El reloj tiene la palabra

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Siempre que la contrarreloj decisiva enseña las orejas, se apagan los relojes no sea que se les acabe la pila. Y como quiera que mañana sábado se cierra la Vuelta al País Vasco con casi 26 kilómetros contra el crono, la etapa de este viernes que concluía en Markina, diseñada al modo de una clásica llena de ascensos y descensos, se convirtió en un tránsito agotador con una escapada poderosa por delante para hacer de guía que murió en el penúltimo puerta de la jornada. Con los segundos como oro en paño para hacer caja ante la contrarreloj por parte de los favoritos, y la ambición por mediar en la disputa de los secundarios más primorosos de la carrera, la etapa tuvo un final elegante, sobre todo cuando Valverde dio cuerda al reloj y lanzó un ataque en el último kilómetro del puerto de Aiastia, desde cuya pancarta se descendía a la meta a velocidad de vértigo durante ocho kilómetros. Cuando Contador se puso a su rueda, Valverde entendió que no había segundos que rascar pero sí una etapa que ganar, que nos es mal botín en ningún caso. En un kilómetro de ascensión los gallos del corral habían metido diez segundos al pelotón de los ilustres. El único que aguanto su ritmo fue Poels, el ganador en Arrate, que les siguió en el vertiginoso descenso con dos pilotos de lujo.

Valverde ya solo pensaba en la etapa y su descenso fue espectacular, con un zigzagueo perfecto y un pedaleo elegante. Era una contrarreloj cuesta abajo, pero por detrás había ciclistas que no podían cedes segundos si querían tener encendido su reloj en la crono de Markina. Por ejemplo el polaco Kwiatkowski que además tenía puestas sus esperanzas en el previsible sprint. A dos kilómetros, cazaron a Contador, Valverde y Poels, y ya lanzados en filaron la recta de meta donde se impuso con cuerta comodidad el británico del Sky, Ben Swift, un ex pistard que impuso su poderoso golpe de pedal ante Valverde,m que fue segundo, y Kwiatkowski, tercero. Tanto nadar acabó en la orilla de un sprint en una meta prevista para otras batallas.

Pero la batalla final se producirá mañana, como estaba previsto, en la contrarreloj en la que Contador parte con 12 segundos de ventaja sobre Valverde lo que le confiere la escarapela de favorito.