La Real se pone las pilas y gana al Alavés

Un gol con fortuna de Willian José le da el triunfo ante un equipo vitoriano que ha bajado el pistón

Héctor Moreno y Borja Bastón pelean por la pelota.L. RICO

La Real aún tiene esperanzas europeas, porque se llevó el derbi de Vitoria frente al Deportivo Alavés, que como apunta el tópico, tuvo más pasión que fútbol, aunque eso no quiera decir que el índice de entusiasmo fuera como para provocar una sobredosis. Lo hubo, pero con moderación. Juego, apenas.

Mendizorroza, que es un estadio amable para el visitante, de ambiente familiar; un paseo para los de casa, un aparcamiento inmenso para quienes llegan de fuera, no ha sido, sin embargo, lugar de promisión para los rivales del Deportivo Alavés. Llegar es sencillo, pero salir indemne se convirti...

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La Real aún tiene esperanzas europeas, porque se llevó el derbi de Vitoria frente al Deportivo Alavés, que como apunta el tópico, tuvo más pasión que fútbol, aunque eso no quiera decir que el índice de entusiasmo fuera como para provocar una sobredosis. Lo hubo, pero con moderación. Juego, apenas.

Mendizorroza, que es un estadio amable para el visitante, de ambiente familiar; un paseo para los de casa, un aparcamiento inmenso para quienes llegan de fuera, no ha sido, sin embargo, lugar de promisión para los rivales del Deportivo Alavés. Llegar es sencillo, pero salir indemne se convirtió durante meses en un objetivo complicado.

De Vitoria salieron escaldados muchos equipos, algunos de ellos de postín. Pero en los últimos tiempos, las cosas han cambiado bastante. Con el objetivo de la permanencia conseguido sin apuros, el fortín se ha resquebrajado. Conseguir un botín en el histórico campo vitoriano es un reto menos complicado. Se puede entender la relajación. Es humano.

Así que la Real, que tampoco está para lanzar cohetes, pero se desenvuelve mejor en los partidos de rivalidad, se aplicó lo mínimo en la primera mitad para irse al descanso con un marcador favorable. Después de varias escaramuzas en ambas áreas, en las que Calleri, para el Alavés, y Sangalli para la Real, fueron los más incisivos, apareció por allí Willian José, que apenas se había dejado ver, para recoger una pelota en la esquina del área y ensayar un disparo a puerta que aparentaba ser intrascendente, pero que golpeó entre las piernas de Manu y despistó a Pacheco para poner a la Real con ventaja en el marcador.

Al Alavés, escaso de ideas, con la gasolina justa a estas alturas de la temporada, se le convirtió el partido en una cuesta arriba complicada, porque esta vez, la Real, que habitúa a reproducir a escala de cada partido lo que le ha sucedido a su rival en el cómputo de la temporada, y se deja ir en muchos partidos que le son favorables, se empeñó en mantener la concentración, y aunque, como es lógico, pasó por momentos de apuro en la segunda parte, aguantó a pie firme. Por una vez, Imanol repitió la alineación del partido anterior, que también terminó en triunfo, y el asunto le salió bien.

El Alavés insistió con Calleri, y sobre todo con Jony. Los dos delanteros del equipo vitoriano fueron los más activos, pero hubo demasiado pelotazo sobre el área de Rulli, que además estuvo perfecto cuando tuvo que trabajar. Como Pacheco, su colega del Alavés, que se empleó a fondo en los intentos realistas, siempre desde fuera del área, a cargo de Willian José y Rubén Pardo.

Con el zafarrancho final que ordenó Abelardo, la Real pudo ampliar su renta con la velocidad de Oyarzabal, que tomó el mando en los minutos finales para desahogar la presión a su equipo. Fallaron demasiado los donostiarras, pero tampoco les hizo falta frente a un Alavés ofuscado, que ha bajado la marcha en los últimos partidos y no ha sabido regresar a la velocidad de crucero de hace un par de meses.

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