Nos queda el ajedrez
‘Nieve negra’, del periodista Jorge Benítez, selecciona historias de “dioses, héroes y bastardos” de este deporte cuyo alcance va mucho más allá de los cuadrados
El monarca indio Kadid ganó la batalla, pero vio morir a su hijo durante la misma. Desolado, se encerró en su palacio, desatendiendo incluso la gestión de su reino. Así fue durante años. Un día se presentó en la corte un miembro de la casta sacerdotal y le aseguró que, con la ayuda de los dioses, podría poner fin a aquella tristeza. Cogió una tabla de madera y sobre ella pinto 64 cuadrados. Sacó unas figuras talladas y las fue colocando a modo de ejércitos. Kadid preguntó cómo podía mover esas tropas. Y así comenzó a jugar al ...
El monarca indio Kadid ganó la batalla, pero vio morir a su hijo durante la misma. Desolado, se encerró en su palacio, desatendiendo incluso la gestión de su reino. Así fue durante años. Un día se presentó en la corte un miembro de la casta sacerdotal y le aseguró que, con la ayuda de los dioses, podría poner fin a aquella tristeza. Cogió una tabla de madera y sobre ella pinto 64 cuadrados. Sacó unas figuras talladas y las fue colocando a modo de ejércitos. Kadid preguntó cómo podía mover esas tropas. Y así comenzó a jugar al ajedrez.
Pasó el tiempo y el monarca ganaba todas las partidas. Quién sabe si porque era un gran jugador o porque nadie se atrevía a derrotarlo. Hasta que llegó el día en el que un duelo se complicó. Su rey -el del tablero- corría serio peligro en una esquina. A Kadid le parecía haber vivido antes aquella situación. Efectivamente, replicaba la batalla en la que había perdido a su hijo. Preguntó al brahmán por el significado de esa coincidencia. “Muchas veces para vencer hay que saber sacrificar una pieza importante”, contestó. La maniobra de su hijo había salvado a su padre y a todo el ejército. Kadid pudo cerrar la herida y recuperar la alegría.
En tiempos de zozobra y confinamiento, el ajedrez se presenta como una magnífica opción para mantener la mente y el alma en forma. Nieve negra (Libros del K.O.), obra del periodista Jorge Benítez, es un gran primer paso para sacar del olvido ese tablero de la infancia. Un libro que nace desde la pasión por el juego. Selecciona historias de “dioses, héroes y bastardos del ajedrez” cuyo alcance va mucho más allá de los cuadrados. Muy bien escrito, con ritmo, precisión y cierta ironía. Apto para todos los públicos. El ajedrez, al igual que tantos otros deportes, como metáfora de la vida.