Tribuna:

La magia no existe

Es triste ver cómo se escapa un Mundial, como le ocurrió a Fernando Alonso. Pero, amigos, no se puede ganar en todo. Los españoles ganaron el Mundial de fútbol, tienen a Nadal, a los tres campeones del Mundial de motociclismo, y a punto estuvieron de llevarse también el de fórmula uno. Muchos aficionados en España están decepcionados por la derrota, incluido Alonso. Pero que nadie olvide que a principio del año pareció, incluso, que no tenía ninguna posibilidad de luchar por el título.

Resulta que llegó a la última carrera con opciones de ganar solo siendo cuarto. Y ocurrió que un joven...

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Es triste ver cómo se escapa un Mundial, como le ocurrió a Fernando Alonso. Pero, amigos, no se puede ganar en todo. Los españoles ganaron el Mundial de fútbol, tienen a Nadal, a los tres campeones del Mundial de motociclismo, y a punto estuvieron de llevarse también el de fórmula uno. Muchos aficionados en España están decepcionados por la derrota, incluido Alonso. Pero que nadie olvide que a principio del año pareció, incluso, que no tenía ninguna posibilidad de luchar por el título.

Resulta que llegó a la última carrera con opciones de ganar solo siendo cuarto. Y ocurrió que un jovencito llamado Sebastian Vettel, de 23 años, los mismos que Jorge Lorenzo, triunfó contra todo pronóstico. Y creo que esta irrupción de un nuevo campeón y un nuevo equipo es genial para el espectáculo y para la F-1 abrió un abanico de posibilidades ypermitió que otros equipos pudieran ser tan competitivos como las grandes fábricas. Red Bull es un equipo privado que hace solo cinco años era una escudería de mitad de parrilla y que este 2010 ha sorprendido con el mejor coche.

Así, dos chavales han tomado este 2010 el relevo en MotoGP y en la F-1. Sin embargo, no hay nada mejor para entender lo que Fernando Alonso ha hecho por el automovilismo en España que comprobar la repercusión que tuvo esa última carrera. Antes de que el asturiano ganara el primer título con Renault, la F-1 prácticamente no existía en España. Hoy es un deporte muy popular. Además, sus triunfos abren las puertas a pilotos más jóvenes. Claro que es más difícil iniciarse en el automovilismo que en el motociclismo, y mucho más hacer carrera de ello. Se necesita una inversión inmensamente mayor. Pero todo lleva su tiempo.

Cuando yo corría en los años ochenta no había ningún campeón español de motos en las categorías grandes. El éxito del título de Crivillé a finales de los 90 ha propiciado los éxitos de los pilotos de hoy. Lorenzo, por ejemplo, ha sido el único capaz de ganar a Rossi en la pista, en el box y fuera de este. Y aunque yo preferiría que hubiera más alternativas, no estoy decepcionado en absoluto porque la temporada la hayan dominado los españoles: lo han merecido. Y España ha trabajado duro por conseguir estos resultados. Tener a seis corredores como campeones y subcampeones de todas las categorías no ocurre todos los días. Y esto no es magia. La magia no existe. No es casualidad que los pilotos españoles gobiernen el Mundial.

Es el resultado de años de trabajo en un país con la mejor climatología para practicar deportes de motor. España tiene los mejores circuitos, muchos y muy seguros, y las mejores fórmulas de promoción: difícilmente te subirás a una MotoGP si antes no has montado en una mini-moto. Tampoco pilotarás un F-1 sin haber montado previamente en un kart. Se nace con talento. Pero el éxito se trabaja.

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