Luthi saca tajada de la lluvia

Es tan fino, tal delicado su pilotaje, que a veces parece un extraño en esta selva que es Moto2. Pero él, que escapa a los choques carenado con carenado, que apenas deja asomar ni piernas ni codo escondido tras esa Suter veloz con la que pretende auparse a lo más alto de la categoría, se aleja del follaje, esquiva los peligros. A veces, a Thomas Luthi no le vale con eso para ganar. En otras ocasiones, sin embargo, saca tajada de su tranquilidad y buen hacer en la pista. Sobre todo, porque lo que sí tiene es una trazada limpia, y una constancia que le permite clavar los tiempos, cual reloj suiz...

Es tan fino, tal delicado su pilotaje, que a veces parece un extraño en esta selva que es Moto2. Pero él, que escapa a los choques carenado con carenado, que apenas deja asomar ni piernas ni codo escondido tras esa Suter veloz con la que pretende auparse a lo más alto de la categoría, se aleja del follaje, esquiva los peligros. A veces, a Thomas Luthi no le vale con eso para ganar. En otras ocasiones, sin embargo, saca tajada de su tranquilidad y buen hacer en la pista. Sobre todo, porque lo que sí tiene es una trazada limpia, y una constancia que le permite clavar los tiempos, cual reloj suizo, a cada paso por meta, aunque llueva sin cesar, como ocurrió este domingo en Le Mans.

Luthi, bien situado en la salida, segundo, entre sus dos grandes rivales por el título, Marc Máquez, que tenía la pole, y Pol Espargaró, nunca perdió la cara a la cabeza de la carrera. Había hecho el pequeño de los Espargaró una salida fantástica, también se colocó bien Redding, segundo, y tras ellos, el suizo. Tras un toque con De Angelis -que protagonizaría después una de las imágenes más escalofriantes de la carrera, cuando se deslizó por la pista ante decenas de motos tras una caída-, Márquez perdió unas cuantas posiciones, lo que le obligó a mirar los toros desde la barrera y esperar el momento oportuno para saltar al ruedo. Mientras Espargaró y Luthi se abrían paso en cabeza, el de Cervera (Lleida) iba remontando posiciones y protagonizando bonitos duelos con tipos valientes y hábiles sobre la pista mojada como Zarco, recién llegado de 125cc.

Fue en la vuelta ocho cuando todo empezó a encajar en el guión de una carrera bajo la lluvia, donde ocurre siempre lo impredecible. Espargaró, que ya era segundo tras Luthi, se coló en una parabólica y se salió de la pista: cayó hasta la novena posición, en la que permaneció hasta las últimas vueltas, donde se permitió algunos adelantamientos. Pero antes de aquello, aún quedaría otra sorpresa: a 15 vueltas para el final la moto le hacía un extraño a Márquez, que en unos pocos giros había sido pasado por Zarco y Corti; la mano se le quedó enganchada en la maneta al tiempo que la Suter le escupía y lanzaba al suelo. Volvió a la pista más tarde y regresó a su taller, pero ya no pudo volver a salir. Tras dos victorias y un segundo puesto este era su primer cero de la temporada.

La jugada les salió redonda a sus dos rivales directos. No solo a Luthi, cuyo triunfo, el primero del año, refuerza su condición de favorito, tal y como demostró en los entrenamientos de pretemporada, ausente Márquez por lesión. También a Espargaró, que pudo finalmente ser sexto y esos preciosos puntos que fue capaz de arañar, a golpe de arrojo en los últimos giros, le dan el liderato del Mundial. Si bien, caída incluida, solo aventaja a Márquez en un punto, con 71 puntos. El vencedor de la prueba, es tercero con 68. Su disputa a tres bandas solo acaba de empezar.