Otro paso del Baskonia tras un final apretado

El Milan, que llegó con ventaja al descanso, se queda sin oxígeno en los minutos finales para caer en Vitoria

James y Shields pelean por un balónEFE

El juego del Baskonia europeo, el de las noches productivas, sigue un patrón definido. Deja que el rival se confíe, le da carrete. Permite que se vacíe hasta el descanso, incluso que se guste. El AX Milan se miraba en el espejo, y lo que se reflejaba en él le agradaba, pero al equipo de Perasovic le basta con un resquicio de relajación en su oponente para clavarle el aguijón, con un veneno que atonta, que afloja las manos del contrario. El equipo vitoriano volvió a inocularlo. Pese a las bajas, y el desgaste que eso supone para los que juegan casi todos los minutos.

Otra noche más, el B...

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El juego del Baskonia europeo, el de las noches productivas, sigue un patrón definido. Deja que el rival se confíe, le da carrete. Permite que se vacíe hasta el descanso, incluso que se guste. El AX Milan se miraba en el espejo, y lo que se reflejaba en él le agradaba, pero al equipo de Perasovic le basta con un resquicio de relajación en su oponente para clavarle el aguijón, con un veneno que atonta, que afloja las manos del contrario. El equipo vitoriano volvió a inocularlo. Pese a las bajas, y el desgaste que eso supone para los que juegan casi todos los minutos.

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Otra noche más, el Buesa Arena vio como los suyos se sobreponían a un equipo que se fue descomponiendo con el paso de los minutos, y que en el tercer cuarto se estrelló contra la canasta contraria. El Milan fue de más a menos. Completó un primer tiempo aceptable, pero la defensa del Baskonia se ajustó con el comienzo del segundo parcial y dejó de permitir alegrías. Voigtmann y Poirier se convirtieron de nuevo en los reyes del rebote, y la intensidad en la bombilla impidió que los pívots milaneses camparan a sus anchas como al principio.

El Baskonia, cuando tiene una buena tarde, siempre llega con más oxígeno que los rivales a los minutos finales, lo que se traduce en mayor clarividencia ofensiva y firmeza defensiva. Nada más comenzar la segunda parte, los vitorianos ya estaban por encima en el marcador después de haber ido a remolque durante veinte minutos. No abandonarían ya esa condición hasta la bocina final, aunque el Milan apretó el marcador en los últimos minutos. Fue entonces cuando apareció el Baskonia firme. A 1,40, Poirier machacó la canasta, después de una asistencia de Huertas, para poner cuatro puntos de ventaja. James acortó la diferencia y fue Huertas, otra vez, quien apareció para poner las cosas en su sitio, primero con un lanzamiento de dos puntos y después con dos tiros libres. Con 78-74 en el marcador, Vildoza cometió falta en un lanzamiento triple de James, que falló dos de los tres tiros.

En el contragolpe, otra vez fue Marcelinho Huertas el que subió al marcador las cifras definitivas, que ponen a su equipo en una posición mucho más cómoda que hace un mes, dentro de los puestos de play off y con expectativas muy sólidas de entrar en la lucha por una plaza para la final a cuatro en Vitoria. Hasta la llegada de Perasovic al banquillo, esa posibilidad se presumía muy lejana. Ahora, desde el despacho de Josean Querejeta, las cosas se ven con mucho más optimismo.

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