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El toro, por los cuernos
Por Antonio Lorca

José Ruiz Muñoz, sobrino nieto de Curro, un fino torero inmerso en un doloroso drama familiar

Su esposa permanece en estado vegetativo desde el pasado 29 de octubre, tras dar a luz a su segundo hijo en un hospital de Sevilla

José Ruiz Muñoz, el pasado 7 de abril, en La Maestranza.Arjona (Imagen cedida por la empresa Pagés).

José Ruiz Muñoz (Puerto Real, Cádiz, 1995) es un torero de finas maneras que tomó la alternativa en octubre de 2021 en la localidad valenciana de Requena y la confirmó en Las Ventas el 2 de julio del año pasado, pero hasta ahora se ha ejercitado poco vestido de luces. Vivió una ilusionante etapa como novillero, pero la ausencia de triunfos resonantes tras su paso al escalafón superior lo han relegado, como a tantos otros, al olvido empresarial. No obstante, estuvo anunciado en la pasada Feria de Abril, y ya entonces se rumoreó que el torero atravesaba una difícil situación familiar.

Hace unos días, Ruiz Muñoz hizo pública una carta en la que explicaba con detalle el problema: el pasado 29 de octubre, su esposa, Ana, sufrió dos paradas cardiorrespiratorias tras dar a luz mediante cesárea a su segundo hijo. En situación de coma profundo ha estado dos meses en la UCI de un hospital sevillano, y a mediados de julio ha sido trasladada a Almería, a la casa de sus padres, donde permanece en estado vegetativo. Además, en la decimosexta semana del embarazo, los médicos detectaron una afección en los ventrículos del cerebro del feto, que derivó en una hidrocefalia del bebé.

“No pretendo despertar lástima, ni buscar excusas, pero quien quiera conocerme como torero debe conocer, primero, a la persona, que es lo más importante”, afirma el torero. “Soy creyente, de fe profunda, y es lo que me mantiene esperanzado en la recuperación de Ana y en que podamos alcanzar algún día la normalidad en mi familia”, añade.

“No pretendo despertar lástima, ni buscar excusas, pero quien quiera conocerme como torero debe conocer, primero, a la persona, que es lo más importante”

Ruiz Muñoz es sobrino nieto de Curro Romero, de quien ha heredado unos genes singulares para el toreo, pero sigue a la espera de que la oportunidad y la suerte se encuentren para que pueda alcanzar las metas soñadas en su profesión.

Cuenta el torero que la extrema circunstancia familiar no le impidió triunfar en Niebla (Huelva) una semana después del parto de su esposa, participó en dos festivales, acudió al campo, y llegaba a la Feria de Abril con la ilusión de “arreglar” su vida taurina. Pero otra preocupante noticia se cruzó en su camino. Justo cuando se hicieron públicos los carteles de Sevilla, el neurólogo que atiende a su hijo pequeño (el matrimonio tiene otra hija de tres años) le comunicó que el 8 de abril, el día siguiente al de la corrida en la que estaba anunciado, se llevaría a cabo la intervención cerebral de la hidrocefalia que el niño padece.

“Lógicamente, la noticia me afectó”, dice el torero; “además, esa era una tarde clave en mi carrera, pero los toros no sirvieron y el mundo se me vino encima. Llegué a pensar que Dios me estaba diciendo que abandonara la profesión, pero no, todo lo contrario; soy torero y lo que necesitaba era tiempo para dedicarlo a mi familia, y ahora que lo tengo todo un poco más ordenado, debo seguir adelante con la ilusión de siempre”.

Pregunta. La profesión se le ha puesto difícil…

Respuesta. Ser torero no es fácil, sea cual sea tu situación personal, pero he vivido momentos duros y otros muy satisfactorios; lo que me mantiene vivo es que delante del toro sigo encontrando sensaciones bonitas.

José Ruiz Muñoz, en el patio de cuadrillas de Las Ventas, el 2 de julio de 2023.Alfredo Arévalo (Imagen cedida por Plaza 1)

P. Pero las metas no se están cumpliendo…

R. La vida es muy larga y nunca se sabe lo que te espera; pero si dedicas tu vida a recorrer tu camino, tarde o temprano llegan las oportunidades.

La irrupción de José Ruiz Muñoz en los ruedos fue una sorpresa por su cercana relación familiar con el maestro Curro Romero; abierto de capa y muleta se pudieron atisbar en el nuevo torero huellas ciertas del empaque y la personalidad del tío abuelo. “Hay muchos detalles que son genéticos”, afirma Ruiz Muñoz. “Tengo en casa un cuadro de mi tío en una media verónica en Nimes y dice mi sobrino pequeño que soy yo; tengo influencias suyas, sin duda, porque a mí me ha apasionado siempre su personalidad y su expresión”.

P. Por cierto, ¿le ha beneficiado o perjudicado su parentesco con Curro Romero?

R. Ha habido muchos momentos en los que me ha beneficiado porque gracias a él he podido hacer mucho campo, y por los consejos que me ha aportado; por el contrario, a veces me ha afectado negativamente porque los aficionados acudían a la plaza dispuestos a ver en mí a una figura a la que es imposible acercarse. Mi tío tenía como torero una personalidad muy marcada y un estilo propio imposibles de imitar. También me ha perjudicado la presión a la que yo mismo me he podido someter.

“He toreado poco y he sufrido muchos altibajos, pero mi mayor virtud es la constancia. Tengo fe en Dios, que es la base de mi vida”

Ruiz Muñoz cuenta que aprendió “las cuatro reglas del toreo” en la escuela taurina de Chiclana junto al matador Emilio Oliva, que hizo “la tapia” en muchos tentaderos (esperar a dar algunos muletazos a una vaca tras la intervención del torero invitado por el ganadero), y solo cuando supo manejar los trastos llamó a Curro, le envió un video y solicitó su ayuda. Su tío lo invitó a un tentadero y, a continuación, pidió a quien había sido su mozo de espadas, Gonzalito, que lo representara ante las empresas.

Esa relación entre torero y apoderado se rompió a raíz de que Ruiz Muñoz pasara sin triunfo por Las Ventas como novillero con caballos, pero no así con el tío, “con quien sigo manteniendo una relación extraordinaria, siempre pendiente de mí, aunque yo tengo mi camino en la búsqueda constante de mi personalidad”.

P. ¿Y cuál es su concepto taurino?

R. Sobre todo, la transparencia como torero. Hago lo que siento en cada momento, y busco la naturalidad, la relajación de los músculos delate del toro.

P. ¿Es un torero de valor?

R. El valor surge del conocimiento y de la situación anímica del torero. A veces, yo me he sorprendido de lo que he sido capaz de hacer delante de un toro.

P. ¿Y el futuro, José?

R. Después de lo de Sevilla solo tengo un festival el 15 de agosto en la localidad segoviana de Mozoncillo y dos corridas sin cerrar en octubre, pero sigo preparándome convencido de que este es mi camino y que me llegará la oportunidad.

P. Pero las circunstancias no son las más propicias.

R. Ya sé que he toreado poco y he sufrido muchos altibajos, pero mi mayor virtud es la constancia, trabajar y seguir adelante a pesar de todo. Tengo fe en Dios, que es la base de mi vida, y en mi familia. Y le digo más: si no fuera torero no sé si hubiese podido sobrellevar esta situación. El toro te enseña unos valores muy especiales para afrontar los problemas de un modo diferente.

P. Pero ahora vivirá en Almería y allí hay pocas opciones para acudir al campo bravo.

R. Mi mujer y mis hijos me necesitan, cuento con la ayuda de mis suegros y de mis padres, y yo estoy acostumbrado a viajar en coche. Por fortuna, tengo buenos amigos ganaderos que se portan bien conmigo, y yo estaré preparado para cuando se presente mi oportunidad.

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