Al Valencia se le nubla la puntería ante el Espanyol

A veces el fútbol no encuentra más explicaciones que la mala fortuna. Un argumento tan fuerte desde lo emocional, como débil en lo racional cuando un equipo desperdicia una tras otra ocasión de gol. Como le pasó al Valencia ante el Espanyol. El equipo de Marcelino se pareció tanto al que comenzó la temporada, cuando no había manera de que sus delanteros encontraran la portería rival, como al nuevo Valencia, revitalizado en LaLiga, la Copa y en Europa. La falta de puntería del Valencia, la agradeció un Espanyol, más defensivo que de costumbre (no le quedó más remedio), que vuelve a sumar, esta ...

A veces el fútbol no encuentra más explicaciones que la mala fortuna. Un argumento tan fuerte desde lo emocional, como débil en lo racional cuando un equipo desperdicia una tras otra ocasión de gol. Como le pasó al Valencia ante el Espanyol. El equipo de Marcelino se pareció tanto al que comenzó la temporada, cuando no había manera de que sus delanteros encontraran la portería rival, como al nuevo Valencia, revitalizado en LaLiga, la Copa y en Europa. La falta de puntería del Valencia, la agradeció un Espanyol, más defensivo que de costumbre (no le quedó más remedio), que vuelve a sumar, esta vez en un feudo duro como Mestalla.

Y si es por cuestiones de dinámicas, la Copa activó al Valencia —empató a dos en su visita al Benito Villamarín—, para ganar confianza en Europa, ya fortalecido en LaLiga después de un comienzo lleno de dudas, lejos de su espejo futbolístico, coronado con la cuarta plaza. Despertaron los muchachos de Marcelino, dispuestos a estirar sus buenas sensaciones frente al Espanyol. Ni las bajas de Rodrigo y Piccini, tampoco el lesionado Neto (fracturado en el dedo, jugó con una férula) paran al Valencia, reforzado por los recuperados Guedes y Kondogbia (ingresaron en el segundo tiempo), bien dirigidos por Parejo, con un envalentonado Gameiro, cada jornada más pleno de confianza.

Si el poste le negó el gol al Gameiro, tras un gran pase de Ferrán; fue la pierna derecha de Diego López la que le privó a Parejo de cantar la diana de la victoria. Una tarde con la mirilla torcida los muchachos de Marcelino que contaron hasta 19 disparos por los seis del Espanyol. Un asedio a la portería de Diego López que encendió y apagó el duelo en Mestalla, siempre con el cuadro valencianista como protagonista.

De entrada, el equipo che buscó las bandas, mal protegidas por Rosales y Javi López, después se coló por entre Marc Roca y los centrales, todo el partido dueño del balón. Se defendió el Espanyol, sin más argumentos que los despejes de Hermoso y David López y el carácter de un equipo, dispuesto a dejar la mala racha en el olvido. Sumó en Mestalla, nada mal para blanquiazules, tampoco para el Valencia que sigue cosechando buenas sensaciones.