El Alavés vuelve a derrotar al Formentera y coge oxígeno

Mientras que en Liga el Alavés disputa los partidos con la ansiedad que da saberse con el reloj en contra, en Copa, al menos a lo largo de su eliminatoria ante el Formentera, se ha permitido el lujo de volver a disfrutar con el balón. Si bien el resultado de la ida (3-1) le permitía encarar el segundo encuentro con el único objetivo de administrar la diferencia, por momentos pareció un equipo mucho más coral y entretenido de lo que acostumbra cada fin de semana.

Si hubo ayer en Mendizorroza, en una de esas noches que convierten a Vitoria en una de las ciudades más frías de la península,...

Mientras que en Liga el Alavés disputa los partidos con la ansiedad que da saberse con el reloj en contra, en Copa, al menos a lo largo de su eliminatoria ante el Formentera, se ha permitido el lujo de volver a disfrutar con el balón. Si bien el resultado de la ida (3-1) le permitía encarar el segundo encuentro con el único objetivo de administrar la diferencia, por momentos pareció un equipo mucho más coral y entretenido de lo que acostumbra cada fin de semana.

Si hubo ayer en Mendizorroza, en una de esas noches que convierten a Vitoria en una de las ciudades más frías de la península, un futbolista que se movió con especial soltura fue Demirovic. El delantero bosnio, autor de dos de los tres goles en la ida, siguió ampliando su menú ante un Formentera, que aguantó hasta que empezaron las apreturas. Un pase interior de Sobrino le rompió definitivamente la cremallera defensiva y Demirovic, con un remate picado con delicadeza, superó a Chechu y puso el broche a la eliminatoria.

Fichado del Red Bull Leipzig en verano y con solo 19 años, el delantero bosnio tiene ficha con el filial pero sus actuaciones en Copa pueden abrirle las puertas de la Liga a pesar de que el Alavés ya ha cerrado la incorporación de Guidetti (ayer en la grada) en el mercado de invierno.

Con un equipo ordenado, que jugó tratando de aprovecharse de las debilidades propias de un rival valiente pero inestable, el Alavés se lamió las heridas con un segundo gol de Pedraza, aunque la verdadera hemorragia, la que le coloca en puestos descenso a un punto de la permanencia, sigue sin remiendo. Puede que empezar a hacerlo a partir de la Copa resulte el mejor de los alicientes para el equipo de Abelardo, que como ya demostrase la pasada edición, parece especialmente cercano a una competición en la que solo el Barcelona fue capaz de detenerle. De momento ya está en cuartos y con un delantero en racha.