El alma del Barça

Hay periodistas deportivos que narran de una forma especial las temáticas que cubren. Las crónicas, los artículos de opinión o las noticias que firman destilan matices que los hacen diferentes. Se percibe algo que va más allá del mero relato. Es como si el relator entroncara con el alma del deporte o la entidad sobre la que habla. Sucede entonces que, al encontrarse con los textos, los lectores perciben inmediatamente lo singular del asunto. No es fácil dar con uno. Hacen falta una serie de virtudes difíciles de conjugar en una persona. Y, sobre todo, hace falta una capacidad innata para capta...

Hay periodistas deportivos que narran de una forma especial las temáticas que cubren. Las crónicas, los artículos de opinión o las noticias que firman destilan matices que los hacen diferentes. Se percibe algo que va más allá del mero relato. Es como si el relator entroncara con el alma del deporte o la entidad sobre la que habla. Sucede entonces que, al encontrarse con los textos, los lectores perciben inmediatamente lo singular del asunto. No es fácil dar con uno. Hacen falta una serie de virtudes difíciles de conjugar en una persona. Y, sobre todo, hace falta una capacidad innata para captar la esencia de lo que se tiene delante, para hacer el análisis certero que el aficionado está esperando o para aportar una opinión que sirva de faro al hincha en momentos de zozobra.

El periodista Ramón Besa reúne todas esas características. Sus textos componen una guía para comprender una entidad de la envergadura y la complejidad del Fútbol Club Barcelona. Para poder contar bien un club, hay que empezar por quererlo y respetarlo. Y hacerlo de verdad. Si la bufanda se luce con elegancia y criterio -sobre los hombros, por ejemplo- aporta muchos aspectos positivos al trabajo periodístico.

En Del genio al malgenio (Dèria) se recogen artículos publicados por Besa entre 1995 y 1999. Una época que coincide con el final al Dream Team del equipo culé y con los primeros años de digestión de un cambio de ciclo. Cruyff, Romario, Laudrup, Koeman, Stoichkov, Robson, Ronaldo, Van Gaal... son algunos de los nombres que protagonizan las crónicas. Han pasado más de 20 años desde su publicación y, sin embargo, se leen como si se hubieran publicado ayer mismo. Ni el fondo ni la forma envejecen. Muchos de los deportistas que han pasado a la historia deben un poquito de su grandeza a aquellos que han sabido narrar sus gestas con la dosis correspondiente de épica. Lo mismo le pasa a los clubes de fútbol. Romario o Ronaldo, en palabras de Besa, son aún mejores. El Barça, una pizca más que un club.