El Valencia se lleva ante el Girona el duelo de los meritorios

En un encuentro sin nada en juego por el notable curso de ambos, el equipo de Marcelino supera a un rivalsin pegada

Vietto festeja su gol al Girona.JOSEP LAGO (AFP)

Fue a la media hora de partido cuando el Girona se expresó como sabe y el Valencia replicó como quiso. En un concepto bielsista —así lo explica Ander Herrera (Manchester United) cuando le cuestionan por el ataque con carrileros que practicaban en el Athletic—, el Girona percutió por el costado con una carrera y un centro de Maffeo que cruzó el área hasta acabar en los pies de Mojica, el otro lateral. Es el librillo de Machín, su 3-5-2 que tanto ha incomodado a los rivales. Mojica tampoco colgó bien el cuero y el Valencia...

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Fue a la media hora de partido cuando el Girona se expresó como sabe y el Valencia replicó como quiso. En un concepto bielsista —así lo explica Ander Herrera (Manchester United) cuando le cuestionan por el ataque con carrileros que practicaban en el Athletic—, el Girona percutió por el costado con una carrera y un centro de Maffeo que cruzó el área hasta acabar en los pies de Mojica, el otro lateral. Es el librillo de Machín, su 3-5-2 que tanto ha incomodado a los rivales. Mojica tampoco colgó bien el cuero y el Valencia lanzó la contra hasta pisar el área y, finalmente, perder el balón Soler con un disparo de lo más timorato. Dos acciones que resumieron el partido: un duelo de jarana porque tanto el Valencia (clasificado para la Champions) como el Girona (casi se mete en Europa en su primera experiencia en Primera) jugaban sin presión alguna, relajados porque no les quedaban deberes por hacer; un partido sin porterías hasta que Vietto dictó lo contrario para dar el triunfo al Valencia.

Corría el Girona como si no hubiera mañana, azuzados por Machín, que ora se desgañitaba, ora aplaudía. Algunos pensaron —por más que se hiciera el longuis en la rueda de prensa previa al encuentro— que era su último duelo en Montilivi. También entraba en combustión Marcelino en su área técnica. “Pase, pase. ¡Rápido!”, gritaba; “fácil, fácil”. Pero su equipo hacía oídos sordos, más empeñado en las conducciones de Guedes y en los quiebros de Soler.

Contó el primer acto con un único disparo por banda, de Borja García —bien escupido por las manoplas de Jaume— y de Guedes. Lo mismo sucedió tras el descanso, con algún chut inofensivo de Guedes y Soler desde larga distancia; con centros de Mojica sin continuidad. Pero Vietto, desconectado todo el año, se rebeló. Cogió el balón en la zona de tres cuartos, trazó un recorte y soltó un disparo seco que Bono apenas rozó.

Trató el equipo de Machín sin éxito la igualada, desatinado en los remates de Lozano (al poste), Stuani y Granell, aunque feliz por despedir sobre el césped a Eloi, único del club que estaba en Tercera en tiempos de penurias. Pero el triunfo de los meritorios, de dos equipos que han agitado la competición, fue del Valencia.

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