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Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

El paso atrás arquitectónico

La intervención de Frade Arquitectos en el Palacio Dar Batha de Fez convierte el diálogo en museo

El Museo de Arte Islámico de Fez, en la medina conocida como Fes el Bali, en el corazón de esta ciudad, está ubicado en un antiguo palacio del siglo XIX. El inmueble, situado en medio de calles estrechas y laberínticas, se llama Dar Batha y fue construido como residencia de verano para el sultán Hassan I.

Allí, un alto muro resguarda el edificio y su intimidad. El inmueble, de una sola planta, está organizado en dos alas que flanquean un jardín central. Tiene, por lo tanto, configuración de espacio doméstico, de lugar de vida. Y para transformarlo en museo, el arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade optó por hacerlo hablar. El edificio fue restaurado antes de la intervención de los arquitectos españoles. Ellos trataron de relacionar obra expuesta con su contenedor-expositivo.

Así, dialogando con nuevos/viejos visitantes —6.500 objetos provenientes de mezquitas y madrasas de la ciudad— hablan de diversos tiempos y procedencias. Algunos llegan de la Mezquita de los Andaluces o de la Mezquita de Al-Qarawiyyīn, ambas en Fez. Entre las piezas más destacadas se encuentran fragmentos arquitectónicos de la época Idrisi y los restos del minbar —el púlpito de las mezquitas— del siglo IX proveniente de la Mezquita de Córdoba.

En medio de ese marco tan señalado y de esa exposición tan potente, las intervenciones de los arquitectos españoles son sobrias, minimalistas. A veces, en el patio, apenas han levantado bancos monolíticos. Los expositores con frecuencia se confunden con el propio edificio.

Rodríguez Frade habla de una museografía serena. Y es importante subrayar que lo contemporáneo puede ser sereno. Puede, y muchas veces sabe dar un paso atrás. Es el caso en este nuevo/viejo museo impulsado por la Fondation Nationale des Musées. ¿Por qué los arquitectos han conseguido una convivencia tranquila, ordenada y clarificadora? Porque su museografía, su manera de exponer la colección, es atemporal y está basada en técnicas constructivas locales, como el estuco, combinadas con tecnología de última generación —que hace imperceptible los soportes, por ejemplo—. Frade opina que todo eso garantiza la conservación preventiva de las piezas, y su adecuada exposición.

La colección incluye también coranes históricos, astrolabios, instrumentos musicales, alfombras, joyas y una extensa muestra de cerámica local en el característico estilo azul de Fez. Ese podría ser uno de los logros de esta intervención: en medio de una gran suma, los arquitectos aportan orden sin encorsetar lo expuesto, aire para facilitar la convivencia, un paso atrás para que arquitectura y museografía vayan de la mano.

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