"Cuando sales a competir, sales a morir"

Nadal, con un cuadro difícil, prepara la defensa de su título en Madrid

Al final, Rafael Nadal Parera no explicó al competidor que lleva dentro a través de sus triunfos, ni de su temprana llegada a Madrid, donde busca adaptarse a la altura desde el jueves, sino hablando de fútbol. Al número uno le preguntaron hoy sobre las dificultades de su equipo, el Real Madrid, que el martes que viene afronta la hercúlea tarea de remontar un 0-2 ante el Barcelona en la vuelta de las semifinales de la Champions. Ese encuentro dio pie a que el mallorquín, un campeón que empieza a ganar partidos en el vestuario, fotografiara su actitud ante los retos. "El Madrid no necesita un mi...

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Al final, Rafael Nadal Parera no explicó al competidor que lleva dentro a través de sus triunfos, ni de su temprana llegada a Madrid, donde busca adaptarse a la altura desde el jueves, sino hablando de fútbol. Al número uno le preguntaron hoy sobre las dificultades de su equipo, el Real Madrid, que el martes que viene afronta la hercúlea tarea de remontar un 0-2 ante el Barcelona en la vuelta de las semifinales de la Champions. Ese encuentro dio pie a que el mallorquín, un campeón que empieza a ganar partidos en el vestuario, fotografiara su actitud ante los retos. "El Madrid no necesita un milagro, pero sí que está al límite. Como deportista, sin embargo, entiendo que cuando sales a competir, sales a morir".

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En Madrid, donde juegan los mejores, Nadal se enfrenta a un cuadro de aúpa. En su camino asoman el argentino Juan Martín del Potro, el sueco Robin Soderling o el suizo Roger Federer, entre otros. "El rival más complicado siempre es el siguiente", razonó el mallorquín, que debutará contra el ganador del partido que enfrentará a Baghdatis con un jugador de la previa; "porque quizás no haya otro. Hay que aceptar el reto de jugar bien e intentar superar las dificultades". "El sorteo", continuó; "ha sido bastante negativo. Evidentemente, tengo un cuadro difícil".

El número uno juega en la capital contra los rivales y la altura, que afecta especialmente a su tenis de efecto y de ritmo. Llega, sin embargo, con las coronas de Montecarlo y Barcelona, disputadas sobre su terreno favorito. La arcilla es el reino de Nadal. El serbio Novak Djokovic, invicto esta temporada y que hoy disputa la final de Belgrado contra Feliciano López, es el aspirante. Una cosa separa a los dos tenistas. El número dos, homenajeado estos días por la Iglesia ortodoxa serbia, vive pendiente de los récords, a la caza del mejor arranque de temporada de la historia (39 victorias seguidas en 1984 por las 26 del serbio). Nadal, por su parte, vive ya acostumbrado a los días históricos, en un récord permanente. Hoy juega en Madrid, donde defiende el título. Mañana, en Roma. Nunca ha ganado dos masters 1000 seguidos sin una semana de descanso. El objetivo exige piernas a prueba de bombas y una mentalidad de hierro. Como dijo el mallorquín antes de iniciar el desafío, su particular in crescendo hacia Roland Garros: "Cuando sales a competir, sales a morir"

Nadal, durante la rueda de prensaEMILIO NARANJO (EFE)

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