“Los árbitros de la Champions usan un aerosol pirata”

Los inventores del espray evanescente, amparados por un juez de Río de Janeiro, demandan a la FIFA por consentir la falsificación masiva del producto desde 2014

Gianluca Rocchi pinta una raya durante la Supercopa de Europa.DIMITAR DILKOFF (AFP/Getty Images)

“La Champions League es el torneo que más riqueza produce en la industria del fútbol, pero sus árbitros emplean un aerosol pirata”, dice Pablo Silva, coinventor del llamado vanishing spray, el instrumento con el que los jueces señalan con espuma la distancia de 9,15 metros que debe separar el balón de la barrera en las faltas. “Nosotros tenemos la fórmula de la Coca-Cola; pero la UEFA consiente el uso de un producto que es peor que la Pepsi. Es tan malo que la espuma se desvanece antes de tocar ...

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“La Champions League es el torneo que más riqueza produce en la industria del fútbol, pero sus árbitros emplean un aerosol pirata”, dice Pablo Silva, coinventor del llamado vanishing spray, el instrumento con el que los jueces señalan con espuma la distancia de 9,15 metros que debe separar el balón de la barrera en las faltas. “Nosotros tenemos la fórmula de la Coca-Cola; pero la UEFA consiente el uso de un producto que es peor que la Pepsi. Es tan malo que la espuma se desvanece antes de tocar la hierba. ¡Es como darle a los árbitros un silbato que no pita!”.

El pasado 13 de diciembre Ricardo Lafayette Campos, juez de lo mercantil del Estado de Río de Janeiro, determinó en un auto que desde el Mundial de 2014 la FIFA es responsable de la utilización fraudulenta de una idea y un artículo que no le pertenecen. Los damnificados, según el juez, son los titulares de la empresa Spuni, el argentino Pablo Silva y el brasileño Heine Allemagne, inventores del aerosol que con tanta fruición usan los árbitros desde hace cuatro años en cada partido. “Resulta evidente que la FIFA ha violado el fair play”, dice el juez en el escrito, “su propio lema de propaganda”.

Lafayette no ha dictado sentencia pero ha impuesto medidas cautelares obligando a la FIFA a pagar 15.000 dólares por el empleo del aerosol en cada partido que se dispute en el mundo bajo el paraguas de su organización en los 44 países en donde se ha inscrito la patente. La decisión afecta desde los encuentros de selecciones hasta los que se enmarcan en competiciones de clubes, responsabilidad de las federaciones nacionales, como la Liga, la Premier y la Champions.

“El aerosol está patentado en Rusia y en Qatar”, avisa Silva, “sedes de los próximos Mundiales. Está compuesto por proporciones exactas de agua, propelente y butano. La patente incluye la fórmula y el alcance, que determina que es una sustancia líquido-gaseosa para delimitar distancias en eventos deportivos, que se evapora en determinada cantidad de tiempo y que no daña la salud ni la hierba y que soporta la lluvia”.

Silva y Allemagne lo fabricaron, lo presentaron a la International Board, obtuvieron la aprobación, adiestraron a los árbitros y lo cedieron de forma gratuita para su utilización en el Mundial de Brasil. A cambio, ambos inventores aseguran que Julio Grondona, entonces vicepresidente de la FIFA, les prometió su compra. Hablaron de 40 millones de euros por todo el proyecto. Pero Grondona murió el 30 de julio de 2014, y, tras el estallido del escándalo de corrupción en la FIFA, la negociación se suspendió. “Nunca nos pagaron nada”, dice Silva. “Fuimos a cobrar y nos trataron con hostilidad”.

Los inventores han presentado ante la justicia y los medios de comunicación dos documentos clave. Primero, un correo electrónico corporativo de la FIFA de Christian Volk, del departamento de márketing, ofreciéndoles 500.000 dólares por la patente y la comercialización del espray en enero de 2014; segundo, los documentos que acreditan la inscripción de la patente del spray en 2001, justo antes de que comenzara a utilizarse en los torneos profesionales de Brasil. La FIFA ignora estos extremos, o dice que los ignora.

“A despecho de las continuas solicitudes, el señor Allemagne no ha especificado que tenga ninguna patente”, señala un portavoz del organismo que gobierna el fútbol mundial, a través de una nota; “mucho menos de qué manera la FIFA ha podido infringir sus derechos. Si el señor Allemagne posee algún derecho de patente debería discutirlo con los fabricantes del espray antes que con la FIFA”.

“Siendo la organización mundial de gobierno del fútbol, la FIFA no es una entidad dedicada a producir o vender bienes como el aerosol evanescente", prosigue la nota, "y por tanto no tiene interés en adquirir ninguna patente de este o otro producto. Además, la FIFA no es el organizador de la totalidad de los partidos de fútbol que se disputan en el mundo y por lo tanto no está en la posición de imponer el uso del espray producido por Allemagne o cualquier otro espray a los organizadores de partidos. Hay varios productos disponibles en el mercado global y la FIFA compró el espray producido por Allemagne para algunas de sus competiciones, al igual que otros organizadores de partidos”.

El juez Lafayette no opina igual. Los abogados de Allemagne y Silva demandan una indemnización de 100 millones de dólares por consentir el uso y el pirateo masivo de la patente.

Si nada cambia, la semana que viene, en el Bernabéu, las ricas botas de Cristiano y Neymar pisarán espuma falsificada.

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