Un técnico de contrastes

El nombre de Ronald Koeman siempre ha estado ligado al fútbol. Sólo tres años después de colgar las botas, el holandés ya emprendió su aventura en los banquillos. Un periodo de luces y sombras, de claroscuros, en el que las buenas formas del día de su presentación contrastan con la frialdad en las salas de prensa y su despedida. Koeman aterrizó en Mestalla el pasado 31 de octubre, en medio del conflicto entre el presidente de la entidad valencianista, Juan Soler, y el por entonces director deportivo, Amedeo Carboni.

Al margen del elevado coste de su contratación (11 millones de euros po...

El nombre de Ronald Koeman siempre ha estado ligado al fútbol. Sólo tres años después de colgar las botas, el holandés ya emprendió su aventura en los banquillos. Un periodo de luces y sombras, de claroscuros, en el que las buenas formas del día de su presentación contrastan con la frialdad en las salas de prensa y su despedida. Koeman aterrizó en Mestalla el pasado 31 de octubre, en medio del conflicto entre el presidente de la entidad valencianista, Juan Soler, y el por entonces director deportivo, Amedeo Carboni.

Al margen del elevado coste de su contratación (11 millones de euros por seis meses de trabajo), el holandés llegó como una alternativa al juego defensivo planteado por Quique Sánchez Flores. Avalado por su brillante recorrido en Holanda, Koeman recogió al equipo 'ché' en la 12ª jornada situado en la cuarta posición de la tabla. 173 días después, deja al Valencia decimoquinto, a tan sólo dos puntos de los puestos de descenso.

Como entrenador, Koeman alterna grandes éxitos en su periplo holandés con un discreto rendimiento lejos de las fronteras del país de los tulipanes. A sus triunfos con el Ajax y el PSV se contraponen una irregular campaña en el Benfica y su tormentoso paso por el Valencia. El holandés inició su carrera como entrenador en el 'staff' técnico del Barcelona de Louis Van Gaal.

Posteriormente, tomó las riendas del Vitesse en solitario (2000-2001), para recalar en el Ajax un año después. En el club 'ajaccied' permaneció cuatro años (2001-2005), en los que conquistó dos Ligas holandesas, una Copa y una Supercopa. Su enemistad con Van Gaal, por entonces director técnico del Ajax, le obligó a emigrar a Lisboa para dirigir al Benfica (2005-2006), uno de los grandes clubes de Portugal. Allí ganó una Supercopa, firmó una decepcionante campaña en Liga y alcanzó los cuartos de final de la Liga de Campeones, donde cayó ante al Barcelona.

El PSV, paso previo al Valencia

En 2006 Koeman aterrizó en el PSV para relevar a Guus Hiddink. En su estancia en el banquillo del equipo de Eindhoven logró el título de Liga en una última jornada de infarto, en la que el Ajax y el AZ Alkmaar también optaban al cetro. A pesar de comenzar la temporada en el PSV el año siguiente, una suculenta propuesta económica y deportiva le condujeron al banquillo del Valencia.

En medio de un ambiente enrarecido y la afición dividida por la salida de Quique, a Koeman no le tembló el pulso para apartar del equipo a algunos miembros significativos del vestuario como Cañizares, Albelda y Angulo. Lejos de mejorar, la trayectoria del equipo 'ché' en Liga cayó en picado y el Valencia pasó a luchar por evitar el descenso. El triunfo en la Copa del Rey ante el Getafe no fue suficiente para la cúpula valencianista, que cesó al entrenador tras la estrepitosa derrota en Bilbao por 5-1.

Brillante expediente como jugador

Como jugador, Ronald Koeman luce un expediente envidiable. Comenzó su carrera futbolística en las filas del Groningen, un equipo medio de la Liga holandesa en el que permaneció tres años (1980-1983). Su depurada técnica y su excelente golpeo de balón no pasaron desapercibidos para el club más prestigioso del país, el Ajax de Amsterdam, que lo fichó para reforzar su defensa y engrosar su histórico palmarés con la Eredivisie de 1985. Tres años más tarde, Koeman firmaba por el PSV (1986-1989), la etapa previa a su multimillonario fichaje por el Barcelona -costó 1.200 millones de pesetas-. Después de conseguir multitud de éxitos en sus siete años como jugador azulgrana (cuatro Ligas y una Copa de Europa, entre otros), regresó a Holanda para poner el broche a su carrera en el Feyenoord (1996-1997).