Un derbi es un derbi

‘Rivalidades crónicas’ de Jordi Brescó y Pau Riera, cuenta diez ciudades europeas a través de sus enfrentamientos de fútbol

Portada del libro 'Rivalidades crónicas', de Jordi Brescó y Pau Riera.el país

Un derbi es un derbi. No se puede definir de otra forma. El ganador solo podrá estar tranquilo hasta la llegada del siguiente. El perdedor contará los días que quedan para buscar revancha. Y, aunque las diferencias que lo originaron —sociales, religiosas o políticas— se vayan atenuando con el paso del tiempo, siempre será un derbi. Una oportunidad moderadamente civilizada de liberar esa pequeña cantidad de odio que casi todo ser humano lleva dentro. Los derbis tienen algo de filosófico: cada afición considera que su ética es superior a la rival. El hincha de fútbol por encima de su condición d...

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Un derbi es un derbi. No se puede definir de otra forma. El ganador solo podrá estar tranquilo hasta la llegada del siguiente. El perdedor contará los días que quedan para buscar revancha. Y, aunque las diferencias que lo originaron —sociales, religiosas o políticas— se vayan atenuando con el paso del tiempo, siempre será un derbi. Una oportunidad moderadamente civilizada de liberar esa pequeña cantidad de odio que casi todo ser humano lleva dentro. Los derbis tienen algo de filosófico: cada afición considera que su ética es superior a la rival. El hincha de fútbol por encima de su condición de ser humano.

Los periodistas Jordi Brescó y Pau Riera se embarcaron en el proyecto de contar 10 ciudades europeas a través de sus derbis. El resultado es Rivalidades Crónicas (Panenka), un libro que va mucho más allá de los estadios. Aunque habla de fútbol, no es un libro de fútbol. Y aunque visita diez ciudades, no es un libro de viajes. Es un libro que habla de la pasión, de la necesidad humana de sentirse parte de algo, incluso del miedo a la soledad. “Y yo me quedo con esa melancolía irremediable que todos sentimos después del amor y al fin del partido”, es la cita de Eduardo Galeano que abre el libro, precediendo el interesante prólogo de Simon Kuper.

Sheffield, Estambul, Praga, Génova, Belfast, Glasgow, Nicosia, Hamburgo, Belgrado y Estocolmo son los destinos del viaje. A través de los textos de Brescó y las fotografías de Riera, nos adentramos en un gran estadio llamado Europa, en el que el fútbol hace tiempo que dejó de ser la representación de la lucha entre formas diferentes de entender la vida para convertirse en la razón misma de la lucha. En el que una tarde invierno en Praga, a menos cinco grados y nevando, se puede sentir el calor de miles de personas entonando cánticos que ayuden a sus jugadores a imponerse en un derbi. Porque es mucho más que un partido. Aunque solo sea fútbol.


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