandemia
Kilian Jornet (Sabadell, 32 años) ha ofrecido el visionado gratis de los documentales que ha grabado sobre sus retos en ultramaratones y cumbres para combatir el confinamiento a causa del coronavirus. Desde las afueras de Andalsnes, un pequeño pueblo en la costa oeste de Noruega, mientras descansa de perseguir a su hija de un año, que ya anda desde hace dos meses, el especialista en carreras y esquí de alta montaña reflexiona sobre este insólito momento.
Pregunta. ¿Cómo está la situación en Noruega?
Respuesta. Han cerrado fronteras, escuelas y universidades, pero de moment...
Kilian Jornet (Sabadell, 32 años) ha ofrecido el visionado gratis de los documentales que ha grabado sobre sus retos en ultramaratones y cumbres para combatir el confinamiento a causa del coronavirus. Desde las afueras de Andalsnes, un pequeño pueblo en la costa oeste de Noruega, mientras descansa de perseguir a su hija de un año, que ya anda desde hace dos meses, el especialista en carreras y esquí de alta montaña reflexiona sobre este insólito momento.
Pregunta. ¿Cómo está la situación en Noruega?
Respuesta. Han cerrado fronteras, escuelas y universidades, pero de momento no hay cuarentena y se puede salir a la calle. Como nosotros veníamos de Italia, estuvimos unos 10 días en casa y luego ya he empezado a entrenar normal. Vivo en una región en la que cuando salgo a entrenar, en todo el invierno me cruzo a dos o tres personas. Puedo entrenar sin ver a nadie, así que tampoco lo noto mucho.
P. ¿Cómo vive lo que pasa en España?
R. Como un problema global. Antes de estar en Noruega, estuvimos en Francia e Italia y vivimos la situación allí. Hay que actuar rápidamente y las medidas, aunque parezcan drásticas, son importantes. Si sigues encontrándote con gente, el virus se va a seguir propagando. Yo puedo entrenar pero no me meto en líos de montaña por si hay algún problema no colapsar el sistema sanitario. Lo importante es no mirar la parte individualista, sino pensar en el colectivo. Puedes no tener síntomas pero ser transmisor y hacer que no se rompa la cadena, hay que ser conscientes de eso.
P. En la montaña muchas veces se ve tanto el egoísmo como la solidaridad de la gente. ¿Ahora también?
R. Sí. En los momentos más difíciles sale lo mejor y lo peor de cada persona. Esto es un gran test para ver cómo funcionamos como sociedad. Es algo global. Es una epidemia que afecta al primer mundo. Cuando ha pasado en el tercer mundo no le hemos hecho caso. Esto va a hacer replantear muchas cosas de cómo funcionamos como sociedad.
P. Resuelta que en la sociedad de la tecnología y de la comunicación a distancia ahora el alejamiento humano es obligatorio...
R. Yo soy bastante introvertido y estar cerca no es de las cosas que muchas veces busque, pero esto nos va a hacer darnos cuenta de lo importante que es ese contacto humano. El capitalismo es muy individualista y estamos viendo que funciona la sanidad pública y ayudarnos. Hay que pensar en qué modelo de sociedad queremos. La mayoría de gente reacciona bien. Se puede funcionar de manera más colectiva.
P. Usted que vive y compite en contacto con la naturaleza, ¿cree que esta crisis tiene relación con el mal cuidado del medio ambiente?
R. No creo. Esto es un virus que puede ser químico o puede ser que estuviera enterrado en los glaciares y con el deshielo haya salido, que venga de animales o haya estado aquí durante años. Hay que aprovechar ahora para cuando volvamos a arrancar la maquinaria del sistema mundial replantearnos que las bajadas de contaminación por ejemplo en China han sido impresionantes. Quizás no hay que volver al mismo ritmo que antes, sino que se puede vivir con un ritmo menor. Será difícil que pase, pero ahora hay mucha más concienciación ecológica en las generaciones más jóvenes. Los intereses económicos son otros, pero grandes empresas también van cambiando la manera de pensar.
P. ¿El cambio climático lo aprecia en sus entrenamientos?
R. Sí, se ve de año a año. En los glaciares es muy visual. Va bajando el nivel de hielo en zonas como el Himalaya, los lagos van creciendo… los cambios son muchos y son rápidos.
P. ¿Sus próximos retos?
R. Volver al Himalaya. Nuestra idea era ir dentro de unas semanas, pero ha quedado cancelado. Va a ser una situación difícil en Nepal porque es un país que vive mucho del turismo y al cancelar permisos y expediciones van a perder mucho dinero. Y al mismo tiempo es un país muy pobre y si llegamos turistas infectados no tiene el sistema sanitario para la gente de allí. Esperaremos a ver cómo va la situación. Ahora lo menos importante es el deporte. Haré lo que pueda en casa hasta que pase la pandemia. Lo que hago es un hobby, voy al monte a correr y esquiar porque me gusta.
P. La idea era volver a ochomiles…
R. Sí, pero comunicaré más adelante el reto exacto. Me gusta ir, hacerlo y luego explicarlo.
P. ¿Lo que le motiva ahora es más el alpinismo que las carreras?
R. Lo que me motiva mucho es el rendimiento. Quiero seguir compitiendo porque me aporta mucho, pero es verdad que no tengo las mismas ganas que hace cinco años de querer ganar una carrera. Este año me gustaría hacer algo en asfalto que es algo que no he hecho y en lo que soy muy malo. Donde la motivación es más alta es en la alta montaña.
P. ¿El reto olímpico lo ha pensado?
R. Cuando empecé con el esquí de montaña, entre 2000 y 2010, el ir a unos Juegos Olímpicos me motivaba. Pero creo que hay deportes que para ser olímpicos han cambiado su esencia, su forma de ser, y eso no me gusta, no creo que sea lo mejor. El olimpismo ha de replantearse lo que es. Se habla de los valores olímpicos, del espíritu deportivo, y a veces dónde se hagan los Juegos es una decisión política y económica para pintar bien el país. Ir a competir a un lugar sirviendo de excusa para eso no sé si me iba a sentir bien. Tal y como están organizados ahora los Juegos, es más un espectáculo que deporte.