Alonso y sus cuentas pendientes

Dos semanas de parón dan para mucho en el caso de los pilotos del campeonato de fórmula 1, un certamen que este domingo se vuelve a poner en marcha en un escenario tan emblemático como Spa-Francorchamps, una de las pistas más emblemáticas y la más larga del calendario, con más de siete kilómetros de cuerda. Fernando Alonso ha aprovechado estos días para disfrutar junto a su familia y amigos, en Oviedo, descansando y jugando al fútbol. El español llega a Bélgica con cuentas pendientes. Aquí ganó en 2000 la carrera de fórmula 3000 que le catapultó hacia el debut en la F-1, en 2001 y con Minardi,...

Dos semanas de parón dan para mucho en el caso de los pilotos del campeonato de fórmula 1, un certamen que este domingo se vuelve a poner en marcha en un escenario tan emblemático como Spa-Francorchamps, una de las pistas más emblemáticas y la más larga del calendario, con más de siete kilómetros de cuerda. Fernando Alonso ha aprovechado estos días para disfrutar junto a su familia y amigos, en Oviedo, descansando y jugando al fútbol. El español llega a Bélgica con cuentas pendientes. Aquí ganó en 2000 la carrera de fórmula 3000 que le catapultó hacia el debut en la F-1, en 2001 y con Minardi, pero desde entonces no lo ha vuelto a conseguir.

"Recuerdo que ese fin de semana le dimos muchas vueltas a los reglajes del coche; teníamos dudas de si poner más o menos ala. No sé por qué me acuerdo de eso después de 11 años", hacía memoria Alonso esta misma tarde. "Después de la carrera subí al paddock de F-1 porque Minardi me invitó. Estuve charlando con Marc Gené y me hice unas cuantas fotos con él y con Flavio [Briatore]", añadía. Desde aquella ocasión, el panorama ha cambiado mucho para Alonso, que con 30 años ya ostenta dos coronas de campeón (2005 y 2006), se ha convertido en uno de los principales reclamoa de esta disciplina y en la punta de lanza de Ferrari, el equipo mueal asturiano, q e actualmente o en uno de los principales reclamo de esta disciplina y en la punta de lanza de Ferrari, el equás reconocible de este circo. El español se presenta ante esta cita con el objetivo de descontarle puntos a Sebastian Vettel, dominador y líder del primer acto del curso, que viaja tranquilo, 85 puntos por delante de Mark Webber, su compañero en Red Bull, y con un margen de 89 respecto al asturiano, que ocupa la cuarta plaza en la tabla de puntos.

En Ferrari se han conjurado para lograr una primera meta que, en el supuesto de conseguirla, probablemente doblaría su valor. La Scuderia aborda las ocho últimas pruebas con la intención de optimizar el rendimiento del 150º Italia tanto como sea posible y salir a ganarlas todas porque no hay mejor modo que ese de prepararse para el año que viene. De entrada, eso se traduce en un nuevo alerón delantero que, por los pocos datos que han transcendido, tendría un comportamiento distinto a los anteriores a la hora de trazar las curvas, una pieza diseñada con el afán de aumentar el agarre del bólido, además de otras modificaciones en el suelo, los escapes y el difusor, y una gasolina más eficiente que, según los estudios realizados por Shell, debería reducir el consumo del monoplaza.

"No espero encontrarme aquí un coche que domine, creo que todos estaremos muy juntitos", ha considerado Alonso. En ese sentido, las características del trazado, con más tramos rectos que la mayoría, podría jugar a su favor y en contra de Red Bull. La estadística también se alinea con la marca de il cavallino rampante y con McLaren, puesto que ambas estructuras se han repartido los triunfos en las últimas 10 ediciones de este gran premio, con cinco victorias para cada una. "Puedo ser campeón. Habría que ser estúpido para pensar que no está extremadamente difícil, pero matemáticamente aún se puede y quedan muchos puntos por disputarse. Además, Vettel aún no ha abandonado ninguna vez", ha zanjado Alonso.