Astou Ndour, el verso libre de España

La pívot de origen senegalés, el techo de la selección en un gran torneo (1,98m), se consolida por su polivalencia

Ndour lanza ante Gibsonfiba

En la selección española que pelea estos días por el Mundial de Tenerife confluyen nueve jugadoras que ejercen o han ejercido de emigrantes para sortear las coyunturas, o impulsar sus carreras, y una inmigrante que llegó de Senegal a Las Palmas con 14 años para soñar a lo grande y elevar el techo del equipo hasta el 1,98m de altura: Astou Ndour. Ante Puerto Rico, la jugadora de Chicago Sky se desató con 22 puntos que colocan a España con un pie en cuartos de final.

Ndour, la española más alta que ha disputado un gran torneo de selecciones, nació en un humilde barrio de Dakar hace solo 2...

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En la selección española que pelea estos días por el Mundial de Tenerife confluyen nueve jugadoras que ejercen o han ejercido de emigrantes para sortear las coyunturas, o impulsar sus carreras, y una inmigrante que llegó de Senegal a Las Palmas con 14 años para soñar a lo grande y elevar el techo del equipo hasta el 1,98m de altura: Astou Ndour. Ante Puerto Rico, la jugadora de Chicago Sky se desató con 22 puntos que colocan a España con un pie en cuartos de final.

Ndour, la española más alta que ha disputado un gran torneo de selecciones, nació en un humilde barrio de Dakar hace solo 24 años, pero su última década vale por varias vidas, con idas y venidas a la WNBA y demostraciones de talento en las ligas de España, Italia y Turquía. “Desde pequeña quería ser jugadora. En todos mis dibujos del cole pintaba niñas con un balón de baloncesto. Tengo mis sueños personales y profesionales y voy dando pasos para conseguirlos. Si digo ‘voy a por esto’, voy con todas las consecuencias”, confiesa Ndour con una sorprendente mezcla de candidez y firmeza. “Empecé a jugar al baloncesto con seis años. Mis padres lo practicaron de jóvenes. Siempre les agradeceré que me dejaran jugar, porque a otras amigas no les dejaron y quizá les cortaron su camino”, señala.

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Una de esas amigas, Aminata Diop, llegó a España para hacer una prueba con el Gran Canaria y le preguntaron si conocía jugadoras con proyección en su país. Ahí apareció el nombre de Astou. Ndour llegó a Las Palmas en 2008 y en su primer entrenamiento a las órdenes de su mentor, Domingo Díaz, apenas aguantó 10 minutos. Pesaba 58 kilos y tenía anemia (ahora pesa 75). “Me costó adaptarme porque el ritmo era muy duro. Pero el trabajo siempre trae recompensa”, cuenta. Díaz, exseleccionador nacional, y su mujer y también entrenadora, Begoña Santana, la sacaron adelante. Un año después, en el Campeonato de España júnior —siendo cadete (dos años menos de la categoría)— se dio a conocer con un mate a dos manos. Lo nunca visto en el baloncesto femenino español.

“Ya llevo cuatro años en la selección y estoy muy cómoda en el grupo. Ya no soy la nueva”, explica. El 17 de junio de 2011, el Consejo de Ministros le otorgó la nacionalidad española al tiempo que comenzaba a coleccionar hitos. Con 19 años se convirtió en la 12ª jugadora española en debutar en la WNBA, la más joven; y a los 20, con cuatro medallas en las categorías inferiores de la selección, se asomó a la absoluta. Allí se convirtió en la doble perfecta de Sancho Lyttle para preparar los torneos mientras la caribeña apuraba su temporada estadounidense antes de incorporarse con España. Después, Ndour pasó a ocupar su hueco en cada una de sus ausencias: en el Europeo de 2015, porque Lyttle fue castigada sin selección por su contrato en la WNBA, y en los Juegos de Río y en el presente Mundial por sendas lesiones de la “Pau Gasol de la selección femenina”, como define Lucas Mondelo a Sancho. El año pasado, que sí estuvo Lyttle, Astou aprovechó para reparar un tobillo maltrecho.

“Ndour es una pívot muy polivalente, que puede jugar de cinco y puede tirar desde fuera. Defensivamente cambia muchos tiros de las rivales por su envergadura”, analiza el seleccionador. “Es un verso libre en este grupo. Como persona es una mujer de espíritu libre y en la cancha es un caballo salvaje. La tienes que dejar igualmente libre para que exprese su juego. Sancho Lyttle es Pau Gasol y como Pau no hay ninguno. Pero Astou es tremenda. Nos saca adelante una gran faena”, desarrolla Mondelo. “Tiene mucho mundo y una gran madurez. Cuando juega feliz y libre es una máquina”, amplía la capitana, Laia Palau.

Ndour profesa la religión musulmana, está casada, tiene cinco hermanos por parte de madre, uno más por parte de padre —también jugador de baloncesto—, quiere tener hijos y crear una fundación para “dar estudios y futuro” a los niños de su país. “Siempre que puedo ayudo a quien tengo a mi lado. En la vida y en la pista”, apunta. “Mi referente es Pau Gasol. Casi más como persona que como jugador. Por los valores que transmite. La gente que siempre está ayudando a los niños me llega mucho”.

En dos campeonatos con España suma un bronce europeo y una plata olímpica. Antes de llegar a Tenerife fue la única en soñar en alto. “Este año podemos ganar a EE UU”, sentenció. “No puedes ir a una batalla pensando que te van a matar. Yo cada día me levanto pensando que vamos a ganar el Mundial”. Palabra de Ndour.

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