Dídac Salas, el saltador sin pértiga

El atleta del Barcelona compitió sin su percha en la última prueba clasificatoria para los Juegos Olímpicos porque Vueling no pudo facturarla en el avión

Didac Salas, en un saltoas

El saltador de pértiga Dídac Salas (San Cugat, 23 años) volvió el viernes de los Europeos de Atletismo celebrados en Amsterdam con la frustración de no haber logrado la mínima de 5,70 m. para los Juegos de Río. Pero la federación española organizó un último control para ofrecer a los saltadores la última oportunidad para obtener el billete olímpico. Todo no estaba perdido. El reto, sin embargo, era arduo. Salas, con una marca personal de 5,60 conseguida en 2014, tan sólo había volado por encima de los 5,50 en un...

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El saltador de pértiga Dídac Salas (San Cugat, 23 años) volvió el viernes de los Europeos de Atletismo celebrados en Amsterdam con la frustración de no haber logrado la mínima de 5,70 m. para los Juegos de Río. Pero la federación española organizó un último control para ofrecer a los saltadores la última oportunidad para obtener el billete olímpico. Todo no estaba perdido. El reto, sin embargo, era arduo. Salas, con una marca personal de 5,60 conseguida en 2014, tan sólo había volado por encima de los 5,50 en una ocasión durante toda la temporada. La mínima quedaba lejos.

Pero sus esperanzas se convirtieron en desengaño cuando sus perchas, su material de oficina, no aparecían en la cinta de equipaje especial del aeropuerto de El Prat. "Desde Vueling me dijeron que no habían embarcado en Holanda", explica Salas. El catalán, atleta del FC Barcelona, se encontró sin posibilidades de saltar. Era un saltador sin pértiga.

"Competir con perchas de otros compañeros es complicado. Una percha es muy personal ", avisa Javi Navas, entrenador de saltadores. La dureza y la longitud de la pértiga determinan las posibilidades de salto. Cuanto más dura sea, más alto es el salto pero más destreza se necesita para doblarla correctamente. "Depende de las capacidades de los saltadores. Es posible que el material propio no tenga nada que ver con la de otros compañeros ", añade. Salas ha utilizado perchas de entre 4,95 y 5,20 metros, mientras que Adrián Vallés, por ejemplo, se mueve entre los cinco metros. Los saltadores suelen llevar unas cinco o seis perchas por concurso. "Son de diferentes gamas", clarifica Navas, "para calentar se utilizan las más blandas, y para competir, las más duras. Si te ves muy fuerte y aspiras a todo, coges la sexta, que es la más dura".

Lo que tenía que convertirse en un día especial para Salas terminó siendo una gran decepción. El catalán no pasó el corte y se quedó en 5,20 después de utilizar la pértiga de Igor Bychkov. "Esta disciplina es muy psicológica. Además, existe un factor de riesgo ", admite el atleta, que a mediados de 2015 se lesionó en el hombro al caer fuera del colchón. Navas justifica la marca: "No contar con el material propio tiene mucho que ver".

Que Salas quede fuera de los Juegos, sin embargo, no parece un hecho sorprendente. Las mínimas olímpicas se podían conseguir desde el 1 de mayo de 2015, y el atleta no se ha acercado a los 5,70 en todo este periodo. "Dídac tiene un nivel brutal, pero no ha sido posible obtener la clasificación. La mínima para Río va cara", resumen desde la federación. Salas no pone excusas a pesar de reconocer que actualmente se encontraba en buena forma. "El incidente con Vueling no me ha permitido encarar la última oportunidad, nada más". Desde la compañía aérea asumen su responsabilidad: "Existen restricciones de peso según las condiciones meteorológicas, y aquel vuelo no pudimos facturar las maletas y el equipaje de gran envergadura por el viento. Pero las perchas no estaban perdidas ni volaron a otro destino". Vueling estudia indemnizar a Salas: "Lamentamos no haber transportado el equipaje y veremos qué compensación le podemos ofrecer".  

Las perchas llegaron a Barcelona el pasado lunes. Sin el billete a Río, Salas afronta los próximos Campeonatos de España con optimismo. Vuelve a tener sus perchas.

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