Cuando soñamos jugar contra Israel

España tuvo en 1957 la posibilidad de disputar una repesca ante el cuadro hebreo

Israel tras ganar la Copa de Asia en 1964.

A veces me preguntan por qué Israel (su selección, sus clubes) juegan en Europa. La explicación es obvia: porque no puede jugar con los de su entorno. Pero entremos en detalles.

La que hoy es Federación Israelí se fundó en 1928 y fue admitida en la FIFA en 1929. Claro que su primer nombre no era ese, sino Federación Palestina. Representaba a lo que entonces era Territorio del Mandato Británico de Palestina. Como territorio britanizado que era, abrazó pronto el fútbol. Luchó sin éxito en las fases previas para clasif...

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A veces me preguntan por qué Israel (su selección, sus clubes) juegan en Europa. La explicación es obvia: porque no puede jugar con los de su entorno. Pero entremos en detalles.

La que hoy es Federación Israelí se fundó en 1928 y fue admitida en la FIFA en 1929. Claro que su primer nombre no era ese, sino Federación Palestina. Representaba a lo que entonces era Territorio del Mandato Británico de Palestina. Como territorio britanizado que era, abrazó pronto el fútbol. Luchó sin éxito en las fases previas para clasificarse para los mundiales Francia 34 e Italia 38.

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Con la creación del Estado de Israel, en 1948, empezaron los problemas con sus vecinos. La situación hizo crisis en la clasificación para Suecia 58, a la que ya se apuntaron varios equipos de la región, y otros más alejados pero de religión musulmana. La FIFA creó una zona Asia-África que daba un solo clasificado. Sistemáticamente todos fueron retirándose cuando les tocaba encontrarse con Israel, que así se clasificó sin jugar un solo partido.

A la FIFA eso le pareció inviable. Se decidió someterla al menos a una repesca. Se les ofreció la posibilidad a Uruguay y a Italia, dos campeonas del mundo que no se habían clasificado. Hasta se especuló con un triangular. Pero ninguna de las dos aceptó. Entonces la FIFA decidió cruzar a Israel en repesca con alguno de los siete segundos de los grupos europeos.

Y ahí entramos nosotros. Pese a tener un equipo sensacional, que en la delantera reunió nada menos que a Miguel, Kubala, Di Stéfano, Suárez y Gento, habíamos quedado segundos. La culpa fue de un inconcebible empate en el Bernabéu ante Suiza.

La noticia de que se sorteaba una repesca con Israel nos cargó de ilusión. España mezclaba entonces el recuerdo del cuarto puesto en Uruguay 50 con el de la desdichada eliminación para Suiza 54 ante Turquía, tras desempate empatado y por la mano inocente de un bambino en un sorteo. Ahora, con un fútbol potentísimo en el que el Madrid arrasaba en Europa pero en España le tenían a raya el Barça y los dos atléticos, resultaba frustrante volver a faltar al Mundial.

Llegó el día del sorteo, el 5 de noviembre de 1957… y no. La pedrea le cayó a Gales. El día siguiente recibía España, en amistoso en Chamartín, a Turquía, cuya presencia resucitaba el mal recuerdo de nuestra eliminación cuatro años antes. La gente fue al partido de un humor de perros y lo pagó con Luis Suárez, que entró en la segunda mitad por Rial. Por un lado, Rial era del Madrid. Por otro, al entrar Luis Suárez quedaba la exacta delantera de la mala tarde ante Suiza. Así que Luis Suárez tuvo que escuchar pitos y pitos cada vez que tocaba el balón, en un antecedente de lo que últimamente ha venido sucediendo con Piqué.

Gales, que entonces tenía a John Charles, aprovechó la oportunidad, eliminó a Israel y fue a Suecia 58. Aquella sería la primera y única vez que participaran en una fase final las cuatro selecciones británicas.

La FIFA decidió que en adelante Israel buscaría su clasificación con los oceánicos y africanos, entre los que repartía una plaza. Y evitando cruzarla con países musulmanes. Por esa vía llegó Israel a clasificarse para México-70, donde no estuvo mal. Perdió 2-0 con Uruguay y empató 1-1 con Suecia y 0-0 con Italia. Aquel gol a Suecia, único aún del país en la historia de la Copa del Mundo, lo marcó Mordejai Spiegler, todavía el gran héroe nacional de aquel fútbol. Nacido en Sochi, en la URSS, fue a Israel con su familia siendo un niño. Tras triunfar allí, llegó a jugar en el París y el PSG y hasta en el Cosmos de Pelé.

Eso respecto al Mundial. Pero Israel estaba adscrita a la Federación Asiática, nacida en 1954, y que creó su propia copa a partir de 1956. La propia Israel albergó la fase final de la tercera edición, la de 1964. Entre no inscripciones y retiradas, sólo se apuntaron siete equipos. La fase final se jugó con cuatro. Israel ganó el título, con Spiegler de máximo goleador.

La situación fue cada vez más irrespirable y en 1974 la Federación Asiática resuelve por mayoría expulsar a Israel. Estuvo sin pertenecer a ninguna confederación hasta que en 1994 fue aceptada como miembro de la UEFA. Para Israel significó una consolidación de su estatus como país miembro la UEFA que le concedieran el europeo Sub-21 de 2013, que por cierto ganó España a cargo de Lopetegui, con Carvajal, Koke, Isco, Thiago y Morata entre otros.

La solución europea venía operando desde tiempo atrás en el baloncesto gracias a Raimundo Saporta. Brazo derecho de Bernabéu durante muchos años, fue en la práctica el creador de la Copa de Europa de baloncesto, que empezó en la 57-58. Raimundo Saporta había nacido en el seno de la comunidad sefardí de Tesalónica. Desde la creación del torneo dio entrada a los clubs israelíes en la competición.

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