Anguissa puede con el Getafe

La zancada del camerunés derrota al equipo de Bordalás, con diez la última media hora

Villarreal -
Moi Gómez regatea a Damián.J. JORDÁN (AFP)

Derrotar al Getafe resulta un ejercicio de paciencia, concentración, sacrificio y sufrimiento. El Villarreal tuvo todas esas cualidades, a las que añadió unas dosis de buen fútbol y la figura de Zambo Anguissa, un portento físico africano no exento de excelente técnica. Y el cuadro amarillo salió victorioso del envite.

Al inicio de la segunda mitad, una carrera del camerunés hacia el marco de David Soria con tres azulones persiguiendo sin éxito la elegante zancada del jugador prestado por el Fulham, concluyó en un gol de Moi Gómez que inauguraba el marcador y que hizo virar el plan de s...

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Derrotar al Getafe resulta un ejercicio de paciencia, concentración, sacrificio y sufrimiento. El Villarreal tuvo todas esas cualidades, a las que añadió unas dosis de buen fútbol y la figura de Zambo Anguissa, un portento físico africano no exento de excelente técnica. Y el cuadro amarillo salió victorioso del envite.

Al inicio de la segunda mitad, una carrera del camerunés hacia el marco de David Soria con tres azulones persiguiendo sin éxito la elegante zancada del jugador prestado por el Fulham, concluyó en un gol de Moi Gómez que inauguraba el marcador y que hizo virar el plan de siempre, efectivo como pocos, del competitivo equipo de Bordalás, que no se rinde nunca. No lo hizo con la desventaja en el marcador ni con un jugador menos por la expulsión de Olivera a falta de media hora.

El choque tuvo un protagonista inesperado e incómodo: el viento de poniente dispuso una agradable tarde primaveral y condicionó el juego con sus rachas y dirección cambiante, lo que restaba precisión a los pases e incertidumbre en los balones divididos. Recuperada la fiabilidad defensiva, sumando una amable puesta en escena y cierto punto de hedonismo, el Villarreal derrotó al estoico y serio Getafe. El equipo de Calleja pudo finalizar con una sonrisa un año complicado.

Entre las virtudes que maneja el Getafe destaca convertir los partidos en actos incómodos para el rival. Que sucedan pocas cosas en el centro del campo y en su área es una premisa básica para Bordalás. Pasaron 20 minutos desde el inicio del choque y nada había que reseñar salvo las seis faltas que el conjunto del sur de Madrid había realizado para marcar territorio. En el comienzo, al Villarreal le costaba encontrar el paso tanto por demérito propio como por la propuesta del rival.

Con Anguissa a los mandos, despertó el grupo de Calleja en una combinación entre Moi Gómez y Quintillà que concluyó con un remate de cabeza de Trigueros llegando desde la segunda línea que se marchó un palmo por encima del larguero. Seguidamente, en una acción calcada, con Moi Gómez centrando desde la izquierda, Gerard Moreno vio cómo el travesaño frustraba su cabezazo a bocajarro. Posteriormente fue David Soria el que evitó el gol de Gerard Moreno.

Las tres oportunidades amarillas no cambiaron el paso al Getafe, que sabe convivir con el riesgo y que hasta el minuto 36 apenas se asomó a la parcela de Asenjo. Y pudo cantar bingo con un remate de Mata que se marchó pegado al palo derecho. El Villarreal, que fue de menos a más, se marchó al descanso con la impresión que merecía más.

Al que no pudieron sujetar ni tres defensores azulones fue a Anguissa, vencedor en una carrera de 50 metros hacia la portería de David Soria, que pudo rechazar el disparo del camerunés pero no el posterior de Moi Gómez.

Ahora sí, al Getafe le entraron las prisas con 40 minutos por delante. Pudo empatar en un remate de cabeza de Cabrera. Lo que terminó de oscurecer el panorama para los azulones fue la expulsión de Olivera. El conjunto de Bordalás no se venció pero le faltaron argumentos ofensivos.

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