Dos torneos en uno

Wimbledon solo tiene techo en la central y eso provoca una cita de dos velocidades y con agravios comparativos

Mientras la alemana Lisicki salva dos puntos de partido contra la china Li, campeona de Roland Garros, nada más ocurre en Wimbledon. Mientras Lisicki, que se fue de París en camilla, se repone para vencer 3-6, 6-4 y 8-6 a la número cuatro bajo el techo cerrado de la central, están suspendidos el resto de partidos. Si llueve, Wimbledon se convierte en un torneo de dos velocidades. Los tenistas que juegan en la central se enfrentan a una cita indoor que debería ser al aire libre, pero progresan sin sobresaltos. Los que compiten en las pistas exteriores deben hacerlo pendientes del cielo, sujetos...

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Mientras la alemana Lisicki salva dos puntos de partido contra la china Li, campeona de Roland Garros, nada más ocurre en Wimbledon. Mientras Lisicki, que se fue de París en camilla, se repone para vencer 3-6, 6-4 y 8-6 a la número cuatro bajo el techo cerrado de la central, están suspendidos el resto de partidos. Si llueve, Wimbledon se convierte en un torneo de dos velocidades. Los tenistas que juegan en la central se enfrentan a una cita indoor que debería ser al aire libre, pero progresan sin sobresaltos. Los que compiten en las pistas exteriores deben hacerlo pendientes del cielo, sujetos a constantes suspensiones, como en los viejos tiempos, esclavos del clima. Esa situación da lugar a agravios comparativos.

Unos tenistas, los programados en el escenario principal, tienen seguro jugar siempre con un día de descanso en caso de victoria. El resto, abandonados a su suerte, pueden tener que competir varios días seguidos, según quiera la lluvia.

Así, el reto es distinto para unos y otros. Mientras que los mejores y las mejores del mundo deben adaptar su juego al techo de la central, que se estrenó en 2009 y apenas había tenido uso, el resto de sus compañeros combaten un doble partido. Está el que se disputa sobre la cancha. Está, también, el que se juega en su cerebro. ¿Cómo manejar esos parones que le mandan a uno a la caseta cuando está en pleno encuentro? ¿Cómo parar, frenar las emociones y volver a activarse sin desgastar en medio el ánimo competitivo?

La respuesta la podrán dar dos españoles. Nicolás Almagro visitó dos veces la caseta en su partido contra el estadounidense Isner, al que finalmente doblegó en cuatro mangas (7-6, 7-6, 6-7 y 6-3). Lo mismo le ocurrió a David Ferrer, cuyo partido ante el joven estadounidense Harrison fue aplazado hasta mañana por falta de luz -tras dos suspensiones por lluvia- durante el cuarto set ( 6-7, 6-1, 4-6 y 6-2). Cuando llueve, Wimbledon enseña sin tapujos quién pesa y quién no en el mundo del tenis.

La china Na Li, durante el encuentro ante la alemana Lisicki.LEON NEAL (AFP)

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