Marcos Llorente supera la mili de Simeone

El héroe del Atlético en Anfield, obsesionado con el culto al cuerpo y la alimentación, remonta su mal inicio con el Cholo

Simeone abraza a Llorente tras marcar este su segundo gol al Liverpool en Anfield.PETER POWELL (EFE)

Nada más batir a Adrián San Miguel por primera vez, Marcos Llorente (Madrid, 25 años) no pudo evitar flexionar el bíceps de su brazo derecho y mirárselo. Fue un gesto que reivindicaba a un futbolista convencido de que su llegada y su supervivencia en la élite han tenido mucho que ver con su culto al cuerpo y la obsesión por una alimentación extremadamente sana heredada de su padre, Paco Llorente, al que sus compañeros en el Real Madrid apodaban El Lechuga por su devoción por la verdura. La paleodieta que sig...

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Nada más batir a Adrián San Miguel por primera vez, Marcos Llorente (Madrid, 25 años) no pudo evitar flexionar el bíceps de su brazo derecho y mirárselo. Fue un gesto que reivindicaba a un futbolista convencido de que su llegada y su supervivencia en la élite han tenido mucho que ver con su culto al cuerpo y la obsesión por una alimentación extremadamente sana heredada de su padre, Paco Llorente, al que sus compañeros en el Real Madrid apodaban El Lechuga por su devoción por la verdura. La paleodieta que sigue el héroe del Atlético en Anfield (2-3) consiste en ingerir solo verduras biológicas, carne, pollo, pescado, arroz, algunas legumbres y leche sin pasteurizar. Los alimentos básicos de los que se nutría el hombre en aquella época. Dos restaurantes de comida sana en Madrid, abiertos junto a Ibai Gómez, excompañero en el Alavés y actualmente en el Athletic, confirman su atracción por la comida saludable.

La explosión de Marcos Llorente en el último mes, coronada con sus dos tantos en el estadio del vigente campeón de Europa, es el premio a un jugador que consagra la mayor parte de sus actividades diarias al alto rendimiento. Los entrenamientos del Atlético los complementa con un preparador personal. También utiliza un sistema de descanso denominado HOGO, consistente en una malla de grafito y plata que rodea la cama y con la que se ayuda al organismo a eliminar la contaminación electromagnética acumulada durante el día a la vez que le aísla de ella. Todo enfocado al modelaje de una estructura muscular fuerte y fibrosa y a una resistencia física trabajada a diario haciendo kilómetros por los pinares de Las Rozas. “No he visto un jugador con más dedicación a cuidarse físicamente que él, y eso que por aquí hemos tenido a Juanfran, que también era un ejemplo de cómo cuidar la carrocería. No ha parado de entrenarse con la misma dedicación hasta que ha convencido a Simeone de que puede echarnos una mano”, dice un empleado del Atlético.

“Trabajo fuerte, conciencia tranquila”, solía repetir Marcos Llorente cuando en el inicio del curso comenzó a intuir que Diego Pablo Simeone establecería con él el orden jerárquico que en ocasiones aplica para conceder titularidades. Saúl, Koke y Thomas eran innegociables para el técnico argentino, que además reservaba el cuarto puesto del centro del campo para João Félix o para Correa. El desplome del equipo y la necesidad que ha tenido Simeone de introducir ritmo y piernas en un centro del campo endeble han sido fundamentales para que Llorente haya empezado a justificar los 40 millones de euros abonados al Real Madrid el pasado verano.

Adaptación

“Era extraña su situación porque fue uno de los grandes fichajes del Atlético para afrontar esta temporada”, admite Julio Llorente, tío y representante del centrocampista rojiblanco. “Al final, Marcos ha vivido lo mismo que Griezmann u otros futbolistas que tardaron en hacerse un hueco. Simeone funciona así, hay que pasar una especie de mili y hay que respetarlo”, prosigue el tío del futbolista rojiblanco.

En los primeros meses del curso, Simeone pareció no fiarse de las cualidades de Llorente para jugar de mediocentro. Le comparaba con Rodrigo, ahora en el Manchester City, y salía perdedor. Simeone comenzó a ubicarle como interior en el 4-3-3 y como centrocampista de banda derecha, posición que repitió en Anfield cuando sustituyó a Diego Costa. “Su posición natural es la de mediocentro. Con Pellegrino, en el Alavés, y con Solari, en el Madrid, demostró que puede jugar ahí. Lo que ha hecho ahora es adaptarse a esa posición en la banda y menos centrado”, abunda Julio Llorente, que está convencido de que con más confianza su sobrino puede terminar por conquistar una posición en el eje del centro del campo: “Él tiene calidad como demostró en los dos goles que marcó, con un golpeo de empeine interno muy bueno. Y también tiene pase, como se vio en el pase del tercer gol a Morata”.

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