El Alavés derrota a Las Palmas y mantiene su ola

Tras la remontada en Girona, los de Abelardo suma su segundo victoria consecutiva ante un rival apático

Tannane protege el balón ante Manu García y Rubén Duarte.Adrián Ruiz de Hierro (EFE)

A Alavés y Las Palmas les sobran los motivos para apretar los dientes. Parten del descenso y enfrentaban su buen estado de ánimo tras la remontada brutal de los alaveses en Girona y la victoria de los canarios frente al Betis de su extécnico Setién. Por esas cosas que pertenecen al territorio desconocido del fútbol, solo los apretó al Alavés, como si la presentación de Abelardo en Mendizorro...

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A Alavés y Las Palmas les sobran los motivos para apretar los dientes. Parten del descenso y enfrentaban su buen estado de ánimo tras la remontada brutal de los alaveses en Girona y la victoria de los canarios frente al Betis de su extécnico Setién. Por esas cosas que pertenecen al territorio desconocido del fútbol, solo los apretó al Alavés, como si la presentación de Abelardo en Mendizorroza le hubiera inyectado adrenalina en vena. Desde el pitido inicial, el Alavés brilló como un rabioso neón frente a la lánguida luz de una vela canaria. El balón corría como una liebre entre las botas de los albiazules y se enredaba como un pato entre las piernas de los canarios. La hiperactividad del Alavés, lleno de chispazos de colores, redujo el campo a la mitad, dejando su parte como un páramo deshabitado. Burgui, por dentro con Ibai Gómez y Pedraza en los costados, eran como un cuchillo con triple filo que sacaba las capas de cebolla de la defensa de Las Palmas.

Los 22 jugadores que estaban en el campo han pasado por las manos de siete entrenadores en los 17 partidos oficiales con el de Mendizorroza disputados en Liga y Copa. Y aún falta por llegar el último a la isla canaria, sea el argentino Almirón (si resuelve sus problemas reglamentarios) o Paco Jémez, si Las Palmas le respeta sus vacaciones hasta enero. Demasiados manuales para algo tan sencillo como el fútbol. Abelardo prefiere ir por la vía rápida de la intensidad permanente. Y en eso le sigue Ibai Gómez que marca los goles a ritmo de AVE. En 20 minutos hizo tres en Girona para voltear el resultado. Y en 23 le hizo el gol a Las Palmas en Mendizorroza, aprovechando un rechazo de Lizoain a un sorprendente disparo de Pedraza. Poco faltó para repetir en otro disparo con la zurda que salvó Lizoain. Y en otra punterita de Munir en una combinación de tres futbolistas al primer toque. Era lo más parecido a un aluvión de intensidad ante un rival impávido, irreconocible, congelado.

La ocasión más peligrosa del equipo canario ocurrió muy lejos de la portería, cuando Duarte en la línea de fondo, pero dentro del área grande dio una patada involuntaria a Oussama al intentar despejar. El penalti se lo llevó el viento y a condescendencia arbitral. Pero al menos revitalizó el corazón canario que encontró dos disparos peligrosos del marroquí y del francés Remy. Fueron dos de las pocas veces en las que Las Palmas se dignó a mostrar su DNI. Luego lo guardó, pero Munir le robó a cartera acariciando un sorprendente centro de Pedraza, un chico que es pura velocidad, potencia y talento, desde la línea de fondo. Con el DNI caducado, las multas fueron profusas. Pudieron marcar Munir, Ibai Gómez, Maripán (paradón de balonmano de Lizoain), Alexis (al poste) y Santos. Una goleada amnistiada por pequeños defectos de forma, a cambio de una sensación absoluta de libertad del Alavés que escapa momentáneamente de los puestos de descenso. Las Palmas, al rincón de pensar un buen rato.

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