"No haber ganado la Euroliga es más espina que no haber ido a la NBA"

Llegó a la Liga española con apenas 17 años para empezar a construir el sueño de Querejeta de convertir al Baskonia en un grande. Tras siete temporadas en Vitoria (con una Recopa y un Copa del Rey) y una posterior en el Barcelona, Marcelo Nicola (Rafaela, Argentina, 1971) hizo carrera en Grecia y sobre todo en Italia. Allí cambió la pista por el banquillo. Después de tres años como segundo entrenador de la Benetton de Treviso, ahora está en paro y mata el gusanillo de baloncesto como comentarista de la televisión italiana.

Pregunta. En España le perdimos la pista hace más de diez...

Llegó a la Liga española con apenas 17 años para empezar a construir el sueño de Querejeta de convertir al Baskonia en un grande. Tras siete temporadas en Vitoria (con una Recopa y un Copa del Rey) y una posterior en el Barcelona, Marcelo Nicola (Rafaela, Argentina, 1971) hizo carrera en Grecia y sobre todo en Italia. Allí cambió la pista por el banquillo. Después de tres años como segundo entrenador de la Benetton de Treviso, ahora está en paro y mata el gusanillo de baloncesto como comentarista de la televisión italiana.

Pregunta. En España le perdimos la pista hace más de diez años. ¿A qué se dedica ahora?

Respuesta. Desde que dejé las canchas en 2007 inicié mi carrera como entrenador como segundo técnico de la Benetton de Treviso donde jugué seis temporadas. Este año cambiaron el staff y me quedé en el paro. Mientras, estoy de comentarista para la televisión italiana.

P. ¿Qué recuerdos le quedan de su etapa en España?

R. Era un baloncesto muy competitivo. Llegué con 17 años. Entonces el Baskonia era un equipo con dificultades que comenzaba a crecer, con un presidente joven como Querejeta que tenía el sueño de convertir un equipo novel y modesto en uno de los grandes de Europa como lo es ahora. Conseguí una Copa Saporta y una Copa del Rey y me quedo con esos éxitos por encima de todo. Eran los inicios de un gran proyecto.

P. ¿Cómo fue aquel triunfo en la Copa de 1995?

R. Fue una Copa preciosa en Granada, llegamos a la final ante el CAI Zaragoza tras eliminar al Madrid en semifinales en un partido durísimo. En esa época no había tanto dinero y tantas comodidades como en el Baskonia actual. Aquel trofeo fue el comienzo del equipo grande, fuerte y compacto que son ahora.

P. Sin embargo, en las últimas semanas ha encadenado una de las peores rachas de su historia reciente con siete derrotas en los once últimos partidos de Liga. ¿A que se puede deber?

R. Son un equipo joven y eso se plasma en cierta irregularidad, ha habido también lesiones, pero con un poco de paciencia acabarán donde tienen que estar, que es peleando por todo. Barcelona y Madrid están por encima por presupuesto y jugadores pero tienen que estar lo más cerca posible para aprovechar deslices como el de la pasada Liga.

P. ¿Se corre el riesgo de que, como en el fútbol, la Liga se convierta en cosa de los dos grandes?

R. Por dinero parece que sí, pero en la cancha pelean jugadores, no billetes. Habrá que currárselo hasta el final como el año pasado.

P. Los pronósticos apuntan a una semifinal entre el Caja Laboral y el Barcelona. ¿Cómo se puede derrotar al equipo azulgrana?

R. Sobre todo controlando el ritmo del partido y jugando con una altísima intensidad física. El Barça es un equipo grande, atlético y eso es lo que hay que equilibrar.

P. ¿El Barcelona es tan favorito como todos apuntan?

R. Este año han mostrado señales de irregularidad. Con la lesión de Navarro se desnudó su depencia hacia él. A priori son superiores pero ni mucho menos imbatibles. El año pasado parecían más fuertes y aún así perdieron la Liga.

P. ¿Por qué no triunfó en el Barcelona (temporada 97-98)?

R. Llegué en un momento difícil en plena transición con el cambio de una figura histórica como la de Aíto. Venía de una lesión de rodilla importante y me costó encontrar mi sitio, pero la experiencia me ayudó a crecer. A ser más duro y más maduro.

P. ¿Se le quedó clavada la espinita de no haber llegado a jugar en la NBA?

R. Eran otros tiempos. Era más difícil ir y yo tenía un contrato largo con el Baskonia. Me hubiese gustado, por supuesto, pero no es una espina clavada. No haber ganado la Euroliga es más espina que no haber ido a la NBA.

P. La Copa es un torneo que históricamente descubre estrellas emergentes, ¿por quién apuesta?

R. Confio en Mirotic a pesar de que el primer día estuvo discreto. No estuvo tan exultante como se esperaba pero confío en él, tiene cosas de grande. Pero si tuviera que apostar por un jugador destacado me la juego por Sergio Rodríguez. En el primer partido se le vio con unas ganas tremendas de reivindicar el talento que tenía escondido.

P. Hágame su quiniela para esta Copa.

R. Me gustaría que el Madrid diese la sorpresa para que haya una alternancia de poder en el baloncesto español. Si siempre gana el Barcelona todo se va a hacer muy aburrido.