No fue un sueño

Por poco que el sorteo lo propicie, una final de Champions entre Real Madrid y Barcelona será una realidad

Cristiano Ronaldo tras la derrota del Real Madrid ante el Bayer de Munic en la semifinal de Champions.AFP

Dentro de tres días empieza la temporada futbolística en España con el inicio de la Liga y la disputa de la Supercopa entre el Real Madrid y el FC Barcelona. Previsiblemente, blancos y azulgranas se volverán a jugar el título liguero y serán los máximos candidatos a la Copa del Rey; quizás la única incógnita sea comprobar si la distancia con respecto al tercer clasificado sigue aumentando y el campeón vuelve a batir alguno de los récords vigentes de puntos, goles, etcétera. A mitad de septiembre, se iniciar...

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Dentro de tres días empieza la temporada futbolística en España con el inicio de la Liga y la disputa de la Supercopa entre el Real Madrid y el FC Barcelona. Previsiblemente, blancos y azulgranas se volverán a jugar el título liguero y serán los máximos candidatos a la Copa del Rey; quizás la única incógnita sea comprobar si la distancia con respecto al tercer clasificado sigue aumentando y el campeón vuelve a batir alguno de los récords vigentes de puntos, goles, etcétera. A mitad de septiembre, se iniciará la fase regular de la Champions League. También en esta competición, Barça y Madrid aparecerán, una temporada más, como firmes candidatos al título. Las diferencias deportivas se acrecientan al mismo ritmo que aumentan las económicas.

En febrero de este año, la consultora Deloitte publicó su informe anual. Análisis sobre el valor económico de los clubes de fútbol hay diversos. Sin embargo, el de Deloitte aparece como el más certero puesto que basa su clasificación en los ingresos, expresión máxima de la capacidad de los clubes para fichar y mantener en sus nóminas a los jugadores más cotizados.

En esta lista, el Real Madrid, con 480 millones de euros (+9%), aparecía, por séptimo año consecutivo, como primer clasificado por delante del FC Barcelona, que, con 450 millones (+13%), repetía por tercera vez seguida en el segundo lugar. El dominio de los dos grandes del fútbol español es apabullante en esta clasificación. Desde que en el año 2009 el FC Barcelona sobrepasara al Manchester United, la distancia no ha hecho más que crecer: 39 millones en 2009, 48 millones en el siguiente y 85 millones en el último.

Los clubes que más lejos llegan en las competiciones europeas son los que más ingresos obtienen.

Y ya es seguro que en la edición 2013 del informe Deloitte, la tendencia se habrá desbocado, puesto que tanto el FC Barcelona como el Real Madrid han incrementado un poco más sus ingresos en el ejercicio recién terminado (495 millones y 512 millones), mientras que el Manchester United se ha visto perjudicado por su pronta eliminación en la fase de liguilla de la Champions. Los dos finalistas de la Liga de Campeones, Chelsea y Bayern de Munich, a pesar de ser los más beneficiados en el reparto de los ingresos de la UEFA (69 millones de euros y 48 millones, respectivamente, por los 40,5 y 38 ingresados por azulgranas y blancos), seguían de muy lejos en la clasificación (249 millones y 321 millones).

La relación entre ingresos y resultados deportivos no resulta difícil de establecer: los clubes que más lejos llegan en las competiciones europeas son los que más ingresos obtienen. Es un pez que muerde su propia cola y que dibuja un círculo cerrado, casi herméticamente. La globalización ha provocado en el fútbol una consecuencia harto estudiada: la distancia entre ricos y pobres se acrecienta sin fin. La hipótesis a que nos lleva esta constatación es que nacerá una Liga europea que convertirá las actuales ligas nacionales en competiciones de una división inferior.

A mediados de marzo, cuando el sorteo de los cuartos de final de la Liga de campeones dejó un camino abierto a una final entre Real Madrid y FC Barcelona, en ambas aficiones se despertó un sentimiento que iba del sueño de ver derrotar al máximo rival en la competición por clubes más prestigiosa y universal a la pesadilla de verse perdedores. La final no se llegó a celebrar porque blancos y azulgranas fallaron en un mismo detalle: Ramos se equivocó lanzando su penalti a lo Sergio y no a lo Panenka, mientras que Messi estrelló en el larguero el suyo, perdiendo la oportunidad de sentenciar la semifinal. Sin embargo, esa posible final no fue un simple sueño de primavera. Por poco que el sorteo lo propicie, será una realidad.

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