Serena Williams está embarazada

El entorno de la estadounidense, de 35 años, confirma la noticia que insinuó primero la deportista con una imagen en las redes sociales. La maternidad le impedirá competir en lo que resta de temporada

Serena Williams, durante un partido del último Open de Australia.ISSEI KATO (REUTERS)

No hay muchos deportistas con el impacto mediático de Serena Williams, la reina del tenis, de modo que cuando ayer publicó una imagen ataviada con un bañador amarillo y posando de perfil, junto al rótulo de 20 weeks (20 semanas), se generó un remolino informativo gigantesco. Con la foto, la ganadora de 23 títulos del Grand Slam insinuó estar embarazada de cinco meses y por lo tanto, de forma paralela, que logró su último trofeo, el Open de Australia, ya en estado de gestación...

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No hay muchos deportistas con el impacto mediático de Serena Williams, la reina del tenis, de modo que cuando ayer publicó una imagen ataviada con un bañador amarillo y posando de perfil, junto al rótulo de 20 weeks (20 semanas), se generó un remolino informativo gigantesco. Con la foto, la ganadora de 23 títulos del Grand Slam insinuó estar embarazada de cinco meses y por lo tanto, de forma paralela, que logró su último trofeo, el Open de Australia, ya en estado de gestación, prácticamente de dos. Horas después, un representante resolvió el enredo y oficializó la primicia al anunciar que estaba "feliz" por la llegada del bebé, prevista para el próximo otoño.

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Cuando Serena colgó la foto, compañeras y organismos oficiales trasladaron sus felicitaciones a la deportista, comprometida desde el año pasado con Alexis Ohanian, cofundador de red social Reddit. Sin embargo, a lo largo de la tarde se produjeron varias maniobras llamativas. Para empezar, la protagonista ni confirmó ni desmintió el embarazo, lo que hizo que la imagen diera cabida a la especulación. Lo segundo, que la estadounidense (35 años) eliminó la imagen de Snapchat unos minutos después de publicarla, sin mediar explicación. Y lo tercero, que la rectora mundial del tenis femenino, la WTA, también borró la enhorabuena a su gran icono en Twitter. Todo un tanto estrafalario, aunque acorde a la complejidad de una persona tan poliédrica y singular como Serena.

No obstante, ya en la madrugada española, la noticia se confirmó desde su entorno y se certificó, por tanto, que la virtual número uno mundial -lo será a partir del lunes- se perderá lo que resta de temporada. Pero no solo eso, porque a partir de ahora su carrera deportiva también queda entre interrogantes. Teniendo en cuenta la edad y el historial médico de Serena, muy mermada por las lesiones durante los últimos años, cuesta pensar que pueda dejar durante un curso el circuito y reengancharse después, con la locomotora en marcha otra vez y las nuevas generaciones apretándole más y más fuerte.

Al margen de la misteriosa forma que escogió para anunciar su embarazo, Serena no desfila por una pista desde el pasado 28 de enero, cuando triunfó en Melbourne. Desde entonces, ni un torneo, ni imágenes de ella entrenándose. No compitió ni en Indian Wells ni Miami, argumentando una lesión en la rodilla derecha. Mucha nebulosa, al igual que en la recta final de la temporada anterior, cuando desapareció desde las semifinales del US Open, en septiembre, y se asomó de nuevo en Auckland, cuatro meses más tarde. Su retorno estaba completamente en el aire, puesto que ni siquiera se había inscrito todavía en el Premier Mandatory de Roma, antesala de Roland Garros.

Serena está considerada como una de las mejores tenistas de todos los tiempos. Solo la australiana Margaret Court (24) ha ganado más grandes títulos que ella, defensora del número uno en 316 semanas. Actualmente, Williams es la deportista mejor pagada del mundo y el año pasado facturó 27 millones de euros en ganancias. Ahora, su futuro tenístico es una incógnita, aunque no se puede cerrar ninguna puerta, ya que la norteamericana no es la primera jugadora que interrumpe su carrera por este motivo. La bielorrusa Victoria Azarenka ya cortó su actividad en 2016 y estrenó maternidad en diciembre, y seis años atrás, en 2011, le belga Kim Clijsters se convirtió en la primera mujer que llegaba a lo más alto tras haber sido madre.

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