“Le dije a Rossi que evite roces con Lorenzo en Yamaha”

El piloto inglés, historia viva de la marca japonesa, recuerda cómo fueron sus títulos y lo que ha cambiado el motociclismo

Phil Read, el mes de julio en el circuito de Sachsenring (Alemania).

Phil Read (Luton, Inglaterra; 1939) lleva gafas de sol estilo aviador y una gorra, atiende llamadas de patrocinadores y concierta diversas reuniones porque sigue compitiendo en carreras de motos clásicas. “Es mi vida”, dice. Ha vuelto a Misano, donde corrió durante años, y en un restaurante a la orilla del mar se ha encontrado una foto en blanco y negro que ha captado con su móvil. La enseña orgulloso: son sus cuatro hijos, varones, todos vinculados al motociclismo; su mujer, ya fallecida y él, “cuando todavía era joven y atractivo”. Fue el primero en conquistar los títulos de 125cc, 250cc y 5...

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Phil Read (Luton, Inglaterra; 1939) lleva gafas de sol estilo aviador y una gorra, atiende llamadas de patrocinadores y concierta diversas reuniones porque sigue compitiendo en carreras de motos clásicas. “Es mi vida”, dice. Ha vuelto a Misano, donde corrió durante años, y en un restaurante a la orilla del mar se ha encontrado una foto en blanco y negro que ha captado con su móvil. La enseña orgulloso: son sus cuatro hijos, varones, todos vinculados al motociclismo; su mujer, ya fallecida y él, “cuando todavía era joven y atractivo”. Fue el primero en conquistar los títulos de 125cc, 250cc y 500cc; compitió durante 16 años entre los sesenta y los setenta, ganó 52 grandes premios y siete campeonatos del mundo.

Pregunta. ¿Siempre fue fumador?

Respuesta. Siempre. Sé que es malo, pero... No era un problema. Corrí muchas carreras del Tourist Trophy, unos 300 kilómetros, y ganaba. Corría cada fin de semana; estaba acostumbrado. Los pilotos se entrenan más hoy, corren, salen en bici y no fuman porque su profesión consiste en buscar los límites continuamente; necesitan, además de fuerza, resistencia para dar lo mejor de sí en las últimas vueltas. Aunque he de decir que sigo corriendo de vez en cuando y estoy en buena forma.

P. Ganó el primer Mundial para Yamaha en 1964 con una 250cc. ¿Cómo era entonces la fábrica?

R. Hasta que llegó Monza, donde me jugaba el título, no tuve un mecánico japonés en mi equipo. Les pedí que me enviaran uno para lograr ese primer campeonato: gané la carrera y mi compañero de equipo, Mike Duff, terminó segundo; competíamos contra Jim Redman y la Honda de seis cilindros, una moto fantástica. Terminada la prueba, cargué las motos en mi pequeño coche, me fui a comer al hotel, nada de prensa, nada de televisión, y conduje de vuelta a Inglaterra. ¡Y era campeón del mundo!

P. ¿Era mucha la diferencia entre Honda y Yamaha?

R. El primer año que corrí con Yamaha, en 1963, solo contaba con el apoyo de la fábrica para cinco carreras, así que les dije: ‘Yo puedo ganar esas cinco carreras, pero Honda ganará las otras seis y el título. Dadme dos motos y dos mecánicos, que yo correré por el mismo dinero’. Fue duro, pero estaba encantado de tener que arreglarme yo la moto; ahora los pilotos tienen 10 mecánicos, ingenieros técnicos, psicólogos, jefes de equipo...

P. Usted era un tipo duro que desobedecía órdenes de equipo.

R. Cuando en 1968 competía por el título de 250cc Bill Ivy cometió el error de decirle a todo el mundo que podía ganarme. Cuando me lo encontré en la parrilla en Brno (quedaban cuatro carreras) le avisé: ‘Si quieres ganar tendrás que correr contra mí aquí y ahora’. Era mi compañero en Yamaha, yo ya tenía el título de 125cc y querían que le dejara ganar en 250cc. Pero no aflojé y gané. Él me paró y me gritó que no había hecho caso a las órdenes de equipo. Todo el mundo se enteró. Le dije: ‘Puedes intentar ganar ahora, pero no tendrás prestigio porque todos sabrán que te dejé ganar’. Aquellas últimas carreras fueron excitantes, había mucha tensión. Fue una auténtica batalla. Gané. Acabamos empatados a puntos, pero yo tenía ventaja en la diferencia de tiempos.

P. Es uno de esos pilotos que ganó dos títulos, de 125cc y de 250cc, el mismo año. ¿Cómo se las apañaba?

R. ¡Era normal! Algunas veces participábamos en tres carreras el mismo día. Así ganábamos más dinero.

P. ¿Cómo ve ahora a Yamaha?

R. No será la más grande, pero es la más competitiva. Y es un equipo feliz, más si lo comparas con Honda o Ducati, y eso es bueno. Le dije a Valentino que cuando vuelva a Yamaha tiene que asegurarse de que sigue siendo un equipo feliz, que evite los roces con Jorge.

P. ¿Y qué le dijo?

R. ‘Ningún problema. Pero... Jorge es Jorge’. Yo creo que Lorenzo está contento de tenerle al lado, está convencido de que le puede ganar y así demostrará que es el mejor. Y Valentino necesita a Yamaha para volver a competir con los de delante. Pero no podrá ganar. Su regreso se entiende más en términos comerciales. La multitud le sigue aclamando; es una superestrella.

P. ¿Quiénes son sus pilotos preferidos?

R. Me gusta mucho Jorge. Estoy seguro de que va a ganar este año, otra vez. Y Cal Crutchlow; me emocioné al verlo en el podio el otro día.

P. ¿Y Pedrosa?

R. Es un piloto brillante. Y tiene la desventaja de ser muy pequeño. Pero es uno de los mejores. No sé exactamente qué ha fallado en otros años, pero es brillante.

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