ATLETISMO | Mundiales en pista cubierta

Alozie gana la medalla de plata en los 60 metros valla

Concha Montaner se clasifica para la final de salto de altura con una marca de 6,55 metros

La española Glory Alozie, subcampeona olímpica en Sydney 2000, ha ganado esta tarde la medalla de plata en los 60 metros valla de los Mundiales en pista cubierta que se celebran en Moscú. La atleta de origen nigeriano consigue así para España el primer metal en unos mundiales en sala desde 2003.

Una marca de 7.86 segundos, a sólo dos centésimas de la campeona, la irlandesa Derval O'Rourke, que por segunda vez batió su récord nacional, devolvió a Glory Alozie al grupo de las mejores del mundo cuando, al borde de la desmoralización y hambrienta de relevancia internacional, más lo necesita...

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La española Glory Alozie, subcampeona olímpica en Sydney 2000, ha ganado esta tarde la medalla de plata en los 60 metros valla de los Mundiales en pista cubierta que se celebran en Moscú. La atleta de origen nigeriano consigue así para España el primer metal en unos mundiales en sala desde 2003.

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Una marca de 7.86 segundos, a sólo dos centésimas de la campeona, la irlandesa Derval O'Rourke, que por segunda vez batió su récord nacional, devolvió a Glory Alozie al grupo de las mejores del mundo cuando, al borde de la desmoralización y hambrienta de relevancia internacional, más lo necesitaba. Alozie, subcampeona olímpica de 100 metros vallas en Sydney, campeona de Europa de la misma prueba en Múnich 2002 y subcampeona mundial bajo techo en Birmingham 2003, dio a España la primera medalla en los Mundiales de Moscú.

Al término de la prueba, Alozie ha reconocido que en su cabeza siempre estuvo el oro, pero se ha mostrado satisfecha con el segundo puesto después de tres años sin éxitos internacionales. "He buscado la medalla de oro y aunque no ha podido ser estoy muy contenta. Vine aquí con una marca de 7.96, ni siquiera estaba entre las diez primeras del mundo", ha indicado. La discípula de Rafael Blanquer reconoció que su último año "fue un desastre" y ha recordado que tuvo muchas molestias en el glúteo. "Este año también, pero no tantas. He entrenado más y ha habido muchos cambios. Sabía que un día me tenía que curar. El Señor me ha ayudado, aunque me da un poco de rabia que haya sido una medalla de plata", ha sentenciado.

Resto de pruebas

Naroa Agirre, sexta en los Juegos de Atenas, volvió a estar, un año después, entre las seis mejores de la pértiga mundial al conseguir idéntico rango en los Mundiales en sala con una marca de 4,50 con la que igualó el récord de España que había logrado la víspera en la calificación. Obligada a saltar con muy poco tiempo de recuperación, porque rusas y polacas pasaban de las primeras alturas, Agirre empezó en 4,30, que superó a la primera; necesitó dos saltos en 4,40, pasó en el primero los 4,45 y a la segunda, dejando muy abajo el listón, igualó el récord de España que había hecho en la calificación (5,50). Los 5,55 metros fue una altura inalcanzable para una exhausta Agirre, que a continuación hubo de resignarse a contemplar las cualidades de la rusa Yelena Isinbayeva. La plusmarquista mundial empezó su concurso en 4,60 metros.

Sergio Gallardo obtuvo el quinto puesto en la final de 1.500 con un tiempo de 3:43.77 en una carrera que ganó el ucraniano Ivan Heshko en 3:42.08, un ritmo muy cercano al apetecido por el español en vísperas de la prueba. Gallardo cometió errores de colocación y se vio sorprendido, a tres vueltas del final, por el cambio de los atletas kenianos, Daniel Kipchirchir Komen y Elkanah Angwenyi, que intentaron inútilmente dejar atrás a Heshko, mucho más rápido que los dos en el sprint, aunque le acompañaron en el podio. El campeón de España de 3.000 metros se dejó encerrar y en los momentos decisivos de la prueba cayó muy atrás, hasta el séptimo lugar. Su reacción en la última vuelta fue insuficiente para meterse en la pugna por las medallas.

Concha Montaner se clasificó para la final de un solo salto (6,55), por primera vez en pista cubierta, y a continuación anunció su firme intención de convertirse "en una mujer 7", en alusión a su objetivo de alcanzar los siete metros este mismo año. "Si el año pasado hice 6,92 sin estar tan bien, este quiero ser una mujer 7. Creo que lo valgo", declaró una feliz Montaner que transmite en los últimos tiempos seguridad y aplomo. "Ahora todo mi entorno es feliz y eso se nota".

La cántabra Ruth Beitia se clasificó para la final de altura al superar la marca de calificación (1,96), mientras que la pamplonesa Marta Mendía quedó fuera del último concurso con 1,93. Diez mujeres saltaron 1,93, pero había que eliminar a dos -el cupo es de 8 finalistas- y fue preciso superar otros tres centímetros. En 1,96, marca de acceso directo a la final, hizo Ruth su primer nulo, pero pasó con gran holgura a la segunda. Tres minutos después, Marta cometía su tercer fallo y no podrá estar con su amiga en la final del domingo. Con la misma marca que Mendía pasaron dos a la final.

España volverá a estar en una final de 800. No estaba el número uno español, Antonio Reina, que desdeñó el torneo, pero otro andaluz, Juan de Dios Jurado, hizo la mejor marca de su vida para meterse entre los ocho mejores con una soberbia reacción en la última recta. Acabó tercero con 1:47.38. A la final sólo pasaban los tres primeros, sin repesca, y Eugenio Barrios estuvo muy lejos desde el principio, en la segunda semifinal. El toledano, que tuvo algún tropiezo en la salida, fue al límite de sus fuerzas y en la última vuelta quedó descolgado. Fue sexto y último con 1:52.75.

Nuria Fernández, sola en el 1.500, cayó a la primera. Tiró del grupo durante 400 metros (1:09.93) y cuando la rusa Yelena Soboleva, plusmarquista mundial, tomó el mando, la madrileña cayó en pocos segundos al séptimo lugar, del que ya no salió (4:17.12).

Glory Alozie, durante la disputa de la final de los 60 metros valla.REUTERS

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